lunes, 27 de diciembre de 2010

Navidad en Madrid (I)

Cena de Nochebuena sólo con mi madre y con mi hermana la soltera. Impresionaba ver tan vacía la mesa, donde hace años llegamos a cenar nueve personas. Por una gracia especial de Dios, evitamos murmurar de las cuñadas y los cuñados, culpables (junto a la muerte) de tanto hueco.

Lo pasamos bien.

El día de Navidad vienen todos, de nuevo.

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Como siempre, mis vecinas lavan y tienden los manteles buenos, usados el 24 y el 25. El sol ilumina las telas blancas agitadas por el aire, y el patio se llena de luz, como si fuera a pasar la procesión del Corpus.

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Como siempre, el adorno más efímero de Madrid es un gran muñeco de nieve hinchable que ponen en un balcón cerca de mi trabajo, días después de la Inmaculada. A la semana siguiente ya ha perdido el aire, reposa flácido sobre la barandilla, y para el día de Navidad ya lo han retirado.

5 comentarios:

AleMamá dijo...

¡Qué buen posto, Fernando!
Es muy cierto eso de que se van vaciando las mesas por los matrimonios y la muerte. ¡Bien por no hablar mal de nadie!, a veces cuesta.

Lo de los manteles de tus vecinas es casi un lienzo bien pintado, con excelente composición, y me he reído de tu muñeco fláccido, jeje

Saludos acalorados

Juan Ignacio dijo...

Este año también nos ha tocado ser pocos. Dos niños se durmieron leyendo cuentos navideños y la bebé permaneció despierta, con nosotros. Brindamos con jugo, porque la madre da el pecho. Aunque estoy acostumbrado y me gustan las fiestas con mucha familia (a veces unos 30), estuvo muy linda esta con sabor íntimo.

Fernando dijo...

En nuestro caso lo de no murmurar es algo heroico, Alemamá, sólo la gracia de Dios evitó que estuviéramos toda la noche lanzando veneno.

Apuesto a que fue una de las mejores Nochebuenas de vuestra vida, Juan Ignacio.

Natalio Ruiz dijo...

Aprovechemos para lavar también nuestros manteles para secarlos al calor del Sol que nace de lo alto.

Respetos navideños!

Natalio

Fernando dijo...

Qué buena metáfora, Natalio. ¡Gracias!