(No leas este párrafo si vas a ver la peli)
No sé cómo era la serie, pero la peli es una delicia de glamour: glamour de los infinitos trajes de las cuatro chicas, glamour de los pisazos en que viven, glamour de las tiendas a las que van, glamour de los restaurantes en los que comen, glamour de las calles que pisan. Lo raro es que nunca aparezcan trabajando o leyendo o llorando o yendo al banco, todo es charlar, comprar, comer, viajar a México, enamorarse y desenamorarse, charlar, comprar, comer, pasear al perro por la playa, charlar, comprar, comer (ah, y una vez una hace jogging). Pero da igual: hay escenas divertidas y hay escenas muy serias, como cuando una cruza todo Nueva York, nevado, en Nochevieja, para que su amiga separada no empiece el año sola. Gran mensaje 1: la única vida interesante es la que pasa en NY, con mucho dinero, con muchos trajes, con muchos amigos; quizá haya otros tipos de existencia (por ejemplo, en California), pero no se les puede llamar, propiamente, vida. Gran mensaje 2: no estamos hechos para el matrimonio, pero (curiosamente) sí para las relaciones sentimentales eternas.
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2 comentarios:
Me he atrevido a leer tu crónica de la peli aunque me da que no destrozas nada. De todas formas no creo que vaya a ver la peli, pues tampoco era seguidor de la serie. Yo es que soy más de otra serie que también discurría en NY, Los Soprano.
Por cierto, soy incapaz de encontrar el chiste en El Mundo en internet.
un saludo
Me gusta el glamour pero no me simpatizan esas mujeres que nunca maduraron.
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