domingo, 29 de noviembre de 2009

Adviento

"Una voz grita: ¡abrid caminos a Yavé en el desierto,
enderezad en la estepa una calzada a vuestro Dios!,

que se alcen todos los valles
y se rebajen todos los montes y collados,
que se allanen las cuestas
y se nivelen los declives,

porque
va a mostrarse la gloria de Yavé,
y de repente le verá toda la carne,
porque ha hablado la boca de Yavé".

(Isaías 40, 3-5)

...

"Al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida" (Catecismo, pár. 524).

viernes, 27 de noviembre de 2009

Moscosos

Dos mañanas felices de moscosos (1), libre por el centro de Madrid.

Empieza a hacer malo, llueve ligeramente.

Cola en el Gobierno Militar, la mitad son emigrantes sudamericanos en busca de trabajo. Cola en el Ministerio de Justicia, la mitad son -de nuevo- emigrantes sudamericanos en busca de papeles.

Avanza la virtud en Madrid: han cerrado un sex-shop en la Calle Mayor, han puesto una tienda de recuerdos, sevillanas bailando flamenco, paellas magnéticas y estatuas de Cibeles.

Muerte y vida: paso frente a la papelería donde encargamos los recordatorios de los difuntos de la familia, paso frente a la Catedral Militar en la que se casó uno de mis hermanos.

Por el cielo plomizo hay bandas de pájaros grandes que huyen -por fin- a África, formando como una gran cuña.

En la Catedral, solo. Un sacristán joven me mira con sospecha cada vez que nos cruzamos.

En una exposición en el Palacio real, solo: la colección de pequeños bronces que atesoraron los Reyes de España durante siglos.

Junto a la Plaza Mayor, un grupo de adolescentes, sin duda fugados del instituto, dudan si entrar en una tienda de bocadillos en cuyo escaparate pone (con letras enormes) "Bocata de calamares: 2,30 euros". Uno se asoma, pregunta "perdone, cuánto cuesta un bocata de calamares" "2,30 euros" "ah, gracias" y se van, confusos.

Manifestación ridícula de los bomberos de Madrid, en bici, con sus cascos brillantes, daban un poco de risa, tan grandes sobre sus pequeñas bicis.

Visito la librería del Círculo de Bellas Artes, recuerdo la frase de no sé quién: se publican demasiados libros.

En el Parque del Retiro, en el gran lago cuadrado, los patos aterrizan planeando, los peces rojos saltan desde lo profundo, un árabe toca cosas tristes en un acordeón. Voy a ver los pavos reales, tengo suerte y despliegan los plumajes.

Soy feliz.

..........

(1) "Moscosos": días que los funcionarios españoles podemos coger sin tener que justificar para qué los queremos y que ha degenerado en más días de vacaciones, a lo largo del año. Son, una vez más, motivo de escándalo para los empleados de la empresa privada, pero a ver quién se atreve a tocarlos. Toman su nombre del Ministro socialista que lo creó, Javier Moscoso, en torno a 1985.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Gran honor

La hermana Josefina hizo en mi post anterior un comentario que para mí es un gran honor:

"Fernando, nunca te pregunté: ¿Por qué estás tan cerca de nuestros países? ¿Anduviste por estos pagos? ¡Saludos!"

Querida hermana, no, nunca estuve por ahí, todo llegará, pero por alguna causa que no sé explicar me siento muy cómodo en los blogs de Uruguay, de Argentina, de Chile, como si yo hubiera nacido en uno de esos países y me hubiera venido a vivir a España.

Recuento los blogs que, más o menos, leo casi todos los días: hay 23, pero sólo 12 son españoles, los otros 11 son americanos: 6 argentinos, 1 chileno, 1 uruguayo (o, mejor dicho, argentino en Uruguay), 2 mexicanos y 1 venezolano.

No sé explicar esta cercanía. Quizá, si vemos la media, parece que están mejor redactados, menos perjudicados por las siniestras Leyes educativas de España; o quizá haya ahí una alegría que nosotros en España, siempre tan tensos, hemos perdido; o quizá que tratan temas más amables que los nuestros.

Sea lo que sea, doy gracias a Dios porque existan internet y los blogs, que me permiten conocer a gente que de otra forma nunca se habría cruzado en mi camino.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Postal a Alemamá

Querida Alemamá:

Como ya sabes, el Real Madrid ganó ayer al Rácing de Santander y el Barcelona empató con el Athlétic de Bilbao. La consecuencia de ello es que el Madrid pasa a estar el 1º en la Liga, cosa no vista desde el inicio de la temporada pasada, en septiembre de 2008.

Me alegré mucho por ti y por el ingeniero Pellegrini: de golpe, todo el mundo ha dejado de discutir si hay que cesarle o no. Una vez más, se cumple lo que decía el escritor Camilo José Cela: en España, el que resiste acaba ganando.

Felicidades, de verdad.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Millennium (y IV) (conclusión)

No leas este post si vas a leer el libro.

Las investigaciones de los detectives-amantes evolucionan rápidamente. Ella, Lisbeth Salander, da vueltas a la lista de mujeres asesinadas violentamente por toda Suecia en los años 60 y descubre que siempre que ocurrió uno de esos hechos estuvo ahí el padre de Harriet Vanger, la desaparecida: ¡él fue el asesino en serie! ¿Pudo ser él quien también matara a su hija? No, murió un año antes, ahogado.

El periodista Mikael Blomkvist sigue investigando en las fotos antiguas que remiten a otras fotos, y así llega a un sospechoso indudable: el hermano de Harriet. Inocentemente, se presenta en su casa, en la isla. El otro -lógicamente- le pilla, le ata y le confiesa que sí, que desde que murió su padre él siguió con la costumbre de violar, matar y hacer desaparecer en el mar a una o dos mujeres por año, tres acciones que se dispone a ejecutar también con él. En esto aparece Lisbeth Salander, libera a su compañero y se lanza a perseguir al hermano sádico, que muere en un terrorífico accidente de tráfico contra un camión.

Entonces ¿qué fue de Harriet la desaparecida, si el hermano declaró a Mikael que él no la mató? Nuestros héroes proceden a pinchar -ilegalmente, of course- un teléfono de una prima de Harriet, lo que les da una pista hasta Australia. Sí, allí está Harriet Vanger, 40 años mayor, algo más gorda, no murió, sino que horrorizada por tanta violación y tanta muerte se dio a la fuga ayudada por la prima, huyó del país, cambió de identidad, se casó bien, enviudó y ahora es una rica granjera australiana.

...

¿Qué conclusión saco del libro?

Como novela de suspense, le pongo un 10. Hay una construcción perfecta de la intriga, cuando parecía que ya no había ninguna salida siempre aparece una, con un estupendo entramado de pruebas que van llevando unas a otras.

Como reflejo de la realidad contemporánea, el libro es depresivo, quizá como un buen reflejo de la sociedad sin Dios. Apenas hay auténticas relaciones de cariño, el sexo parece ser una forma de relacionarse tan normal como tomar un café, varios hombres tratan a a las mujeres como bestias, nadie parece fiarse mucho ni de la policía ni de la Ley, más bien cada uno ha de salvarse como pueda en medio de la jungla. Quizá sea este desamparo, este pesimismo, el que permita comprender -junto a lo que apuntaba en el párrafo anterior- el éxito mundial de la novela.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Millennium (III)

No leas este post si vas a leer el libro.

En el post anterior dejamos dividida la historia en dos argumentos paralelos: la detective Lisbeth Salander empezaba a investigar la corrupción de un empresario y el periodista Mikael Blomkvist hacía lo mismo con un asesinato cometido hace 40 años.

La primera de las dos historias es abandonada pronto. El libro se recrea en la vida personal de la detective Salander, crecida en una familia rota, alcohólica, ninfómana, bisexual a ratos, totalmente cerrada al aprendizaje escolar y a la vida social. Con estos antecedentes, el Estado sueco la declaró incapaz de niña, y a sus 24 años sigue sometida a un administrador de sus bienes. Le ponen uno nuevo, un abogado rico, de derechas y malvado, que la viola un par de veces. Decide no ir ni a la policía ni a los jueces, que son tan malos como el abogado, es mejor resolverlo por libre. Planea fríamente cómo matar al administrador, pero luego comprende que esto no le interesa. Le engaña, le inmoviliza, le humilla brutalmente y le mutila, tras lo cual queda satisfecha su venganza.

No estoy seguro de que esta primera historia sea ejemplarizante para la juventud sueca.

La otra es mucho más interesante. El periodista Blomkvist se muda a la islita donde, 40 años antes, sucedieron los hechos. Revisa todo el expediente y descubre dos indicios a los que nadie dio importancia en su día: una foto de la fallecida y una pequeña lista de teléfonos que hizo antes de desaparecer. Esta trama está excelentemente contada. La foto antigua remite a otra, y ésta a otra, por toda Suecia, lo que va dando nuevas pistas. En cuanto a la lista de teléfonos resulta no ser tal, sino una colección de citas del Levítico, el libro del Antiguo Testamento relativo a los castigos, relacionadas con mujeres brutalmente asesinadas. Hubo un asesino en serie de mujeres por todo el país, en la época en que Harriet Vanger desapareció, quizá también la mató a ella, pero ¿y el cadáver, que nunca apareció?

Aquí las dos historias confluyen en una. Ya hay tal cantidad de datos que el periodista Blomkvist necesita un ayudante, que va a ser -precisamente- la detective Salander, quien también se muda a la isla. No hace falta decirlo: rápidamente se hacen amantes.

Para más emoción, alguien vivo empieza a perseguirles: les deja un gato destripado en el porche de su casa y a él le intenta pegar un tiro mientras hace footing por el bosque de la isla.

martes, 17 de noviembre de 2009

Juego monetario

Esta mañana, al pagar el café, me devolvieron 4 monedas de 1 euro: una española, una francesa, una belga, una austriaca. Las tengo aquí delante.

En la española sale el Rey Juan Carlos, en la francesa el frío hexágono francés, en la belga el Rey Alberto, en la austriaca Mozart.

Se me ocurrió un juego: si Dios me quisiera mandar un mensaje (¡o 4!) con estas monedas ¿cuál podría ser?

(Eh, no olvidemos que es un juego: Dios no nos habla así ... ¡o sí!)

lunes, 16 de noviembre de 2009

En el campo

Para un niño de ciudad, como yo, ir al campo, incluso al feo campo de Madrid, es siempre una experiencia mística. Los árboles, las montañas, el cielo, los valles, los pájaros, todos te dicen una cosa: Dios existe.

Ayer seguimos el curso de un riachuelo, que al principio iba por la superficie. Venía de repente una pequeña cascada, el río seguía (más bravo) por dentro de un desfiladero estrecho, allá abajo. Al rato, otra catarata, más profundidad, más rapidez del agua, y luego otra vez más. En el tramo final había un árbol asomándose al vacío, en vez de crecer vertical lo había hecho perpendicular sobre el desfiladero, como un suicida poco decidido: si cayera una de sus hojas otoñales iría abajo y abajo, hasta golpear el agua ruidosa.

Atardecer del sol contra nubes difuminadas: nueva prueba de la existencia de Dios, fuerte como una tesis de Santo Tomás de Aquino.

(Y, a la vuelta, rodeamos el Vicente Calderón, donde el sábado se jugó el España-Argentina. Me emocioné al oír el himno argentino, qué pequeñito es el gran Messi, y el himno español, ¿por qué se tienen que agarrar como colegialas? Partidazo de ambas selecciones que nos llena -a todos- de esperanza para Sudáfrica-2010)

viernes, 13 de noviembre de 2009

Catecismo (18): la "novela" de Jesús

Parte 1, sección 2, capítulo 2, artículo 3, parágrafo 3, párrafos 512 a 570.

¿Viste cómo triunfan ahora esas novelas en que nada es lo que parece, en que las personas y las cosas cambian de sentido a partir de algo que ocurre a mitad del libro? Pues, muy seriamente, el Catecismo nos explica que en la vida de Jesús nada es sólo lo que aparenta, nada ocurre porque sí: "todo en la vida de Jesús es signo de su misterio" (pár. 515). Por ejemplo: cuando Jesús es presentado en el templo, conforme al rito judío (pár. 529), no es una mera anécdota de su vida, sino que se puede relacionar con la esperanza de Israel en el Mesías y con el sacrificio en la Cruz; cuando Jesús se transfigura (pár. 554 a 556) no es sólo un hecho misterioso, ahí están el presagio de la Cruz, la sumisión a la voluntad de Dios, el cumplimiento -otra vez- de las promesas a Israel, la acción de la Santísima Trinidad, el presagio de la Eucaristía, ... En este largo parágrafo el Catecismo detalla esto en muchas escenas del Evangelio, pero hay un denominador común: "los artículo de la fe referentes a la Encarnación y a la Pascua de Jesús iluminan toda la vida terrena de Cristo (...) Todo lo que Jesús hizo y enseño (...) hay que verlo a la luz de los misterios de Navidad y de Pascua" (pár. 512).

Nada es -únicamente- lo que parece, nada ocurre porque sí, y así el Catecismo va desarrollando los sentidos ocultos de: el anuncio del Mesías en el Antiguo Testamento (pár. 522), San Juan Bautista (pár. 523 y 524), Navidad (pár. 525 y 526), la circuncisión (pár. 527), la adoración de los Magos (pár. 528), la presentación en el Templo (pár. 529), la huida a Egipto (pár. 530), la vida oculta (pár. 531 a 533), el extravío y el hallazgo en el Templo (pár. 534), el bautismo (pár. 535 a 537), las tentaciones en el desierto (pár. 538 a 540), la predicación y los milagros (pár. 541 a 550), la elección de San Pedro (pár. 551 a 553), la transfiguración (pár. 554 a 556), el anuncio de su Pasión (pár. 557 a 558) y, en fin, la entrada en Jerusalén (pár. 559 y 560).

(Ejemplo de lo fino que hila el Catecismo: el pár. 530 observa el paralelismo -muy simbólico- de que el Niño vuelve de Egipto (Mt 2, 15) como un nuevo y definitivo éxodo, similar al de Israel en el Antiguo Testamento: de paso, se cumple la promesa de Oseas 11,1).

Cité antes cómo en muchos de estos hechos están presente, de un modo u otro, la Encarnación, la Pasión, la Resurrección. El pár. 517 va más allá: "toda la vida de Cristo es misterio de Redención", "en su Encarnación porque haciéndose pobre nos enriquece con su pobreza, en su vida oculta donde repara nuestra insumisión mediante su sometimiento, en su palabra que purifica a las gentes, en sus curaciones y exorcismos, (...) en su Resurrección, por medio de la cual nos justifica".

...

Si tienes dos minutos, lee el pár. 533, relativo al significado de la vida oculta. En él se reproduce parte de la homilía del papa Pablo VI, cuando visitó el Templo de la Anunciación en Nazaret (1964) y allí explicó las lecciones que recibíamos de los años de vida oculta: la lección del silencio, la lección de la vida familiar, la lección del trabajo ("la austera pero redentora ley del trabajo humano"). Antes el Catecismo había recogido una hermosa definición de esos años de vida oculta, similar a la de cualquiera de nosotros: "una vida cotidiana sin aparente importancia, vida de trabajo manual, vida religiosa judía sometida a la Ley de Dios, vida en la comunidad" (pár. 531).

...

Concluyo con una estupenda frase de San Agustín (pár. 520): "la Vida desciende para hacerse matar, el Pan desciende para tener hambre, el Camino desciende para fatigarse andando, la Fuente desciende para sentir la sed, y tú ¿vas a negarte a sufrir?"

jueves, 12 de noviembre de 2009

Millennium (II)

No leas este post si vas a leer el libro.

La acción se desarrolla en Suecia, en nuestros días; todos los personajes son suecos.

La novela comienza creando un ambiente espeso. Un periodista, Mikael Blomkvist, es juzgado y condenado por injuriar a un empresario. Se explica con mucho detalle el entramado de corrupción empresarial que el periodista narró en su revista Millennium, lo que ahoga un poco al lector.

De repente, y aquí viene el primer acierto del autor, el espesor se rompe porque aparece un personaje extraño: la detective Lisbeth Salander. Conviene, para que una novela de detectives tenga éxito, que su protagonista (Sherlock Holmes, Hercules Poirot, el padre Brown) sea raro, intrigue al lector, y eso se logra plenamente en este inicio de la novela. Lisbeth Salander tiene 24 años, va vestida de negro con el pelo teñido de negro, lleva piercings, oculta su vida privada, habla poco, tiene una madre demente, hace lo que le da la gana en la oficina de detectives y va con gente tan rara como ella. El libro aclara, para mayor morbo, que su jefe sabe ciertas cosas tenebrosas de ella, que aún no se nos desvelan. La muchacha tiene una inteligencia diabólica para resolver los casos.

A partir de ahí (y esto ya es menos original) la acción se desdobla. Por un lado, todos hablan de que en el juicio por injurias se ocultó cierto hecho, el defensor no contó aquello, eso que ocurrió fue silenciado por todos en el proceso. ¿Qué fue aquello, se pregunta el lector? Aparece un abogado y contrata los servicios de Lisbeth Salander para investigar eso que ocurrió, que hubiera podido beneficiar al procesado Mikael Blomkvist pero que nadie quiso mencionar. Se suma el morbo por la protagonista y por el hecho oculto.

Por otro lado, el empresario retirado Henrik Vanger contrata al periodista condenado, Mikael Blomkvist, para que investigue una desaparición que ocurrió ¡¡hace 40 años!!, la de su sobrina-nieta Harriet Vanger. El anciano cree que fue asesinada, pero la policía nunca lo pudo confirmar. ¿Qué interés puede tener eso, tantos años después? El anciano cree que el asesino sigue vivo: todos los años, el día de su cumpleaños, alguien le manda un paquete anónimo con una sencilla flor prensada y enmarcada, igual que hacía Harriet antes de su desaparición. Esta investigación se realizará en una isla diminuta, donde viven pocas personas, frente a la costa sueca.

Gran intriga, ambas tramas se conectan: el empresario Vanger tiene pruebas de aquello que ocurrió y que se ocultó en el juicio, y se las ofrece al periodista Blomkvist si logra pistas de Harriet la desaparecida.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Millennium (I)

Rompo una de mis reglas sagradas, nunca hagas lo que hace todo el mundo, y me compro el primer tomo de la serie Millennium, Los hombres que no amaban a las mujeres, del sueco Stieg Larsson. ¡Hasta el presidente Zapatero lo ha leído, en España!

No voy a leerlo en plan yo soy muy listo, no como vosotros, sino con el limpio interés por saber qué es lo que ha enganchado a tanta gente en todo el mundo; por comprender un poquito a mi época, vaya.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Mia Farrow (y III) (conclusión)

Al final del post anterior son presentados Mia Farrow y Woody Allen. Se gustan, empiezan a salir y forman pareja. Sobre si forman también familia, la cosa es compleja de definir. No se casan, no viven juntos, él sigue en su ático del East Side de Nueva York y ella, con todos sus hijos, en su piso del West Side: entre ambos Central Park, de forma que ella ve, a lo lejos, si la luz de él sigue encendida por la noche o no. Hay escenas divertidas, como cuando explica que él es tan aprensivo con la salud que tiene un médico para cada parte del cuerpo, y que cuando va a estrenar una peli nueva invita a todos sus médicos con sus esposas, por lo que la sala se llena de gente.

Sean familia o no, empieza para ella una década feliz: él es su hombre, él la incluye (casi siempre como protagonista) en sus 15 películas siguientes, lo que le da enorme fama. Mientras, sigue aumentando sus hijos: adopta (ella sola) un niño coreano con parálisis cerebral, una niña norteamericana (Dylan) y una adolescente ciega vietnamita, y además tiene un hijo con Woody Allen. Años después, él adoptaría a Dylan y a otro de los niños. Los años felices tienen sus sombras: él no quiere a los hijos, ni siquiera al suyo natural (Satchel); si ella comete un error o ignora algo él la humilla hasta hacerle llorar, comparándola con Dolly Parton; en fin, como dicen los norteamericanos, él empieza a tener un "comportamiento impropio" con Dylan, la niña recientemente adoptada.

De repente, estalla la crisis: ella descubre en el apartamento de él fotos pornográficas de Soon-Yi, la niña (ya joven) que había adoptado con su anterior marido; a partir de ahí, descubre que son amantes. ¿Hay incesto si él no vivía con ellos, si el padre legal era otro, si él no veía ni a su hijo natural? Empieza una época terrorífica para todos: juicios penales, juicios por la custodia de los hijos, psicoanálisis para los niños, psicoanálisis para los adultos, ... Allen le dice que sin él no será nada, ni en la vida ni en el cine: es horrible que alguien te pueda decir esto, pero peor es que esto sea verdad.

En fin, la paz: ella gana los juicios, se va a vivir al campo con todos los hijos, adopta otros 3 niños enfermos y sigue haciendo pelis con otros directores (cuyo nombre ni me suena). Concluye: "Lo que yo había estado buscando desde el principio ... era una vida provista de sentido". Parece ser que al final lo ha logrado, aunque ya no haga pelis famosas.

....

Empecé el primer post explicando que esta mujer me caía mal por haber empezado su carrera por enchufe y no haber luego demostrado tener méritos para ello. El libro confirma estos prejuicios, desde luego: ella nunca oculta la mala opinión que tiene de si misma como actriz, y al acabar su relación con Woody Allen se puede decir que acabó su carrera en el cine.

Sin embargo, es imposible no sentir simpatía por alguien que ha adoptado tantos niños, muchos de ellos muy enfermos, y que luego les ha cuidado ella misma. Y también hay algo entrañable en el libro: su lucha por ser feliz, como la de todos nosotros, su afán de seguir adelante, con sus éxitos y sus fracasos, como los de cualquiera de nosotros, sus dudas como las nuestras. Esto me pareció simpático, la verdad.

Y, en fin, el libro me confirma (una vez más) en una idea, importante en mi cabeza: la verdadera felicidad está en llevar una vida normal, religiosa, en tener un esposo o una esposa normales y unos hijos normales, si es lo que quiere Dios, en tener un trabajo normal y unas aspiraciones normales.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Mia Farrow (II)

Dejamos en el post anterior a Mia Farrow convertida en una actriz de 19 años, exitosa en una serie popular de la tele USA.

La joven Mia conoce a Frank Sinatra, quien la seduce (en todos los sentidos de la palabra). Tras un tiempo de clandestinidad se casan. Ella siente veneración por él, 30 años mayor, y su matrimonio va a ser para siempre. Época feliz: Roman Polanski le ofrece, por fin, un papel protagonista en La semilla del diablo, que habría de ser un gran éxito. El rodaje dura más de lo previsto, le impide protagonizar otra peli que iba a dirigir su marido, Frank Sinatra, pese a que se había comprometido con él. Parece ser que al gran cantante esto no le hizo gracia, pues un buen día se presenta en el estudio su abogado, con los papeles del divorcio. El matrimonio eterno no había llegado a los dos años.

En las páginas siguiente, Mia Farrow describe muy bien la crisis en la que entró, abandonada por su marido, abandonando ella su fe de niña, sin buenos proyectos de trabajo. "Supongamos que uno comete un error a una edad muy temprana y que ese error pone en marcha cierto entramado de fuerzas misteriosas con las que nunca se debió bromear". "Al hacerme famosa había echo volar los puentes que más necesitaba, los que sirven para cruzar el abismo y conectar con otra gente. ¿No es eso lo que al final nos redime?". "Sentía que había perdido algo vital en mi existencia: mi vínculo con todo lo existente". "A partir de ahí se iniciaría mi búsqueda de una misión que insuflara sentido a mi existencia".

La época se cierra con un viaje a la India para ser instruida en el hinduismo, es el año 1968. Allí se presentan los Beatles, que alegran algo el muermo de la meditación de 12 horas diarias. Todo acaba abruptamente cuando el gurú del grupo pretende tener con ella un trato poco espiritual.

Tiene suerte. Se va a vivir a Inglaterra, donde conoce al director de orquesta André Previn, con el que se casa. Aparece en ella una insospechada ansia de maternidad. Tienen dos gemelos (uno de ellos autista), adoptan a una niña vietnamita (asmática y con neumonía), tienen otro hijo (depresivo desde niño), adoptan a otra vietnamita (desnutrida) y a una coreana (la famosa Soon-Yi de su ruptura con Woody Allen). Todo va perfecto, salvo que el marido apenas para en casa, ha de dirigir conciertos por todo el mundo. Un buen día comprenden que aquello no es, propiamente, un matrimonio, y se divorcian. A Mia se le acaban los trabajos en los teatros ingleses, así que decide volverse a Estados Unidos.

Allí, soltera de nuevo, adopta a otro niño, coreano, con parálisis cerebral.

Un buen día la presentan a un director de cine al que ella admiraba: Woody Allen. Le parece muy simpático y muy listo, aunque un poco raro.

martes, 3 de noviembre de 2009

Mia Farrow (I)

Leo la autobiografía de la actriz norteamericana Mia Farrow, Hojas vivas.

Confieso mis prejuicios contra esta señora: siempre me pareció alguien que se dedicó a ser actriz por capricho, que logró salir adelante gracias a la influencia de sus padres (el director John Farrow y la actriz Maureen O´Sullivan, la Jane de las primeras pelis de Tarzán) y que nunca ha pasado de ser una actriz mediocre, en mi opinión. A todo esto se suma ser progre rica, cosa que detesto en España, en Estados Unidos y en cualquier lugar del mundo.

La lectura de los primeros capítulos avalan mis prejuicios. Explica que la familia vivía en Beverly Hills, donde todo el mundo se dedicaba al cine, y por esto todos los niños tenían sueños de ser actores, actrices, guionistas o directores, esto es algo que le parecía triste porque la mayoría no tenían talento para ello y estaban condenados al fracaso; es extraño cómo siempre vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

Sus padres eran católicos y pese a vivir en el ambiente de Hollywood la familia tenía una vida católica, propia de cualquier otra familia católica en los Estados Unidos de los años 40 y 50: fueron 6 hermanos, iban a Misa todos los domingos (aclara que en aquella época era pecado mortal no hacerlo), recibían la Primera Comunión, rezaban el Rosario en familia en los momentos difíciles. Sus padres nunca se divorciaron, pese a que el matrimonio fue un fracaso. Una de las cosas más divertidas es cómo el padre, alcohólico y mujeriego, recibía en casa a unos padres jesuitas, con los que tenía grandes discusiones teológicas entre whisky y whisky.

Volviendo lo que dije al principio sobre mis prejuicios contra ella, cuenta que un buen día le llaman, le ofrecen un papel en una serie, la serie empieza a tener éxito y así es como Mia Farrow se convierte en famosa a los 19 años. ¿Todas las chicas de su edad tuvieron esa misma oportunidad? Lo dudo.

...

El libro se lee muy bien mientras cuenta cosas normales de su vida. Cuando filosofa o intenta ser poética, se vuelve progre-cursi: "Entonces me di cuenta de que mi madre me hablaba como a una amiga, como si yo fuera una persona mayor. En ese momento, al verse reconocida, esa parte esencial de mí que se agitaba en mis más íntimos y ocultos recovecos salió deslumbrada, pestañeó ante la brillante luz de la tarde".