viernes, 1 de junio de 2012

Bienaventuranzas (I)

Años después, vuelvo a sacar de la biblioteca pública el libro "La escala de las bienaventuranzas", de Jim Forest. Veremos si esta vez tengo la constancia para llegar hasta la 8ª.

La tesis del libro (que no comparto) es que las ocho bienaventuranzas no aparecen en el Evangelio de San Mateo en orden aleatorio, sino intencionadamente colocadas: haría falta vivir bien la 1ª ("bienaventurados los pobres de espíritu") para poder vivir de la 2ª a la 8ª, y así sucesivamente, formando una escala hacia Dios.

...

Y ¿qué es ser pobre de espíritu?

1º. Para el autor, ser pobre de espíritu es, ante todo, dar importancia sólo a Dios ("sólo Dios basta") y quitársela a lo demás, y muy en concreto a las riquezas materiales. No dice que todos los cristianos tengamos que ser (materialmente) pobres, sino desconfiar de que esos bienes nos vayan a dar la felicidad; e igual las demás seguridades y certezas de la vida.

2º. Una vez que el cristiano se ha desprendido (espiritualmente) de las riquezas y de las demás ataduras del corazón, la pobreza de espíritu le llevará a aceptar (primero) y a querer (después) la voluntad de Dios, a intentar guiar su vida (seriamente) por el Evangelio, en vez de por el propio interés. "La pobreza de espíritu es tratar de vivir la voluntad de Dios más que la de uno mismo".

3º- En fin, tras cerrarse a los bienes y a las demás cadenas del mundo y abrirse a Dios, el pobre de espíritu reconocerá sus limitaciones y admitirá que no puede hacer nada sin la ayuda de Dios. "Necesito la ayuda de Dios y su compasión más que cualquier otra cosa".

...

Así expuesto, el autor justifica su tesis inicial: nadie que siga atado a las riquezas y las demás seguridades de la vida,
nadie que siga creyendo que su salvación es un titánico trabajo propio,
podrá llega a ser manso, a tener hambre y sed de justicia, a ser misericordioso,... Pero insisto en que la tesis de la escala no me convence.

5 comentarios:

Miriam dijo...

Una vez asistí a una conferencia sobre las bienaventuranzas, basada en una predicacion de Cuaresma al Papa del P R CAntalamessa sobre las bienaventuranzas
Me gusto

Nodisparenalpianista dijo...

Resulta, al menos, estimulante la idea. Y animar la reflexión, aunque no termine de convencer del todo no es mala cosa en tiempo de internet y de intelectuales piando a 140 caracteres por segunto.

Fernando dijo...

Leí una homilía suya en la Basílica de San Pedro un Viernes Santo, Miriam: me admiró su claridad de ideas.

Así es, Nodisparen: es una obra ágil, de fácil lectura, no entiendo cómo no la leí entera en su día.

Juan Ignacio dijo...

No se trata solo de no tener el corazón en las riquezas o no pensar que son la felicidad; esa es una interpretación plena y profunda que no niega que también estamos llamados a "desprendernos" de los bienes. Muchas veces olvidamos esto y lo "dibujamos" como nos gusta.

Fernando dijo...

Así es, Juan Ignacio, es fácil decir "estoy desprendido de mi dinero o de mi tiempo o de mi orgullo", pero eso se pone a prueba cuando, inesperadamente, nos piden dinero o tiempo o nos critican en algo cierto.