miércoles, 16 de abril de 2008

El jefe

Acepto la invitación de mi jefe de ir a tomar una cerveza. Gran error, no debería haberlo hecho. Anoche dormí mal, por el exceso de chocolate que tomé ayer, y ese insomnio distorsiona todo, a peor. Pero como soy débil de carácter acepto.

Mi jefe tiene unos 60 años, un poco más, y no ha aprovechado bien su vida. Es, exactamente, lo que el punto 1 de Camino recomienda no hacer: "Que tu vida no sea una vida estéril". La vida de este hombre ha sido una vida estéril, al menos en lo tocante a la cultura.

Le dejo hablar. Habla, y habla, y todo es una sucesión de tópicos. "Como decía Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre". "Como decía Ortega, yo soy yo y mis circunstancias". "Como decía Felipe II, yo no envíe a mis barcos a luchar contra los elementos". En medio, un blablabla continuo, tópico, lógico: probablemente no sepa nada más de Hobbes o de Ortega o de Felipe II que lo que acaba de decir. Probablemente no sepa nada más de nada que las tres frases que acaba de decir y que repetirá en la siguiente charla, vengan a cuento o no.

Y, claro, la crítica: "Como está España, país de mediocres, de tramposos, de falsos". Me empiezo a poner mal: ¿cómo alguien puede odiar y criticar tanto lo que uno mismo es, cuyos defectos encarna mucho más que todos los demás borregos a los que critica?

Acabo muy mal. La clave de mi depresión es su edad, por supuesto. Si uno es tonto a los 20 años, no pasa nada: nos puede hacer gracia, podemos confiar que en el futuro mejore y llegue a ser un tío listísimo, como le ha ocurrido a tanta gente. Pero, desde luego, si uno es tonto a los 60, eso ya no tiene remedio.

Me tomo otra cerveza, esta vez solo.

5 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

¿Porque será que uno nunca se da por aludido cuando mencionan los propios defectos? ¡Cuántas veces hemos escuchado hablar al cura de ciertos pecados y hemos empezado a pensar en nuestro amigos, parientes o enemigos, en cualquiera menos en nosotros mismos?

Pst: tu jefe no encontrará este blog, ¿no? Quien te dice se le da por saber como se dice bien la frase de Felipe y se mete en la web...

teka dijo...

si uno es tonto a los 20 años creo que todavía hay algo que hacer pero si es imbécil...eso no cambia...
tu jefe debe ser ambas cosas no?
un saludo
ah!!y espero que tu jefe nunca entre aqui!!jeje

Fernando dijo...

Querido JI, querida Teka:

No hay nada que temer: su evolución tecnológica quedó anclada en la máquina de escribir, que ya le debía parecer un invento infernalmente moderno. Ahora tiene un ordenador, como todos en la oficina. El teclado es un sitio excelente para poner la pila de papeles pendientes de clasificar. La pantalla es el lugar idóneo para poner los posit (¿se dice así en la Argentina?: los pequeños papeles adhesivos, preferiblemente amarillos, donde uno anota lo que tiene que hacer), los posit urgentes en el centro de la pantalla, los que pueden esperar en los bordes.

F.

Fernando dijo...

Querida Teka:

Tu distinción entre tontos e imbéciles es muy exacta, pero a mi vetusta edad (42 años), cuando ya he conocido mucho en la vida, te diré que incluso la imbecilidad es superable (por ejemplo, si uno encuentra una buena novia, que le ayude a espabilarse).

F.

teka dijo...

jaja!!
pues estoy de acuerdo con lo de las novias!!jeje
ah!! APROBE!!JEJE muchísimas gracias por el apoyo!!!