La oración

La idea no es mía, sino de Chesterton, aunque no encuentro la ficha que hice en su día: el cristianismo, en general, y el catolicismo, en particular, no sólo son buenos porque sean la Verdad, sino también porque nos producen una vida más estética, más divertida, que la que pueda tener un ateo racionalista. Creo recordar que él ponía el ejemplo de la creencia en los santos o en los ángeles y su convivencia diaria con nosotros, a nuestro lado.

Esto ocurre con la oración. Jesús dijo: "Pedid y se os dará, buscad y hallareís, llamad y se os abrirá" (Lc, 11:9), y puso la divertida comparación con el juez injusto que hace justicia a la vieja pesada para que le deje en paz (Lc, 18:1-8). Dios podría no ser así, podría ser como el frío Ser Supremo de los deistas, al que es inútil rezarle, porque nunca altera el mecanismo de la Naturaleza. Pero no: todo el que ha rezado lo suficiente sabe que, en mayor o menor medida, Dios le ayuda ... si le conviene.

La vida es dura y llena de problemas, pero el cristiano que reza con fe sabe que, de alguna forma, Dios puede variar el curso de los acontecimientos para ayudarle. Luego, las cosas pueden salir como él quiere o no. Si salen como quiere, siempre piensa que es porque Dios está a su lado y le ha ayudado. Si no salen como quiere, no hay problema, sin duda Dios (que sigue estando a su lado) ha preparado las cosas del modo que más le conviene, aunque esto sólo se pueda ver a largo plazo. Sea cual sea el final, uno queda contento y tiene una vida más luminosa, más tranquila.