viernes, 29 de junio de 2012

Libros de San Fernando (II)

Leo El bufete, del español Borja Martínez- Echevarría.

Un joven y brillante y ambicioso abogado, Alberto, es contratado por un brillante y ambicioso bufete de abogados de Madrid (recepcionistas guapas, oficinas de lujo, cócteles caros). Le meten en el equipo que, día y noche, prepara la oferta pública de compra de acciones que GlobalHerz (todo junto) va a lanzar contra la gran Petrospaña. Dirige la operación el no tan joven pero brillante y ambicioso abogado Nicolás. La operación se tuerce pues al anunciarse la oferta las acciones empiezan a subir, valen más en Bolsa que el precio ofertado por GlobalHerz, ningún accionista las va a vender. Los jefes de GlobalHerz resultan ser malos malísimos y, junto a Nicolás, traman un malvado plan para que la acción baje: campaña de boicot, fuga en una refinería de Petrospaña.

(Hasta aquí la novela es interesante. A partir de aquí se estropea porque los protagonistas son capaces de jugarse la vida o la carrera para que triunfen la Justicia y la Verdad, lo que resulta increíble)

Alberto descubre la operación de su jefe Nicolás y se pone de acuerdo con la joven y brillante periodista Berta para descubirlo todo. Los de GlobalHerz les pillan, además de malos malísimos son listos listísimos, una cosa lleva a la otra, e intentan matarles. En el último minuto Nicolás se arrepiente, evita que les asesinen y da su vida por los dos jóvenes. La trama es descubierta. No sabemos si la acción baja al final o no.

Como la vida misma, vaya.

jueves, 28 de junio de 2012

Portugal

España jugó ayer su 3ª semifinal consecutiva, tras las de la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010. Había una gran preocupación previa con Portugal: uno hizo un cálculo y dijo que Cristiano Ronaldo había marcado en la Liga pasada más goles él solo que todos los jugadores españoles juntos.

Por la tarde había gente por la calle con la camisa roja de la selección. Desde dos horas antes, pese al terrible calor, en las terrazas de los bares la gente había cogido un buen sitio junto a la tele. Fui a Misa, comulgué, y después de pedir por la gente de siempre se me escapó "y por la selección". Me arrepentí de inmediato.

Antes del partido los jugadores portugueses cantaron a gritos su himno, As armas; nosotros no, porque no tiene letras. Al menos nadie silbó.

El partido fue muy duro porque las dos selecciones eran igual de buenas. A veces se tiraban tiros locos desde el centro del campo, todos fallidos. Cuando los españoles llegaban al área portuguesa había como 20 defensas impiéndoles tirar. 0-0 empezamos, 0-0 acabó el partido, 0-0 acabó la prórroga.

Ambos fallamos el primer penalty, ambos acertamos el 2º y el 3º, ellos fallaron y nosotros acertamos el 4º, marcó Cesc Fábregas en nuestro 5º tiro y nos clasificamos para la final. Lo mejor de la noche -con diferencia- fue la cara de bobo que se le quedó a Cristiano Ronaldo, se había reservado para tirar el 5º portugués y darles la victoria. No tuvo ocasión, se fue -una vez más- furioso.

Discreta celebración por las calles de mi barrio, a las 12 todo era silencio.

Como no hay rosa sin espinas, al recoger la cena se me cayó una bandeja y me rompí la esquina de una uña. Hasta que se regenere me recordará esta noche de gloria, quizá la última.

lunes, 25 de junio de 2012

Libros de San Fernando (I)

Por San Fernando (30 de mayo) mi familia (que odia la lectura) me regaló tres libros. Otros años los he tirado directamente a la basura, pero esta vez -no sé por qué- decidí leerlos, o al menos intentarlo.

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Leo "Siete años", del suizo Peter Stamm.

Alex (que es el narrador) y Sonja se conocen estudiando arquitectura en Múnich. Ella es muy brillante, él no tanto. Se hacen novios y deciden casarse. Poco antes de la boda él conoce a una polaca estúpida, Ivona, que vive ilegal en Alemania y que nunca habla. Aunque él la desprecia empiezan a tener relaciones sexuales. Luego se casa con Sonja y deja de ver a Ivona. Alex no ama a Ivona ni tampoco a Sonja.

Siete años después, el matrimonio de Alex y Sonja se ha vuelto muy aburrido. Él se acuerda de Ivona, la busca por Múnich y vuelven a tener relaciones sexuales. La polaca se queda embarazada y no quiere abortar porque es polaca y católica practicante. Esto les viene muy bien a Alex y a Sonja porque ella quiere tener un hijo y no puede. Adoptan a Sophie, la hija recién nacida de Ivona la polaca, que vuelve a salir de sus vidas.

Siete años después todo va mal, el matrimonio no se aguanta, el despacho de arquitectos que tienen quiebra, Sonja se va  a trabajar a Marsella, Alex se vuelve alcohólico, los padres de Sonja cuidan de la niña, Sonja vuelve y deciden divorciarse, en medio de la miseria Alex intuye la posibilidad de iniciar una nueva vida, partiendo de la nada.

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Lo que más me gustó fue un diálogo entre Alex y una amiga polaca de Ivona. Ésta le explica que Ivona ha vivido todos esos años enamorada de él, esperando que volviera. Alex le dice que él nunca ha amado ni va a amar a Ivona. Eso da igual, aclara la amiga, Ivona halla felicidad no en ser amada, sino en amar. Según eso, dice Alex, es mejor amar sin ser correspondido que amar siendo correspondido. No, corrige la amiga, es mejor amar y no ser amado que no amar y ser amado.

viernes, 22 de junio de 2012

Metáfora de la obra

En mi barrio están haciendo una obra en un solar enorme. Tiraron la casa, empezaron a excavar y a excavar, sin duda quieren hacer un garaje de varias plantas. Si te asomas, ves allá abajo, lejos, la excavadora, más chica cada semana que pasa.

Al otro lado del solar hay un gran edificio cuya fachada principal da a la calle paralela. En su planta baja hay un patio que los vecinos del piso bajo usan como jardín. Desde donde yo estoy sólo se ve una valla metálica con una tela pegada que les separa de la obra y dos farolas y una sombrilla que sobresalen por encima.

Pensé en la familia propietaria. Me los imaginé en las noches de verano, felices, cenando a la luz de las dos farolas, riendo, olvidados de la obra del solar de al lado, olvidados del agujero que crece y crece, oscuro en la tiniebla, mucho más grande ya que el edifico en el que viven, sólo una pequeña tela les hace olvidar la fosa infinita.

martes, 19 de junio de 2012

Nigeria, Grecia, Croacia, Madrid

Acuérdate de los cristianos de Nigeria. Han vuelto a matar a varios por estar el domingo en Misa. Cuando estés en tu iglesia y admires las flores, la música, la luz de las vidrieras, la homilía, recuerda que hay gente que se juega la vida por hacer lo mismo que tú.

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El domingo seguí hasta muy tarde el recuento de las elecciones en Grecia. Todos nos jugábamos nuestro futuro. Si llegan a ganar los partidarios de no cumplir con las duras condiciones del préstamo europeo ellos habrían sido expulsados del euro, los inversores hubieran dejado de confiar (todavía menos) en las economías débiles como España, nadie nos prestaría dinero, se agravaría nuestro déficit, habría que cortar gastos, Rajoy cambiaría la Ley para quitar el puesto vitalicio de los funcionarios, ¿qué iba a ser de mí? Cuando se confirmó la victoria de los partidarios de cumplir las condiciones respiré, ya tranquilo.

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En el partido España-Croacia nos bastaba con empatar para pasar a la siguiente fase de la Eurocopa, pero los croatas pusieron una defensa durísima, imposible marcarles. En los últimos minutos (empatados a 0) empezamos a temer un descuido, un gol de ellos, habríamos sido excluidos. Hasta el gol de Jesús Navas (minuto 87) no nos tranquilizamos.

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Al volver a casa, por la noche, había dos vehículos aparcados frente al portal vecino. Uno era de la empresa funeraria con un letrero, "Servicio judicial"; el otro era de la Policía Nacional. Me moría de ganas de saber qué había pasado, pero me pareció de muy mal gusto quedarme a ver el cadáver.

viernes, 15 de junio de 2012

Verano

Éste es el verano del sermón de la montaña.

Iba a ser el verano del músico que tocaba cerca de mi oficina. Pero la gente se cansó de verle en el mismo sitio y dejó de echarle monedas. Ahora vivo en el silencio.

Éste es el verano de la Eurocopa. España -campeona hace 4 años- empezó dando un susto al empatar con Italia, pero ayer arrasó (4-0) a Irlanda. Nos basta con empatar con Croacia para seguir adelante. Y este año nos es muy necesario hacer un papel digno.

Éste es el verano de la quiebra de España, de la ayuda europea de 100.000.000.000 euros, de la rebaja a "bono basura", de las tiendas cerradas. Pero el presidente Rajoy cogió su puro, cogió su avión y se fue a Gdansk a ver el España-Italia. Jamás se lo perdonaremos.

lunes, 11 de junio de 2012

Unión

El matrimonio anciano se sentó dos bancos delante del mío, en Misa. Ella debía estar enferma, estuvo todo el rato sentada.

Poco antes de la consagración, estando él de pie, ella estornudó. Metió la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón de él, sacó el pañuelo, lo desplegó, se sonó ruidosamente, volvió a doblar el pañuelo, lo volvió a meter en el bolsillo del marido. Él le sonrió.

viernes, 8 de junio de 2012

Bienaventuranzas (y V)

El último capítulo ("Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia") no me gustó mucho. Habla de los profetas de Israel, de los primeros cristianos y de los creyentes rusos en la época comunista. Pero no vi clara su aplicación a nuestra vida.

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Para mí, perseguido por causa de la justicia es el que es coherente con la fe, aunque ello le cueste (o le pueda costar) un sacrificio personal: el que riñe a su amigo por no ir a Misa, con el riesgo de que el otro no quiera volver a verle; el que en la asociación de padres del colegio pide que se mantenga el crucifijo en el aula; el que recomienda a un familiar muy enfermo que se confiese y comulgue antes de morir. Ninguna de estas cosas es fácil hoy.

Ojalá Dios me dé algún día valor para esto.

jueves, 7 de junio de 2012

Bienaventuranzas (IV)

La 7ª bienaventuranza ("los pacíficos" en mi Evangelio y en el Catecismo) es traducida por Jim Forest como "los que buscan la paz". Y es que, según él, "Entre las cosas que Cristo no dice en el Sermón de la Montaña está "Benditos los que prefieren la paz, desean la paz, esperan la paz, aman la paz o piden la paz". Su bendición se dirige a los que construyen la paz. Reclama un papel activo, no pasivo". Por ello, recuerda que Jesús a veces fue violento porque había que serlo, como al derribar las mesas de los cambistas en el Templo, y también cita la frase del Evangelio "No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz sino discordia" (Mt 10, 34).

Todo el capítulo es un gran elogio de la paz y de los que han trabajado por ella a lo largo de los siglos. Lo que más me gustó fue la historia del lobo de Gubbio, un animal terrorífico a quien San Francisco de Asís convenció para que viviese pacíficamente con los habitantes del pueblo. Desde entonces hubo paz entre ellos, y el animal vivió en la villa, alimentado por sus vecinos.

miércoles, 6 de junio de 2012

Bienaventuranzas (III)

Bienaventurados los limpios de corazón.

Jim Forest da un concepto amplio de "limpios de corazón", casi casi lo equipara a "santos". Desde luego, en la limpieza de corazón están incluidas las anteriores bienaventuranzas, según su tesis de la escala. "Un corazón libre de la posesividad, un corazón capaz de sentir tristeza, un corazón sediento de justicia, un corazón misericordioso, un corazón que ama, un corazón no dividido". En definitiva, un corazón santo.

Explica con muchos ejemplos que en el Antiguo Testamento el corazón era importante: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio / renueva dentro de mí un espíritu firme" (Salmo 51). Y, también, rescata muchas menciones en el Evangelio. Esto ocurre porque "durante miles de años el corazón ha representado el centro de la identidad humana y ha sido identificado con nuestra capacidad de amar", en contraste con el mundo actual, que sólo valora la inteligencia.

Si la limpieza de corazón se equipara a la santidad de corazón es obvio que ha de llevar a la caridad: "Una persona es verdaderamente limpia de corazón cuando considera a todos los seres humanos como buenos y cuando ninguna cosa creada le resulta impura o manchada", dice, citando a Isaac de Siria.

¿Cómo llegar a la limpieza de corazón? Igual que llegaríamos a la santidad. Ante todo, con oración, y tiene páginas muy hermosa elogiando una oración de los ortodoxos, "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador", aconseja repetirla una y mil veces en el día hasta que se funda con nuestra respiración. Y, tras la oración, llegamos a la limpieza de corazón mediante la lucha ascética, igual que ocurre con la santidad: "La purificación del corazón es la lucha sin fin en la búsqueda de una vida más centrada en Dios. Es la disciplina de cada minuto para trata de ser conscientes de la presencia de Dios".

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Como se ve, este capítulo me gustó mucho, Sin embargo, para mí la limpieza de corazón tiene un sentido mucho más concreto.  Limpieza de corazón es desinterés. No hay limpieza de corazón si voy a Misa para que Dios me apruebe un examen. No hay limpieza de corazón si soy bueno con los demás para que los demás me quieran. No hay limpieza de corazón si rezo para que Dios esté contento y no me mande enfermedades. Todo eso es lo opuesto a un corazón limpio. ¿Para qué extenderme, si alguien lo escribió mucho mejor?:

"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera".

lunes, 4 de junio de 2012

Bienaventuranzas (II)

Sigo leyendo La escala de las bienaventuranzas, de Jim Forest.

Bienaventurados los que lloran: por las penas ajenas; por los propios pecados; por los pecados ajenos.

Pero, para mí, el sentido propio de la bienaventuranza es: los que lloran porque por sus propias desgracias, por su enfermedad, por su soledad, por su fracaso, por su miedo. Ellos serán consolados algún día por Dios. Algo de esto dijo Benedicto en la Spe salvi: ha de haber vida eterna porque no puede ser que las injusticias de este mundo queden sin castigo ni consuelo.

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Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pero no se quedan en ese afán sino que realmente trabajan por la justicia y la caridad, según el autor.

viernes, 1 de junio de 2012

Bienaventuranzas (I)

Años después, vuelvo a sacar de la biblioteca pública el libro "La escala de las bienaventuranzas", de Jim Forest. Veremos si esta vez tengo la constancia para llegar hasta la 8ª.

La tesis del libro (que no comparto) es que las ocho bienaventuranzas no aparecen en el Evangelio de San Mateo en orden aleatorio, sino intencionadamente colocadas: haría falta vivir bien la 1ª ("bienaventurados los pobres de espíritu") para poder vivir de la 2ª a la 8ª, y así sucesivamente, formando una escala hacia Dios.

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Y ¿qué es ser pobre de espíritu?

1º. Para el autor, ser pobre de espíritu es, ante todo, dar importancia sólo a Dios ("sólo Dios basta") y quitársela a lo demás, y muy en concreto a las riquezas materiales. No dice que todos los cristianos tengamos que ser (materialmente) pobres, sino desconfiar de que esos bienes nos vayan a dar la felicidad; e igual las demás seguridades y certezas de la vida.

2º. Una vez que el cristiano se ha desprendido (espiritualmente) de las riquezas y de las demás ataduras del corazón, la pobreza de espíritu le llevará a aceptar (primero) y a querer (después) la voluntad de Dios, a intentar guiar su vida (seriamente) por el Evangelio, en vez de por el propio interés. "La pobreza de espíritu es tratar de vivir la voluntad de Dios más que la de uno mismo".

3º- En fin, tras cerrarse a los bienes y a las demás cadenas del mundo y abrirse a Dios, el pobre de espíritu reconocerá sus limitaciones y admitirá que no puede hacer nada sin la ayuda de Dios. "Necesito la ayuda de Dios y su compasión más que cualquier otra cosa".

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Así expuesto, el autor justifica su tesis inicial: nadie que siga atado a las riquezas y las demás seguridades de la vida,
nadie que siga creyendo que su salvación es un titánico trabajo propio,
podrá llega a ser manso, a tener hambre y sed de justicia, a ser misericordioso,... Pero insisto en que la tesis de la escala no me convence.