Aunque les pese a los nacionalistas catalanes, Barcelona sigue siendo una ciudad españolísima. Estos días he visto tabernas con suelos de azulejos, mostradores de zinc, espejos gastados y cabezas de toro; he visto tiendecitas con decenas de cajoncitos y el Corazón de Jesús en una esquina. Nada de esto se ve ya, casi nunca, en Madrid.
Visito de nuevo el Museo de Carrozas Fúnebres.
Veo brutales peleas de gaviotas en lo alto de las farolas de la playa de la Barceloneta, muy arreglada cuando las Olimpiadas de 1992. Sólo cabe una en lo alto, y la que llega nueva ataca brutalmente a la que está, con picotazos, con empujones, con gritos. Una veces gana la antigua y otras la nueva.
Mercat de Santa Llucía frente a la Catedral. Todos los puestos tiene su sección de caganers, ya sabéis, pero algunos además tienen otra de pastorets meando, con eso al aire, con su chorrito y todo. He de decir que en ningún belén de las iglesias había ni cagoners ni pixaners, deben ser sólo para el culto privado doméstico.
Y, blogamigos de Madrid, admiraros: ¡¡ni una sola obra!!
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10 comentarios:
Barcelona está muy bien y además supone el contrapunto al Madrid castizo. Son ciudades realmente distintas, por sus barrios, sus gentes, sus costumbres... pero yo sigo quedándome con Madrid, aun con sus desesperantes obras.
Saludos
Lo de "¡ni una sola obra!" me ha dejado descolocado. Imposible resumir mejor y en menos palabras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Ell comentario de Ramón Lozano me ha recordado que esta frase, para un madrileño, puede tener (y tiene, de hecho) un significado totalmente distinto.
Culto privado doméstico, ja. Son locos eh con esos caganers...
Buenísimo lo de las gaviotas.
Al parecer la pasaste bien, aunque no pusiste "Barcelona I)", como indicando que siguen los relatos.
Hola mi amigo, Fer!!!! he regresado y en la medida de lo posible, trataré de ponerme al día con los diferentes post.
Veo que has estado de viaje y has visitado el museo de carrozas fúnebres...el año pasado para esta época publique un post referido a que en mi pueblo hay un par abandonadas, sin que nadie haga nada por ellas y cubiertas de yuyos..hoy a un año de eso siguen en las mismas condiciones.
Beso Fer
Sí, Ramón, yo también me quedo con Madrid, claro, pero en muchos aspectos Barcelona me ha parecido más vivible, más moderna, que el pueblón de Madrid.
Así es, Museros, me refería a obras urbanas, que tienen a Madrid en un sinvivir; Ramón no es de Madrid, sino de Valladolid, pero está acostumbrado a mis quejas sobre el tema.
Jajaja, Juan Ignacio, me pareció divertido, lo de las figuritas; y no, no habrá (en principio) Barcelona (II), lo bueno si breve dos veces bueno, decimos en España.
BIENVENIDA, Alma querida, he ido muchísimas veces a tu blog y me he dicho "pero ¿¿¿cuántas semanas de vacaciones tiene Alma, cuándo va a volver?????". Todo acaba llegando. Y, sí, recuerdo tu post y sus tristes fotos, me parece que precisamente conté en él esto del Museo de Barcelona.
Un día haremos un blogestudio de esa frase. Mi papá me la decía de chico cuando pedía más postre y no había. Y luego también bromeaba, diciendo: "lo bueno, si es breve, dos veces breve".
Hola, Juan Ignacio, vaya sorpresa, no tenía ni idea de que la frase se usara también en la Argentina.
¿Sabés que inicialmente no fue un refrán, sino una máxima de Baltasar Graciá, un jesuita español muy culto, del Barroco? Hizo un libro insoportable, el Criticón, que hoy en día nadie es capaz de leer, pero de ahí se cayó la frase, que aquí cita todo el mundo. Yo creo que esto le habría agradado, ¿no creés?
Y, sí, la apostilla de tu padre es exacta, sólo que usamos la frase de Gracián para consolarnos de muchas cosas.
Fernando, te puntualizo. Soy de Burgos, jeje aunque estudio en Valladolid, y la mitad de mi familia, por lo menos, es de Madrid.
Se mantiene la idea, Ramón: por unas cosas u otras, sabes bien a qué se refiere un madrileño cuando habla de "las obras", así sin aclarar.
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