miércoles, 6 de junio de 2012

Bienaventuranzas (III)

Bienaventurados los limpios de corazón.

Jim Forest da un concepto amplio de "limpios de corazón", casi casi lo equipara a "santos". Desde luego, en la limpieza de corazón están incluidas las anteriores bienaventuranzas, según su tesis de la escala. "Un corazón libre de la posesividad, un corazón capaz de sentir tristeza, un corazón sediento de justicia, un corazón misericordioso, un corazón que ama, un corazón no dividido". En definitiva, un corazón santo.

Explica con muchos ejemplos que en el Antiguo Testamento el corazón era importante: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio / renueva dentro de mí un espíritu firme" (Salmo 51). Y, también, rescata muchas menciones en el Evangelio. Esto ocurre porque "durante miles de años el corazón ha representado el centro de la identidad humana y ha sido identificado con nuestra capacidad de amar", en contraste con el mundo actual, que sólo valora la inteligencia.

Si la limpieza de corazón se equipara a la santidad de corazón es obvio que ha de llevar a la caridad: "Una persona es verdaderamente limpia de corazón cuando considera a todos los seres humanos como buenos y cuando ninguna cosa creada le resulta impura o manchada", dice, citando a Isaac de Siria.

¿Cómo llegar a la limpieza de corazón? Igual que llegaríamos a la santidad. Ante todo, con oración, y tiene páginas muy hermosa elogiando una oración de los ortodoxos, "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador", aconseja repetirla una y mil veces en el día hasta que se funda con nuestra respiración. Y, tras la oración, llegamos a la limpieza de corazón mediante la lucha ascética, igual que ocurre con la santidad: "La purificación del corazón es la lucha sin fin en la búsqueda de una vida más centrada en Dios. Es la disciplina de cada minuto para trata de ser conscientes de la presencia de Dios".

...

Como se ve, este capítulo me gustó mucho, Sin embargo, para mí la limpieza de corazón tiene un sentido mucho más concreto.  Limpieza de corazón es desinterés. No hay limpieza de corazón si voy a Misa para que Dios me apruebe un examen. No hay limpieza de corazón si soy bueno con los demás para que los demás me quieran. No hay limpieza de corazón si rezo para que Dios esté contento y no me mande enfermedades. Todo eso es lo opuesto a un corazón limpio. ¿Para qué extenderme, si alguien lo escribió mucho mejor?:

"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera".

5 comentarios:

AleMamá dijo...

Es difícil la "asepsia" del corazón porque siempre tenemos mugre pegada y ni con el poderoso detergente "Mister Músculo" espiritual de la confesión logramos sacarla del todo, pero el que no sigue luchando para lograrlo, está muerto.

Saludos

Fernando dijo...

Así es, Alemamá, la evidencia de nuestra miseria nos empuja a la tristeza; sólo al recordar la gracia de Dios y su compasión nos libramos de la desesperación.

Cristina Brackelmanns dijo...

Me parece una definición estupenda de la limpieza de corazón, Fernando.
Aunque luego está el más difícil todavía, que es además de no hacer las cosas "para", hacerlas igual "aunque" (por ejemplo ser amable y generoso no para que me quieran sino porque sí, y también aunque no me quieran nada...) Ahí sí que hay que darle con Mister Músculo y asperón.
Me está gustando mucho esta serie. El mes pasado me leí Resurrección de Tolstoy y termina con el protagonista leyendo emocionado y asombrado el Sermón de la Montaña.

Nip dijo...

Buenos días Fernando. Me impactó la sencilla y veraz definición: "Limpieza de corazón es desinterés".Luego he leído el resumen sobre nuestra existencia en la presencia de Dios al recordar la Gracia para tener Esperanza y vivir en la alegría de quien sabe que Dios es amor, que lo ama.(Sigo tus entradas sobre las bienaventuranzas según Jim)Un abrazo.

Fernando dijo...

Gracias, NIP, siempre tan atento a mis cosas.