sábado, 29 de noviembre de 2008

Cáncer

Visito a una amiga, enferma de cáncer. Va mal: sólo se curara si Dios lo quiere.

Rezad por ella.

Igual que en otros cánceres que he vivido cerca, me asombra la atención de la enferma y de sus familiares por temas muy cotidianos: una molestia en otro órgano, el aburrimiento por el insomnio, una pequeña preocupación administrativa, un cotilleo político. Diríamos que el hombre es tan pequeño que ni siquiera en los grandes momentos, con la Enfermedad o la Muerte cerca, puede salir de lo inmediato.

Al salir, paseo por un Madrid helado, con sol. Los árboles sin hojas, las pequeñas tiendas que sobreviven, las señoras con la bufanda en la boca, los coches, las casas viejas, todo, todo me parece de una belleza nueva, como si todo lo viera por primera vez, como si me hubiera operado de la vista hace poco.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El Quijote (III)

Comentamos al inicio cómo El Quijote, que tiene mala fama de novelón viejo y pesado, es en muchos aspectos una novela modernísima, y en concreto en la confusión que logra entre realidad y literatura. Este fenómeno se repite, con mucha gracia, a partir del capítulo XXX de la segunda parte.

Don Quijote va por el campo y se encuentra con unos duques y su séquito, que van de caza. La duquesa, según ve al caballero y a Sancho, comprende que está ante los protagonistas de la historia que ella, su marido y todos sus amigos han leído y disfrutado. En ningún momento se dice que ella creyera que eran personajes de ficción, como los de las demás novelas de caballería. Con gran contento, invita a los dos a ir a su palacio de campo, y a partir de ahí ocurrirán diversas aventuras, todas ellas estupendas, pues los duques y sus astutos criados engañaran a Don Quijote con todo tipo de trucos. Por lo pronto, según llegan al palacio, les montan un recibimiento igual que los que en las novelas de caballería se daba a los caballeros andantes, cosa que sorprende a Don Quijote.

Como ya ocurriera en los capítulos del libro que comentamos en el primer post, esta confusión entre realidad y literatura tiene una consecuencia lógica: los lectores, en este caso los duques, saben más de lo que pasó que sus protagonistas. Así, en el capítulo XXXII, la duquesa le puede contar hechos relativos a Dulcinea que Don Quijote no conocía, y que le dejan perplejo, pues sólo los vivió Sancho. Y, al revés, en un gracioso diálogo (en el capítulo XXXIII) ella le pide a Sancho varias aclaraciones de lo ocurrido en la primera parte de la novela, cosas que se supone que Sancho vivió solo, sin que nadie las viera.

El contrapunto a esto lo da un personaje siniestro, el capellán de los duques, que en el capítulo XXX encarnaría a un crítico literario: se sorprende de que Don Quijote exista, él creía que era un mero personaje de ficción. Riñe al duque, es una vergüenza que después de haber perdido el tiempo leyendo tantas veces el libro original, ahora lo pierda hablando con un loco, y riñe a Don Quijote, que ridículo que un señor tan mayor esté haciendo bobadas por el campo, en vez de estar cuidando a su esposa y a sus hijos, si es que los tiene. Como nadie le hace caso, se enfada y se va, para alivio del lector y de los personajes.

¿Se planteó la duquesa alguna vez que llegaría a haber una segunda parte, y que ella, una persona real, saldría en el libro convertida en personaje? ¿Se pudo imaginar que las conversaciones que ella tuvo con su marido aparecerían ahí, grabadas por algún extraño encantador, y que alguna de sus amigas se las podría comentar, pasado el tiempo?

¿Se imagina el lector que lee el libro que a lo mejor algún día hay una tercera parte del Quijote en la que él salga leyendo la segunda parte?

sábado, 22 de noviembre de 2008

Agonía del semáforo

"Sostengo la tesis (falsa) de que si uno anda suficiente rato por Madrid acaba viendo siempre algo extraordinario".

En Atocha un autobús empuja a un coche, que se empotra contra un semáforo, que cae al suelo, sin rozar a ninguno de los que esperábamos para cruzar.

Lo más terrible fue que, una vez en el suelo, siguió funcionando: se encendió el disco rojo, apareció el señor verde que permite cruzar; así lo hizo algún peatón.

Me pareció como un señor altísimo, al que hubieran atropellado, y que en sus últimos momentos siguiera hablando, cambiando de opinión.

Me dieron ganas de ponerle el periódico que llevaba debajo de la parte alta, donde están los tres discos, para que no muriese con la cabeza apoyada en la acera.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El Quijote (II)

Ya dijimos que en la segunda parte del Quijote hay un cambio muy importante respecto a la primera: el héroe ya no está loco. Una divertida historia, en el capítulo XXVII, nos muestra que no sólo es cuerdo, sino prudente.

Va a haber una singular batalla, no entre ejércitos, no entre gigantes, sino entre los mozos de un pueblo y los de otro. Por una vieja historia, los del segundo pueblo se ríen de los del primero rebuznando, como si todos fueran asnos, y los ofendidos no pueden sufrir esta burla. Por ello, de vez en cuando se reúnen en un llano, para pegarse pedradas, bastonazos y lo que haga falta. Enterado Don Quijote de los preparativos, consciente de que son mozos, y no caballeros ni tropas, acude al lugar, donde sólo están aún los del bando ofendido. Allí, acompañado de Sancho Panza, se pone en medio de la tropa, y les echa un maravilloso discurso renacentista, animándoles a la paz: “Los varones prudentes, las repúblicas bien concertadas, por cuatro cosas han de tomar las armas y desenvainar las espadas, y poner a riesgo sus personas, vidas y haciendas”: la fe católica; la defensa de su vida; la defensa de la honra, de la familia y de la hacienda; el servicio al Rey y a la Patria. El caballero argumenta cómo la broma de los relinchos no está en ninguno de estos casus belli, por lo que conviene mantener la paz.

Todos le escuchan conmovidos, y Sancho también, que se emociona y empieza a recordar cómo él, cuando era joven, relinchaba maravillosamente bien. En efecto, se tapa la nariz y empieza a mugir como no lo haría el asno más asno de la Mancha. Los mozos entienden que lo hace por burlarse de ellos, como sus enemigos que no llegan, así que empiezan a pegarle golpes y tirarle piedras. Cuando el lector cree que Don Quijote, como ya hiciera en la mortal batalla de los carneros, va a sacar la espada y acometer contra tanto villano, lo que hace es espolear a Rocinante y salir corriendo de allí, aterrorizado, “temiendo a cada paso no le entrase una bala por las espaldas y le saliera por el pecho, y a cada punto recogía el aliento, por ver si le faltaba”.

Cuando, al rato, Sancho se libra de los agresores y, muy dañado, llega junto a él, le pide cuentas de su cobardía, de haberle dejado solo. Don Quijote puntualiza, con gran exactitud: “No huye el que se retira (...) pues la valentía que no se funda sobre la basa de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo”.

martes, 18 de noviembre de 2008

Crema de plátanos

Receta para hacer crema de plátanos

Sal a la calle, date un paseo antes de la hora de la cocina. Acércate al escaparate de una pastelería de las buenas. Contempla los suizos rellenos de crema, los huesos de santo, las palmeras glaseadas, los pastelitos. Envidia al que puede comer todo eso sin engordar, odia a la gente que sale contenta con sus bandejas, siéntete desgraciado por tener que estar siempre controlando lo que tomas, compadécete de ti mismo, que hoy tienes que tomar sopa de espinacas y filete a la plancha porque durante dos semanas te has pasado mucho, pero mucho, con el menú. Vuelve a tu casa lleno de santa ira y de santa autocompasión, dispuesto a hacer una locura.

Pon a cocer leche, cuanto más grasa mejor, pero no mucha, un cuarto de cazuela basta. Pela y corta en rodajitas tres o cuatro plátanos. Abre la nevera, echa en la olla una paletada de mantequilla, echa dos o tres quesitos cremosos de los de tus sobrinos, echa (si tienes) nata líquida. Si hay por ahí alguna patata échala también, o mejor no, que tendrías que haberla cocido un rato antes, otro día lo pruebo. Apaga pronto el fuego, y echa la papilla en el pasapures. Tríturalo pero con poca potencia. Sin sacarlo, echa ázucar, echa zumo de limón, cuidado con las pepitas. Vuelve a darlo vueltas. Comprueba que haya quedado pastoso, no vale si queda líquido. Si ves que no tiene suficiente densidad, puedes echar más mantequilla, más quesitos, más platanos; también podrías echar tres o cuatro cucharadas soperas más de azúcar, pero es más fácil lograr la espesura con lo otro que te he dicho. Vuelve a batirlo, hasta que quede denso. Si no vienen niños a comer puedes echar un poco de ron, de jerez, de vino dulce, de lo que tengas por ahí.

Echa el brebaje en un recipiente adecuado y guárdalo en la nevera.

Tómalo de postre, ese día o al siguiente, sé feliz, no lo tomes diciendo “No debería, no debería”, da gracias a Dios de ser goloso y de tener todos estos baratos componentes en casa y de tener por delante años y años de proponerte ser estricto con la dieta, de ser sacrificado, de romper el muro y volver a comer a lo grande, de volverte a arrepentir, de volverte a poner estricto, de ...

domingo, 16 de noviembre de 2008

Novelas de caballería

En plena lectura del Quijote, voy a una estupenda exposición en la Biblioteca Nacional sobre el Amadís de Gaula y las demás novelas de caballería. Fueron éstas los bestsellers durante varios siglos, en Europa y (tras el Descubrimiento) en América. Comenzaron siendo historias sencillas, tipo las aventuras del Rey Arturo, y según pasó el tiempo se fueron complicando, incluyendo aventuras dentro de las aventuras, metiendo personajes mágicos o aventuras en otros mundos. Al igual que nuestras novelas en que unas continúan a otras, como las de Harry Potter, así en aquellas el héroe tenía un hijo, que en otra novela posterior era el protagonista principal, que a su vez tenía otro hijo: en un mural gigantesco, la Biblioteca explica el árbol genealógico del principal héroe, Amadís de Gaula, lleno de ramas y de subramas, desarrolladas en varias novelas.

La exposición es también muy interesante por la tipografía: desde los primeros ejemplares, escritos a mano o en letra gótica muy densa, sin separar párrafos, sin ilustraciones, se va viendo la evolución hasta llegar a maravillosos ejemplares franceses, de letra clara como la de nuestros libros, con ilustraciones delicadísimas. La exposición incluye una curiosa novela de caballerías editada en hebreo, en Constantinopla.

Hay paneles donde se cuentan anécdotas que demuestran el éxito de estas novelas. Llegó un gran señor a su casa y se encontró a su esposa, a sus hijas y a sus criadas, todas llorando. Se asustó y preguntó que qué desgracia había ocurrido. La esposa, llorosa: "Pues señor, ¡hase muerto Amadís!", mientras le enseñaba el libro.

Hay una zona bien interesante, dedicada a América: lo que los descubridores españoles iban viendo les parecía tan maravilloso que sólo podían compararlo, en sus crónicas y en sus cartas, con lo que habían leído en los libros de caballería. Y, en concreto, uno de ellos, al descubrir lo que ahora es la provincia argentina de Santa Cruz, se encontró con unos indios gigantescos, muy amables, que le recordaron a un gigante de una novela de caballerías que había leído: el gigante Patagón. Por eso, les llamó "patagones", y de ahí la actual Patagonia.

Concluyo: la obra expuesta que más me conmovió fue un "original de imprenta", un libro ya hecho en imprenta, usado para correcciones y para la censura previa de la Inquisición y el Consejo Real: si te fijas, ves las palabras corregidas, las letras tachadas, las señales del corrector, y en un margen, junto a algo tachado, escrito por mano de alguien que ya murió hace mucho, la palabra "caualleros", que había que incluir en el texto.

viernes, 14 de noviembre de 2008

El caso Neira

Vive España pendiente de este triste caso. En agosto pasado, en un hotel del pueblo de Majadahonda, un tío gigantesco empezó a gritar y a zarandear a su chica. El profesor Jesús Neira, que estaba cerca, se acercó e intentó defenderla. El tío gigantesco se le enfrentó y le pegó tal paliza que el valiente ciudadano quedó desde ese día en coma. Algunos médicos dijeron que era un coma irreversible, tan graves eran las lesiones. Tuvo suerte el señor de que aún no se hubiera aprobado la Ley de la Eutanasia: algún doctor Montes (1) compasivo le podría haber puesto una inyección para que dejara de sufrir.

Dios es grande, y el profesor Neira, sorprendentemente, ha salido del coma y ha empezado a hablar, torpemente aún. Tiene épocas mejores y épocas peores pero parece ser que va a salir adelante.

El lado ridículo, que no puede faltar nunca en España, lo puso su chica, la agredida, que fue a varios programas de la tele y a varias revistas a defender ... ¡al agresor! Que si el pobre estaba nervioso, por efecto de una droga; que si no le estaba pegando; que si la culpa la tuvo ella, porque recibió una llamada de otro hombre; que quién le mandaba al profesor meterse en medio. Esta reacción, tan grotesca, ha horrorizado a las buenas gentes, y también a las feministas, que tras hacer campaña durante años para que las mujeres víctimas de violencia doméstica denunciaran a los hombres que las pegan y no les perdonaran, se encuentran con esta moza disculpando al tío que la estaba pegando.

Para mí, para mi caso particular, el caso tiene además una lectura personal. Soy muy cobarde para enfrentarme a la gente que se comporta mal a la sociedad: los chicos que pisan los asientos del autobús, los chicos que pisan los bancos, los chicos que ponen la radio alta por la calle, los chicos que fuman en el Metro, ... Nunca me atrevo a decir nada, pero luego me voy lleno de rabia: “Cómo degenera todo”, me digo. Y añado: “Eres un cobarde, porque si te atrevieras a decirles algo, seguro que se arrepentirían de su mal comportamiento y no pasaría nada”.

El caso Neira demuestra que esto no es así: que a veces, por intentar ser un buen ciudadano, puedes acabar muy mal.

...

(1) El doctor Montes: doctor madrileño, procesado por sedaciones excesivas que habrían causado la muerte de decenas de personas; fue absuelto y ahora es el héroe de la izquierda española.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Catecismo (4): Sagrada Escritura

Parte 1, sección 1, capítulo 2, artículo 3, párrafos 100 a 141.

Decíamos ayer ...

Este artículo del Catecismo empieza con una declaración de San Pablo: “al oír la palabra de Dios que os predicamos la acogisteis no como palabra de hombre, sino como palabra de Dios, cual en verdad es, y que obra eficazmente en vosotros, que creéis” (1 Tesalonicenses 2, 13). Así es, según el Catecismo: la Sagrada Escritura no es sólo “palabra de hombres”, sino que realmente es la Palabra de Dios (párrafo 104). “Dios es el autor de la Sagrada Escritura”, el Espíritu Santo la inspiró (que no dictó) (párrafo 105) a través de los hombres concretos que fueron sus autores (párrafo 106). Esta definición de Palabra de Dios, esta inspiración, se aplica tanto al Antiguo Testamento (párrafos 121 y 123) (pese a que algunos de sus elementos sean “imperfectos y pasajeros” (párrafo 122)) como al Nuevo Testamento (párrafo 124). La consecuencia de ello es que la Sagrada Escritura es la verdad (párrafo 107), en la que podemos apoyarnos para construir nuestra vida y buscar nuestra salvación.

Dicho esto, el Catecismo aclara que el cristianismo no es una “religión del Libro” (párrafo 108), que nos lleve a aplicar literalmente todo lo que dice, hasta la última coma, como les pasa a las sectas fundamentalistas, sino una realidad viva, inspirada por el Espíritu Santo (párrafo 108). Hay que tener muy en cuenta el sentido literal de las Escrituras, por supuesto (párrafo 116), pero no sólo eso, sino también el espiritual (párrafo 117), comprendiendo las circunstancia históricas en que se escribieron (párrafo 110). Por todo ello, el Concilio Vaticano II propuso tres criterios de interpretación: la unidad interna de todas las Escrituras, no viendo párrafo a párrafo (párrafo 112), la Tradición de la Iglesia (párrafo 113) y la cohesión interna de todas las verdades de fe (párrafo 114).

A la verdad espiritual de todas las Sagradas Escrituras se añade, en el Nuevo Testamento, y muy especialmente en los cuatro Evangelios, la verdad histórica: no son una alegoría ni un recreación de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús (párrafo 126.1), sino una narración real de lo que “hizo y enseñó realmente” (párrafo 126.1), y lo mismo se puede decir de la vida de la primera Iglesia.

En fin, una idea preciosa: por ser las Escrituras Palabra de Dios, “la Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo” (párrafo 103).

...

El Cardenal Van Thuan, en el capítulo 7 de Testigos de esperanza, explica cómo fue aislado en la prisión comunista durante varios años, cómo le quitaron su Evangelio, cómo en trocitos de papel fue escribiendo 300 párrafos de la Sagrada Escritura de los que se acordaba, para leerlos de continuo. “Observa una sola regla, el Evangelio. Esta constitución es superior a todas la demás, es la regla que Jesús dejó a sus apóstoles. No es difícil, complicada o legalista como las demás; al contrario, es dinámica, suave y estimulante para tu alma”. Poco antes había escrito: “la autentica escucha de la Palabra se traduce en obediencia, en hacer lo que exige. Hay que dejarse trabajar por la Palabra hasta el punto de que llegue a informar toda la vida cristiana”.

martes, 11 de noviembre de 2008

Agua estancada

A veces veo mi alma como estas fuentes que hay en los parques, en las que continuamente cae un chorro desde un surtidor. El agua que cae es la gracia de Dios, y sería fácil dejarla correr ("Mi yugo es suave"), y que todo (la caridad, la Misa diaria, la oración) saliera bien. Sin embargo, van cayendo hojas en el desagüe de la fuente, de la vida, por lo que el agua deja de correr y se estanca: empieza a oler mal. Cuando esto ocurre, le pido a Dios que destapone el desagüe y que el agua vuelva a ser corriente, clara.

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Cuando uno no tiene una vida normal, cuando uno no se ha casado ni ha tenido hijos, tiene que cuidar mucho sus relaciones con los demás. Es verdad que uno tiene familiares, amigos y conocidos que le quieren y uno les quiere a ellos, pero aún así hay que tener cuidado con los brotes de egoísmo o de paranoia.

Uno de mi oficina se jubila y da una copa de despedida. Mi primera reacción, rara, es "No vayas, no tendrás nada que hablar con nadie". Con gran esfuerzo y ayuda de Dios le echo valor, bajo, y lo paso bien: incluso gente con la que no he tenido mucho trato se me acerca, se interesa por mis temas, es amable conmigo. Salgo contento.

Hay que tener cuidado, hay que rezar por los demás, hay que hacer cosas por los demás, estar disponible para ellos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Rabia

Estoy rabioso. Contra todo pronóstico, Zapatero (no España, no, sino Zapatero) va a ir a la cumbre de Washington, gracias al presidente Sarkozy. No sólo eso: Obama le ha llamado y ha estado charlando un rato con él, para agradecerle su felicitación, después de que Bush, durante 4 años, no haya pasado del "Hello, boy, how are you?" No sé cómo, pero este tipo siempre logra lo que se propone.

Caigo en la desesperación. Nunca nos libraremos de él. Estará cuatro Legislaturas, como Felipe González, no se irá antes de 2020, cuando yo ya tenga 55 años. Da igual que siga el ceporro de jefe del PP o que pongan a otro. Da igual todo, nunca se va a ir, siempre se sale con la suya.

(Más rabia: cierran dos emisoras de la Conferencia Episcopal, en Cataluña, y se reconoce que los billones que regalamos a los bancos no se van a emplear en préstamos a las familias o las empresas, como ya sospechábamos).

...

Para evitar la depresión o la locura es preciso rezar, y volver a centrarse en la vida personal. Tras las semanas veloces, vuelvo a la lentitud. Me confieso aunque no tocara aún, limpio profundamente mi casa, llamo a gente pendiente, vuelvo al Catecismo, vuelvo al Quijote, vuelvo a las 1080 recetas.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Rosario

Rezas el rosario para recordarle a María grandes cosas que le ocurrieron en vida. Es como si todos los lunes llamas a un amigo y le dices "Vaya suerte tuviste al nacer en Madrid", y todos los martes "Vaya suerte tuviste al estudiar Derecho", y todos los miércoles ...

...

¿Te parece una devoción pesada, larga? Reparte los cinco misterios a lo largo del día: tres minutos por la mañana, tres minutos antes de comer, tres minutos por la tarde, ... Será como si tuvieras cinco macetas de flores blancas y las repartieras por tu jardín.

...

Aunque tengas la cabeza espesa, aunque nunca se te ocurra nada, si rezas el rosario nunca volverás a tener miedo al tiempo vacío, al autobús que no llega, al médico que se retrasa. Serás como esos adolescentes que no pudiendo estar solos ni pensativos, en seguida sacan el celular/móvil para hablar con los amigos. Tú tampoco volverás a estar solo ni aburrido.

...

¿Te resulta monótono repetir 50 veces el Avemaría a lo largo del día? ¿Es como ir por una carretera recta? Pues ¡¡métele curvas que te obliguen a ir atento!!

"Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo". Esto no se puede tocar: se lo dijo el ángel a María, de parte de Dios.

"Bendita tú eres ..." Retócalo, relacionándolo con el Misterio que rezas: "Bendita tú eres entre todas las mujeres yendo hacia el Calvario y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, con la cruz hacia el Calvario".

"Santa María ..." ¿Ofreces cada Misterio por algo o por alguien? Mételes en la parte final, y añade una jaculatoria que se te ocurra, relacionada con lo que pides: "Santa María, madre de Dios, Madre de Cuba, ruega por los cubanos, pecadores, ahora y en la hora de su muerte, amén".

"Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres de camino al Calvario, bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, con la cruz hacia el Calvario. Santa María, madre de Dios, madre de Cuba, ruega por los cubanos, pecadores, ahora y en la hora de su muerte. Amén".

(Más sobre el Avemaría).

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama

Ha ganado Obama, y por una vez la expresión "acontecimiento histórico" es exacta: por su raza y porque liquida el mandato de George Bush. Veremos si el nuevo Presidente tiene mejores soluciones para un mundo que cambia muy deprisa.

El senador Mc Cain, nuestro candidato, ha perdido muy honorablemente, con un magnífico 47% de los votos. Esto nos hace pensar que si no hubiera cometido un par de errores durante la campaña, como nombrar a Sarah Palin o amenazar con abandonarlo todo por la crisis económica, quizá podría haber ganado. Le ha pesado como un ancla ser del mismo partido que Bush, es muy difícil presentarte como el candidato del cambio necesario si tú también eres republicano.

Yo me lo he pasado muy bien durante la campaña: primero, siguiendo las primarias de cada partido; segundo, estudiando día a día las encuestas de cada Estado. Mc Cain tuvo un repunte esperanzador en verano al nombrar a Sarah Palin, pero pronto se vio que esta señora era un bluff. Para mí han sido meses muy entretenidos, como no los pasaba desde hacía varias elecciones presidenciales; casi me dan ganas de que pasen tres años y volvamos a empezar con las nominaciones.

El primer asunto que ha de afrontar Obama es la grave crisis económica, donde se supone que más o menos seguirá con las decisiones de estas últimas semanas, tomadas de común acuerdo entre los dos grandes partidos. Viene después en importancia la guerra de Irak. Él ha prometido a los electores que Estados Unidos se va a ir de allí, mucha gente le ha votado por ello, pero todos sabemos que esto es algo imposible, hoy por hoy: no queremos un segundo Líbano. En fin, está el problema de las cuestiones éticas (aborto, investigación con embriones, clonación, matrimonio gay, eutanasia), donde este señor se ha comportado como un liberal peligroso en sus años en el Senado. Al parecer, el problema no es tanto los proyectos de Ley, que allí son más bien tema de los congresistas y senadores, sino del nombramiento de magistrados del Tribunal Supremo, donde a Bush no le ha dado tiempo, en ocho años, a crear una mayoría pro-life.

Como dirían ellos, God bless America, y también a todos los demás, que falta nos hace.

martes, 4 de noviembre de 2008

Velocidad

Días de velocidad en mi vida, de ocurrir demasiadas cosas por minuto.

Hay un problema en el cambio de las tuberías de la casa, soy el presidente de la Comunidad, hay que hablar con el administrador, hay que hablar con el arquitecto, hay junta urgente, voy atemorizado, como siempre, pero todos los vecinos muestran un buen juicio asombroso. Hay que organizar las visitas a la Semana de la Ciencia. Hay que buscar un abogado con urgencia, a una compañera con cáncer la quieren imponer la invalidez, eso no puede ser, parece que todos los abogados de Madrid están saturados de trabajo y nadie te recibe. Al final ¿estaban seguros los ahorros en el banco antiguo, lo están en el banco nuevo, conviene llevarlo todo al Tesoro público? Hay que montar un cumpleaños, 10 o 12 personas, un cumpleaños sorpresa, según la gente va confirmando un día a los nuevos les viene mal, y la fecha que les viene bien a los nuevos les viene mal a los primeros. Hay que tener una bronca con una de las hermanas, nadie se atreve a hacerlo. Hay que hacer una reclamación en la oficina, todos nos hacemos trampas unos a otros. Hay que ...

Días sin paz, sin cabeza clara ni para el blog, ni para el Catecismo, ni para el Quijote.

Sí, ya lo sé: qué frivolidad, todo esto es nada y menos que nada, comparado con los 200.000 señores que van al paro cada mes, con el cáncer de mi compañera, con la monja española que ha perdido los pies por una bomba en el Congo. Nada y menos que nada. Pero cada uno siente las cosas como suele ser su vida, y acostumbrado a ir a 20 Km/hora, me da vértigo ir a 100 Km/hora, el coche va demasiado deprisa y siento que en cualquier momento se puede estrellar.