¿Has dado alguna vez una fiesta en tu casa? Sabrás entonces que al principio hay mucha gente y que se va yendo poco a poco, hasta que sólo quedan los muy cercanos a ti. Entonces llega un momento mágico: los grupitos se juntan en uno, la gente se sienta tras tantas horas de pie, se habla de temas más íntimos, pronto amanece.
En la fiesta de mi blog hace varias semanas que hemos llegado a ese momento mágico.
Gracias por estar ahí.
lunes, 20 de diciembre de 2010
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12 comentarios:
Qué bien traída la escena de la fiesta, es una comparación genial.
Para mí es un placer pertenecer a ese pequeño grupito que se queda hasta el final, aunque mi llegada es relativamente reciente. En febrero hace ya 1 añito.
¡Un abrazote!
Yo soy de los que están paradotes atras escuchando y hablando poco, más concentrado en el vino de mi copa (y sus posibilidades de rellenado) que en lo que se conversa.
Y como buen borracho cada tanto grito ¡Bien dicho! o ¡No estoy de acuerdo!
En cualquier caso, son interesantes estas fiestas de puertas abiertas.
Respetos prenavideños.
Natalio
Genial lo de la fiesta, buenísimo. Muy bueno.
¿Quedó algo de bebida?
Muchas gracias, Andy.
Muchas gracias, Natalio el discreto.
¿Qué tal un mate, ahora que se acerca el Amanecer, Juan Ignacio?
Como no. Amargo, por favor.
Me encantaría probar el mate, nunca lo he tomado.
Yo soy más de reuniones pequeñas y conversaciones interesantes y con sentido.
Por eso me gusta estar aquí
¡Marchando un mate amargo para Juan Ignacio!
Eres muy amable en tu comentario, María Jesús, gracias por haber venido.
¿y los que "dicen que se van, se van, y nunca se acaban de marchar de aquí"?
Feliz Navidad Fernando, para ti y tu familia, y también para todos los que pasáis por este blog.
Feliz Navidad a ti, Esperanza, con tu familia, y por si no hablamos antes, feliz 2011, más tranquilo que 2010.
Bonita imagen don Fernando. Por desgracia, desde que soy cura, tengo que irme de las fiestas antes de que se pongan interesantes -y mucho antes de que amanezca-. ¿Será envidia esa penita que siento cuando llego a casa y pienso en los que se han quedado rellenando sus copas y conversando hasta el amanecer?
Que bueno... es fantástico, amanece ya y los últimos invitados están poniendose sus abrigos o arrodillados... andrs calamaro.
No se ponga triste, Don Javier, que se ahorra tener que ayudar al anfitrión a recoger los platos y las migas.
Gracias, Fon, y bienvenido.
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