No leas este post si vas a ver la película.
Gracias a la recomendación de mi blogamiga Alma fui a ver la película Julie y Julia, que me encantó y me divirtió. Narra las historias de Julia y de Julie, intercalando escenas de cada una.
Julia es interpretada por la magnífica Meryl Sreeps, estupendamente sobre-actuada, como si se parodiara a si misma. Julia es la esposa de un diplomático norteamericano destinado en París en los años 50, tras la Guerra Mundial. Allí se aburre, y tras intentar otras cosas empieza a recibir clases de cocina francesa. Pronto se vuelve una gran cocinera que hace engordar a cuantos le rodean. Decide, con dos amigas, escribir un libro de recetas francesas para amas de casa norteamericanas "desinviertadas" (o sea, sin sirvienta): como mis 1080 recetas de Simone Ortega, pero para americanos.
Me sentí muy identificado con ella en el amor por la cocina: el cuidado, la preocupación por los tiempos y por los ingredientes, como cuando al preparar un plato de carne guisada limpia cuidadosamente, uno a uno, los trozos de carne cruda, para que no tengan grasa. También me identifiqué con una idea suya: si tus invitados te dicen qué buena es esta salsa o esta carne, no lo dudes, ¡es porque le has echado mantequilla!, y se la ve echando un corte de mantequilla, dos cortes de mantequilla, tres cortes de mantequilla en la cazuela en la que va a cocinar.
Julie es una mujer de nuestro tiempo, casada, que trabaja en la oficina en la que se atienden todos los temas relativos a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. Esto le deprime un poco, así que decide buscar algo que la distraiga. La ocurrencia es ésta: coger el libro de recetas que escribió Julia, ir elaborándolas todas, por su orden, sin asustarse ante ninguna; y al mismo tiempo abrir un blog de duración limitada, sólo un año, e ir contando diariamente la elaboración del plato. Esto da lugar a escenas tronchantes, como cuando entabla dura batalla con varias langostas vivas que se resisten a dejarse cocer.
También me sentí identificado con Julie: por su confianza, paso a paso, en su libro de cocina, y por su amor al blog.
Su hobby le absorbe tanto tiempo, le hace gastarse tanto dinero, deprimirse tanto cuando una receta le sale mal (¡¡¡), que su marido se harta de ella y le abandona. Como es buena persona, acaba volviendo y ayudándole a que acabe, en el año, todas las recetas de libro de Juia.
Encantadora película, pues.
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4 comentarios:
Lo siento. No puedo opinar hasta que la vea y, por tanto, lea el post.
Saludos
Fernando,
Muy buen relato.
No necesito ya ver la película.
(Creo que la actriz es Meryl "Streep").
Fer, gracias por la parte que me toca y has relatado magníficamente la peli.
A mi encantó la escena donde Julia trata de cortar cebollas en juliana, como una verdadera chef.., y no lo logra, hasta que hace una montaña de cebolla, y ella le cuenta entre lágrimas a su marido.
Me impresionó que te hayas sentido identificado con Julia...cocinás asi de bien? mmmmm cuando viaje a Madrid espero degustar algún plato
Por ahora yo me siento mas identificada con Julie y su blog, porque al igual que ella, mis recetas se queman y mas de una vez arrojé una cacerola por la ventana!!!
Besotes y gracias una vez mas por el enlace
Todo se andará, Ramón.
Tenés razón, Juan Ignacio, ya sabés que mi inglés es de denuncia en comisaría; gracias.
Alma, me siento identificado no porque yo cocine bien, que no lo hago, sino porque para mí es una actividad maravillosa, digna de ser mimada, aunque no tenga invitados a comer. Y, sí, la escena de la cebolla es tronchante, sólo la gente que no cocina ignora lo difícil que es que los trocitos queden bien cortados, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. En todo caso, gracias una vez más por tu consejo.
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