En su parte final, el libro da mucha importancia a lo que llamaríamos el "affaire Arinze", por el nombre del entonces Prefecto de la Congregación para el Culto y los Sacramentos. Este affaire motivó en su día una terrible polémica entre pro-kikos y anti-kikos, dentro de la Iglesia.
He aquí que en 2002 el Papa Juan Pablo II aprobó ad experimentum los Estatutos del Camino, y ordenó a todos los Dicasterios y Congregaciones que dieran su opinión sobre esta gente. Todo el mundo estuvo encantado y le pareció todo muy bien, salvo la Congregación para el Culto y los Sacramentos, presidida por el Cardenal Arinze, nigeriano. Tras estudiar su forma de celebrar la Misa, el Cardenal les mandó en 2005 una carta pública en que puntualizaba varias cosas:
1- Los neocatecumenalse celebraban Misas aparte de las de la parroquia, el sábado por la noche, y creaban como una Iglesia dentro de la Iglesia; por ello, les pedía que al menos un domingo al mes participaran en las Misas normales, con el resto de los feligreses.
2- En esas Misas, antes y después del Evangelio, los neocatecumenales daban su opinión sobre las lecturas, alargando mucho la celebración: lo 1º (antes) debía ser breve, lo 2º (durante la homilía) debía desaparecer o reducirse al mínimo, pues la homilía es una competencia exclusiva del celebrante.
3- Los neocatecumenales se daban la paz antes del ofertorio, en aplicación estricta de Mateo 5,24, en vez de después, como los demás fieles, y eso al Cardenal (y a su Congregación) le parecía un poco raro.
4- Los neocatecumenales recibían el Pan y el Vino de la Comunión sentados en su sitio, era el celebrante el que se iba acercando a cada uno, y eso no podía ser, tenían que hacer fila y recibirla de pie, como todos los demás.
5- Los neocatecumenales debían usar la liturgia de toda la Iglesia, sin quitar ni añadir nada, pues en alguna parte de la Misa usaban el libro que no tocaba.
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Esta carta pública fue muy celebrada por los anti-kikos y recibida con cierto pesar por los pro-kikos. El libro narra, como una novela, que esto no acabó ahí: Kiko Argüello y la co-fundadora, Carmen Hernández, comenzaron a moverse, a hablar con unos y otros, a negociar en persona con Benedicto XVI, y al final ganaron en casi todo, según explicó Kiko en una rueda de prensa en Roma, en 2008, cuando se aprobaron definitivamente los Estatutos. Según él (y entiendo que ésta es la versión correcta) sólo hubieron de ceder en recibir la Comunión de pie, no sentados, pero en todo lo demás (incluso en recibirla cada uno en su sitio) lograron elevar a definitivo el statu quo al que se refería (críticamente) el Cardenal Arinze.
sábado, 30 de mayo de 2009
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6 comentarios:
Realmente entiendo que los pro-kikos ganasen en casi todos esos puntos, pues en muchos casos se tratan de formalismos que la Iglesia decidió instaurar un buen día pero las propuestas de los neocatecúmenos no son ofensivas contra ello sino otra forma de entender la liturgia y así tener sus rasgos diferenciadores.
Pero viendo que a veces la Iglesia se enrosca en posiciones que carecen de sentido, que abogan por mantener tradiciones intactas cuando hay un mundo de posibilidades, me parece un gesto muy interesante de tolerancia, aperturismo y cambio de mentalidad de Benedicto XVI.
Saludos
Fernando, te comparto mis "emociones" al especto.
Me resulta sumamente raro que se hayan aprobado todas esas cosas, pero si la Santa Sede lo aprobado es para mí un desafío...
¡Vaya mensaje para aquellos que se rasgan las vestiduras por las acciones de Benedicto de liberar la celebración del antiguo rito y lo critican de "ir para atrás"!
Ramón, Juan Ignacio, el libro lo presenta como una decisión del propio Benedicto, que de alguna forma se opuso a lo que decía la Congregación del Culto, o mejor dicho, lo corrigió. Y, sí, queda gracioso esto, que se acuse a Benedicto de reaccionario, pero luego haya estado abierto a lo que es una nueva forma de liturgia.
Para mí también resulta extraño todo esto, pero se aplica el principio de siempre: la Iglesia, a medio plazo, nunca se equivoca.
Fer: me ha sorprendido el final, inesperado para mi porque desconocía que el Papa haya aprobado toda esta propuesta. Aqui en Argentina,no están muy difundidas estas ideas y sí se tiene al Papa como alguien que va para atrás, muy duro ante las nuevas propuestas, pero veo que no es tan así.
Me encantó como has desarrollado este tema y el alto nivel de tus comentaristas, no me incluyo claro.
Un beso helado, porque aquí en Buenos Aires ha llegado el otoño con muy, muy bajas temperaturas.
Querida Alma, los asuntos del Vaticano siempre son complejos, es díficil encuadrar todo en progresista o conservador, como hacen a veces lo periódicos. Que Benedicto admita un rito distinto del común puede parecer progresista, pero si a quien se le autoriza es gente conservadora, puede ser conservador. Todo es complejo, y sólo se puede juzgar con el paso del tiempo.
Ah, y el nivel de tus comentarios me parece igual de bueno que el de los demás blog-amigos.
hermanos, yo quiero aclarar algo que creo, es muy importante, los neocatecumenos no siguen a un hombre en este caso a kiko, sino que seguimos q cristo muerto y resucitado por nuestros pecados, el que la Santa Sede haya aprobado los estatutos es motivo de alegria para toda la iglesia en general, ya que existe un camino de salvación que nos brinda la posivilidad de encontrarnos con el redentor y mirar las maravillas que ha hecho en nuestra vida, a travaz de hechos concretos! la paz!
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