lunes, 28 de diciembre de 2009

Misa de las familias

Un año más, Misa de las familias en Madrid. Y, sí, Dios sigue haciendo milagros: llovió el sábado, llueve hoy, pero el domingo estuvo claro.

Algunos amigos míos han dejado de ir a esta cita anual porque les parece que está demasiado impregnada por los neocatecumenales: las canciones de los kikos, los aplausos al gran Kiko Argüello, ... Yo no entro en eso, creo que es importante rodear a nuestro Arzobispo, hacer familia diocesana por un día, recordar a la sociedad que seguimos estando ahí, que las ideas actuales no son dogmas de fe. Las cosas se podrán hacer mejor, siempre, pero si hay alguien que las hace hay que apoyarle de corazón.

La homilía del cardenal Rouco fue moderada, sin dar pie a que la prensa laicista se ensañara, como hace dos años. Denunció el Cardenal el aborto, el divorcio, la ideología de género, el matrimonio gay, pero lo hizo desde un punto de vista más pastoral que político, creo. Citó -como ya hizo el año pasado- la homilía que Juan Pablo II pronunció en ese mismo lugar en 1982, en su primera visita a Madrid, en la Misa de las familias a la que yo, adolescente, fui con mis padres. Las palabras del Papa santo denunciando la disolución familiar fueron proféticas, en una España que ya había pisado su primer escalón hacia abajo, el de la Ley del Divorcio, un año antes.

La Misa, bien organizada, acabó con la llegada de los Reyes Magos para adorar, muy seriamente, al Niño. Iban acompañados nada menos que de la banda de Jesús de los Gitanos, importantísima Cofradía de la Semana Santa sevillana.

La más simpática: la chica que, en un recuadrito de la pantalla, iba traduciendo todo al lenguaje de los sordos, y que cuando llegaron los villancicos del final no sólo gesticulaba con las manos o la boca, sino que los bailaba con mucho arte.

4 comentarios:

AleMamá dijo...

Sigo liada, Fernando, pero no los oplvido, por lo que aprovecho de desearte un muy bueno y fliz 2010

Juan Ignacio dijo...

Impresionante eso de:

"...la homilía que Juan Pablo II pronunció en ese mismo lugar en 1982, en su primera visita a Madrid, en la Misa de las familias a la que yo, adolescente, fui con mis padres. Las palabras del Papa santo denunciando la disolución familiar fueron proféticas, en una España que ya había pisado su primer escalón hacia abajo, el de la Ley del Divorcio, un año antes".

maria jesus dijo...

He ido todos los años, este tambien.

Fernando ¿no te pareció innecesariamente larguísima?

Feliz 2010

Un abrazo

Fernando dijo...

Gracias, Alemamá, ya te felicité en tu blog.

Gracias, Juan Ignacio, aquello queda lejano, por mi edad y porque ya debemos ir por el escalón 31º o 32º.

No, María Jesús, yo me sentí muy a gusto hasta la despedida final, muy en familia pese a que fui solo, no sentí que aquello fuera demasiado largo (aunque, objetivamente, fue larguísimo).