lunes, 4 de mayo de 2009

Jaén

Puente en Jaén, la provincia por la que entras en Andalucía desde Castilla, tras pasar el desfiladero de Despeñaperros.

Jaén es, ante todo, olivos, miles de olivos, millones de olivos, todos perfectamente alineados desde hace siglos. Subas a las suaves montañas o vayas por las llanuras, todo el paisaje está cubierto de puntos formando cuadrículas. De un lado a otro de la provincia (y ésta es enorme) el coche atraviesa siempre por olivares, si te paras casi puedes tocar la parte alta de los árboles, podados durante siglos para que no crezcan mucho.

En medio de los olivares están la capital y los pueblos, encalados de un blanco como de nata para resistir el verano; y, en medio de la capital y de los pueblos, dos catedrales y algunas iglesias enormes, renacentistas, estilo que es -relativamente- raro en España: lineas sencillas, grandes ventanales, luz, cúpulas de piedra blanca, espacios abiertos, coros sin retablo, imágenes tranquilas, orden. Viéndolas, se me ocurre esto: si España hubiera tenido menos catedrales góticas o barrocas y más renacentistas, nuestra historia hubiera sido mejor, más tranquila, menos violenta.

Y, en fin, dos encantadoras tradiciones: las cruces de mayo, recubiertas de flores, rodeadas de farolitos, de una mesa con una botella de fino, de guitarras, de cerámicas; y las pequeñas procesiones de los niños del pueblo, entre cuatro o cinco llevaban unas andas sobre la que iba una crucecita ligera, rodeada de flores o de ramas de olivo; algunos lo hacían tan realista que hasta tenían el martillo para dar un golpe seco, como el que los mayores usan para parar los grandes pasos de las procesiones de Semana Santa.

Calor, por fin.

8 comentarios:

Ramón_Lozano dijo...

Si es que España es preciosa, vayas por donde vayas. Todos los lugares tienen su encanto. Lo triste es la gente que no sabe apreciarlo, que ve un campo castellano y sólo se queda con lo árido de la imagen.

Saludos

teka dijo...

lo de las cruces es bonito pero yo me quedo bebiendo fino y tocando la quitarra!!
No he estado en Jaén nunca, asignatura pendiente!!

Fernando dijo...

Querido Ramón, no hay rincón de España que no sea bonito, pero luego todo el mundo quiere viajar a Tailandia o a Australia. ¡Viva Burgos!

Querida Teka, todo tiene su momento, creo. Anímate a ir a Jaén, está a menos de 3 horas de Madrid.

maria jesus dijo...

Conozco bien Jaen, aparte de pasar por allí camino de Granada. Su castillo en lo alto del monte que es parador nacional. Los olivos en esta época son un poco agresivos, mis nietos tienen que ponerse ventolin cada vez que pasan por ahí.La fiesta de la Cruz se celebra en toda Andalucía, creo.

Y España es una maravilla toda ella, pero Andalucía es especial

Fernando dijo...

Hola, María Jesús. Fueron días felices, sin alergías a los olivos, aunque no subimos al Parador que citas.

Lo de la fiesta de las cruces me dejó sorprendido, creí que era una tradición sólo de Córdoba capital, ya ves qué ignorante. Los andaluces son únicos en temas de estética, y algunas eran francamente bonitas (otras no tanto, la verdad).

am dijo...

La última frase es contundente: "calor, por fin."

Rafael G. Organvídez dijo...

Tres morillas me enamoran
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Y hallábanlas cogidas,
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Tres moricas tan lozanas,
tres moricas tan lozanas,
iban a coger manzanas
a Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Fernando, perdona, pero no me he podido resistir copiarte este famoso zéjel del Cancionero de Upsala.
Un saludo

Juan Ignacio dijo...

Intersante descripción e hipótesis por allí dejada como al pasar.

Lo que son las que llaman casualidades, por esos momentos yo me encontraba en San Juan, provincia argentina también abundante en olivos.