martes, 24 de abril de 2012

Cierre

Poco a poco, todo va cerrando en Madrid.

Han cerrado la cafetería a la que a veces iba después de Misa del domingo, si quería andar un rato. Estaba en el cruce de dos grandes avenidas. Dos de sus paredes eran de cristal, a esa hora de la mañana entraba un sol fuerte, caía sobre la gente que leía el periódico del domingo mientras tomaban café o cerveza. El sitio hacía muchas variedades de pequeños bocadillos, yo veía cómo los elaboraban desde la barra en la que tomaba mi café.

¿Qué habrá sido de la camarera que llamaba a gritos al cliente cuando el pedido estaba listo?

Lo más divertido era si querías ir al baño: te daban una llave diminuta atada a una pieza de madera grande como mi mano, donde ponía "Caballeros" o "Señoras".

El café tuvo relación con dos posts de mi blog. Ahí fue donde vi la canción Lollipop de la que hablé aquí.  Y saliendo otro día me encontré con la manifestación de los indignados, a la que se sumó la gente de mi barrio, camino del Congreso.

Este es un post simple: no quería que el cierre quedara en el olvido.

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Esta mañana me he puesto tan triste oyendo las noticias que he tenido que cambiar a la radio musical.

lunes, 23 de abril de 2012

Nicolas Sarkozy


Me gustó Nicolas Sarkozy cuando fue elegido en 2007. Tras 14 años de François Mitterrand y 12 de Jacques Chirac parecía air nouveau. Además, como ministro de Interior había sido un buen amigo de España en la lucha contra ETA.

Pronto vi que era un farsante.  Si había un atraco en Marsella ahí estaba él para dirigir a la policía. Si había una huelga en una fábrica de Burdeos aparecía él para dialogar con los huelguistas. Si un bosque de Alsacia ardía ya estaba él dando órdenes a los bomberos. Todo esto era muy vistoso, pero uno no elige a un Presidente de la República para detener atracadores, parar huelgas ni apagar incendios. Los problemas de Francia seguían ahí.

Tampoco me gustó su vida personal. Ya en el Elíseo, tras un juego de simulaciones, se divorció de su segunda esposa (Cecilia), se buscó otra novia (Carla Bruni), se casó con ella y la dejó embarazada. No me pareció muy serio en un señor de su edad y de su posición. Por eso, cuando poco después hizo un discurso condenando Mayo del 68 y su influencia en la Francia actual, me pareció chocante: él es el mejor ejemplo de ese afán de realizarse cumpliendo los propios deseos,  pasando de las ataduras de la sociedad.

En fin, montó la guerrita colonial de Libia para desquitarse de haber perdido influencia en Túnez. Ni siquiera fue capaz de rematarlo él solo, tuvo que pedir ayuda a los norteamericanos. Cuánta miseria.

Vino la crisis económica, vino el golpe de Estado en la Unión Europea, las decisiones dejaron de tomarse por los 27 Estados o por la Comisión Europea, todo pasó a ser  “Merkel y Sarkozy han decidido…”, “Merkel y Sarkozy han dicho…”, “Merkel y Sarkozy opinan…”. Los periodistas crearon un monstruo, Merkozy, misterio bipolar formado por dos cuerpos y una sola alma: “Merkozy ordena  que…”. Pronto descubrimos que, como en tantos matrimonios, la que en realidad mandaba era ella. Francia perdió la calificación AAA que tenía desde 1975, ya Sarkozy había dicho que si esto ocurría él era hombre muerto.


En las elecciones de ayer no le ha ido tan mal como decían las encuestas: 9,4 millones de votos frente a sólo 10 del socialista Hollande. La suerte de ambos en la segunda vuelta queda en manos de los 3,2 millones de votantes centristas, los 3,8 millones de comunistas y –sobre todo- los 6,3 de la nacionalista Marine Le Pen, que ha tenido un resultado excelente.    

sábado, 21 de abril de 2012

Vejez

Me levanto con la espalda rígida. Tardo 10 minutos en ponerme los calcetines y los zapatos. Mi tronco está ligeramente inclinado hacia un lado: la corbata no cae sobre la fila de botones, sino formando un pequeño ángulo. Me cuesta caminar.

Todos mis compañeros fingen que no se dan cuenta, sólo uno me pregunta qué me pasa.

Al día siguiente sigo igual y decido ir a Urgencias.

En la recepción, mientras me toman los datos, suena la canción Princesas, de la que escribí un post. Me acuerdo de mis blogamigos y sé que todo va a ir bien.

El médico está preocupado porque le duele la cabeza. Él no lo dice así, claro, dice "cefalea". "Tengo una cefalea terrible", "no aguanto esta cefalea". Me receta unas pastillas y que me ponga calor en la base de la espalda. "Que se mejore", me dice al final. "Gracias, igualmente", le respondo.

Compro una almohada con un enchufe, la conectas y al rato se pone caliente. Me acuerdo de mi abuela, que tenía una parecida. Me siento viejo y vulnerable. La vendedora debe intuir mi tristeza: "Mucha gente joven compra estas almohadas para las lesiones en la rodilla o en el codo". Le doy las gracias.

miércoles, 18 de abril de 2012

Fe

El sacerdote se olvidó de los presentes en la Misa. Miró fijamente la Hostia consagrada, sonrió, movió la cabeza, se llevó las manos al pecho, le dijo "Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles "mi paz os dejo, mi paz os doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia,...". Lo dijo exactamente con el mismo tono con el que tú le dirías a tu mejor amigo: "mira, te había prometido traerte tu libro, pero se me ha olvidado, no me lo tengas en cuenta".

Supe que él creía
y yo también creí al comulgar.

viernes, 13 de abril de 2012

YPF, bacalao, conductor, Francia

Alarma en la radio por la expropiación de la argentina YPF a la española Repsol. Un locutor propone (medio en serio, medio en broma) que España responda expulsando a Leo Messi.

Al salir de casa, de traje, con corbata, me acuerdo de que no he hecho el último cambio de agua para desalar el bacalao. Me pongo a ello, me da risa verme así vestido en la cocina, esa foto ilustraría una tesis llamada El nuevo papel del varón español.

Dios es grande: lleva el autobús el conductor del Partido Socialista; cuando se sube mi pesadísima compañera del Partido Socialista se queda hablando con él de sus temas socialistas, en vez de venir a darme la lata.

Orden francés. Paso frente al Instituto Francés, han puesto en la fachada carteles con los números 0 a 10; bajo el 0 están las instrucciones para votar en las elecciones presidenciales, bajo alguno de los números hay carteles electorales, Sarkozy, el socialista Hollande, una ecologista, un radical de gauche.

lunes, 9 de abril de 2012

Semana Santa en Sevilla

Los caballeros y los jóvenes van de traje y con corbata. Las señoras y las señoritas van de luto, con peineta y mantilla, con la falda por encima de la rodilla. Unos y otras forman inmensas filas para visitar en las iglesias los pasos, antes de su salida para admirarlos o después para coger las flores.

Todos los naranjos estaban con la flor abierta: Sevilla olía a azahar.

Los sevillanos hablan y hablan, pero al llegar el paso guardan silencio (salvo ante las Vírgenes Macarena o Trianera, a las que gritan "guapa, guapa, guapa").

Jueves Santo, Día del Amor Fraterno. Pero en los oficios, en la Catedral, dos señoras se pelearon por el sitio y luego evitaron, ostentosamente, darse la paz.

El Jueves Santo por la tarde llovió, no hubo procesiones, pero luego, en la madrugá, aclaró y salieron todas. Íbamos en búsqueda de Macarena cuando, al salir a una plaza, empezó a amanecer.

En el hotel la limpiadora tenía siempre puesta una cinta con saetas, los cantos difíciles que algunos cantaores lanzan al paso de Cristo o de la Virgen.

La ciencia al servicio de la fe: todos llevaban un GPS en su teléfono móvil y podían ver por dónde iba cada una de las procesiones, así se organizaban. También consultaban continuamente la previsión de lluvias.

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Hoy cumplo 600 posts. Gracias por seguir ahí.

martes, 3 de abril de 2012

Sevilla

Vuelvo a la Semana Santa de Sevilla.

Hasta pronto, amigos.

lunes, 2 de abril de 2012

Himno de España

Ayer, Domingo de Ramos, salió la gran procesión de la Basílica Pontificia de San Miguel.

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Hace un año llegamos muy pronto y estuvimos muy cerca de la fachada principal: en la calle pequeña que lleva de la Basílica al vecino convento de las Carboneras. Ahí estaba la banda de música del Ejercito de Tierra que iba a acompañar al paso de la Virgen, cerrando la procesión. Como aún era pronto los soldados fumaban, se reían, contaban chistes. Entre ellos y nosotros había un viejo con su armónica; empezó a tocar algunas canciones. A varios músicos les hizo gracia: el viejo tocaba una estrofa, ellos tocaban la siguiente, así amenizaron la espera.

Llegó la hora de empezar y se hizo el silencio. Manda el protocolo que cuando sale y pasa el Cristo (Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón) todo ha de ir en silencio, por respeto a Jesús ya muerto. Sólo después, cuando sale la Virgen (María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia), la banda toca el himno de España y (después) marchosas marchas procesionales, entonces se puede aplaudir y lanzar algún grito devoto.

Salieron, pues, la cruz procesional y algunos nazarenos y algunas manolas de luto y al fin las velas y por fin el paso de Cristo, llevado a hombros. Olor a incienso. Silencio. Y de repente, al ver a Jesús, el viejo se echó la armónica a la boca y empezó a tocar el himno de España. En el silencio de la plaza sólo se oían dos sonidos: los gritos del capataz ("Vamos andando, señores") y el viejo himno, tocado por el viejo, vibrante, fuerte.

Cuando acabó le aplaudimos todos, hasta los militares.