martes, 11 de enero de 2011

El Principito

Vuelvo a leer, después de muchos años, El Principito de Saint-Exupery. Comprendo lo importante que fue este libro para mí, cuántas veces lo leí, pues hay frases de las que recuerdo el final según veo las primeras palabras.

Hay dos escenas que me han acompañado todos estos años y que de algún modo han influido en mi comportamiento. Una es aquella en la que el Principito llega a un planeta en el que un hombre vende píldoras que quitan la sed. El niño le pregunta que para qué sirve eso, el otro le explica que para ahorrar tiempo, en concreto 53 minutos a la semana. "Yo, si tuviera 53 minutos para gastar, andaría despacito hacia una fuente".

La otra, por supuesto, es la charla con el zorro, ya en la Tierra. El zorro le explica qué es la amistad, el proceso en el que uno "domestica" a un amigo y el amigo a uno mediante pequeños encuentros, mediante pequeñas charlas. Al final, los amigos se necesitan mutuamente y eso llena la vida de color. Nunca he olvidado la comparación del zorro: él no come pan, los campos de trigo no significan nada para él, nunca lo han significado. Pero cuando el Principito lo haya domesticado, todo cambiará, pues los cabellos del niño son rubios como el trigo. "¡Entonces, cuando me hayas domesticado, será maravilloso! El trigo, que es dorado, me traerá tu recuerdo. Y me gustará el rumor del viento en el trigo".

(¿Hace falta decirlo? En el mundo de los blogs también hay campos de trigo: Chile antes no era más que un país americano entre otros muchos, Castellani un autor desconocido, Mes Aïeux un grupo ignorado, Málaga una ciudad andaluza más)

10 comentarios:

AleMamá dijo...

Leyendo ese libro juntas, y casi jugando fue que mi hija es la lectora hambrienta que es hoy. No sé si lo habré posteado, pero creo que algo contaré de nuevo. Me inspiraste.

Lo mejor del post, en todo caso es el párrafo final, que los blogueros hemos puesto en el mapa de tu vida nuestros países y comarcas. Para mí, con tus andanzas por Madrid y tus observaciones, has logrado que vaya siendo uan urbe más "vivida", pese a que nunca he pisado la capital de España, salvo el aeropuerto de Barajas.....(me requisaron unas lociones para mi nieta por medir más de 100 cc)

Saludos

Juan Ignacio dijo...

Ahora conocés un poco más cuál es el país que les manda traficantes, por ejemplo.

No, fuera de broma. Aunque España no era ignorado para mí, ahora que leo cosas de España pienso en los bloguers españoles que conozco y qué estarán pensando o haciendo al respecto.

ALMA dijo...

Fer, mi amigo, te cuento, con mi maestra de arte para la vida (que he mencionado reiteradamente en mi Almacén)hemos puesto en un teatro en Buenos Aires El Principito, con adaltación hecha por ella. Hasta aquí no sería raro, de no ser que todos sus personajes eran chicos y adultos de capacidades diferentes, esquizofrénicos, con problemas cerebrales y otras patologías.
El resultado? MARAVILLOSO!! así grandote.
Es una obra maravillosa y lo has posteado de forma excelente.
Recuerdo que la escena del zorro que mencionás, el niñito se olvidó la letra y repetía una y otra vez: Soy un zorro, como gallinas, tenes gallinas??? soy un zorro, como gallinas, tenés gallinas??? y no escuchaba el apuntador. En plena escena se levantó una oreja del traje para escuchar mejor y nada, al final el Principito dijo la letra por él. Un actor profesional hubiese salido de la misma manera de semejante atolladero?...mmmmm

Besito, Fer y me has traído un muy buen recuerdo

maria jesus dijo...

Es una obra de arte. Me pasó lo que a Alemamá, tengo un hijo que se enamoró de la lectura con este libro, ahora se lo regala a todos sus sobrinos cuando tienen edad.

Fernando, en el post anterior dices que imprimiste el informe de ayuda a la Iglesia necesitada ¿donde lo encontraste?

Yo, que vivo en Madrid y nací aquí aunque por chiripa, lo veo distinto desde que te leo

Fernando dijo...

Leí tu post, Alemamá, me pareció muy bonito. Y, sí, has hecho que Chile sea un país cercano para mí, y que me agobiara con vuestras desgracias del año pasado.

Los traficantes nos vienen de Colombia y Marruecos, Juan Ignacio, y me alegro de que lo español te sea cercano, tenés tantos blogs españoles enlazados que es algo inevitable.

Querida Alma, qué bella narración. No me extraña que a tus amigos les gustara la obra, porque aunque fue escrita por un adulto para adultos tiene la delicadeza de los cuentos para niños (o para adultos con cabeza de niños). ¡Pobre actor atascado, menos mal que logró salir adelante!

Eres muy amable, María Jesús, y seguro que los niños de ahora prefieren una consola o una PSP antes que el libro. El enlace del post anterior es http://www.libertadreligiosaenelmundo.com/

Andy dijo...

Fernando, antes que nada, agradecerte el post anterior (en el que no pude postear). Me ha sido muy útil la información que en él nos traes.

En segundo lugar. Yo El Principito lo volví a leer hace poco también. Es un libro mágico que, sin duda, me ha marcado.

En tu post pones uno de mis momentos favoritos, el del zorro. ¡Es que es una reflexión preciosa sobre la amistad!

También me gusta mucho cuando el Principito llega a un planeta solitario gobernado por un rey autoritario... ¡ qué de recuerdos!

A ver si termino de convencer a un amigo para que se lo lea, porque no hay manera... se cree que es un libro infantil pero nada más lejos... y más cerca de la realidad porque, como decía el Principito, las personas van olvidando muchas cosas importantes cuando crecen.

Muchas gracias también por el párrafo final, por la parte que me toca. Es verdaderamente un honor y te lo agradezco mucho.

Para mí, cuando pienso en Madrid, junto a los recuerdos vividos en esa ciudad se impone añadir el de mi buen amigo Fernando, a su blog EnMadrid.

Muchas gracias.

Fernando dijo...

Veo que tú también lo has leído mucho, Andy. Me parece que tu amigo se equivoca, el libro te va diciendo cosas distintas cuando eres niño (como los hijos de Alemamá y María Jesús), adolescente, adulto, viejo. Ojalá se anime a leerlo. Y ¡viva Málaga!

Ludmila Hribar dijo...

Creo que no conozco niño a quien no se lo haya regalado....y espero lo sigan teniendo.

Anónimo dijo...

Recuerdo con gran provecho, aquello de dibujar una caja y acertar con el cordero que quería la otra persona. Esa forma de dar permitiendo al mismo peticionario satisfacerse en sus exigencias sin tenerme que partir la cabeza o sencillamente no poder complacerlo por incapacidad. Un saludo.

Fernando dijo...

Qué pasaje tan tierno, ¿verdad, NIP?