lunes, 26 de mayo de 2008

Corpus en Toledo

Voy al desfile del Corpus en Toledo, por la mañana.

Acompañan al Señor, en la espléndida custodia de Enrique de Arfe, el Gremio de los Hortelanos (con capa marrón), las Damas de la Inmaculada (con peineta negra), los Caballeros Mozárabes (con vestidura azul), la Soberana Orden de Malta (con vestidura negra), los Caballeros del Santo Sepulcro (con hábito blanco), los Infanzones de Illescas (con vestidura roja), los Caballeros del Corpus Christi (con túnica verde) y, en fin, el Cardenal Primado de las Españas con todo su Cabildo: en definitiva, la Iglesia española de ayer, que probablemente ya saldría en el desfile del Corpus de Toledo cuando nuestros antepasados viajaran a América a cristianizar todo el continente.

Bajo tanta mayúscula, se dio el hecho conmovedor de que llovía, mansamente, pero llovía. Era algo triste ver a todos los caballeros arrastrar sus capas por el suelo mojado, a todas las damas mojándose la mantilla, a todas las niñas de Primera Comunión con el traje de tul perdiendo su vuelo, a los militares empapándose la gorra. Todos inmutables. Como, además, el suelo es de piedra en muchas callejas y estaba húmedo, tenían que tener gran cuidado para no resbalar. Era también triste ver al Cardenal, un hombre ya mayor y bajito, empapándose por la lluvia.

Es cierto que andar hora y media bajo la lluvia, con riesgo de resbalar, subiendo y bajando cuestas, no es el acto más heroico que puede hacer un cristiano por Dios. Es verdad. Pero lo cierto es que el Cardenal (y con él todo su cortejo) podría haberse ahorrado el chaparrón: hubiera bastado con suspender la procesión, no salir, y ya está. Pero no: la Iglesia española de ayer decidió hacer lo que había que hacer, lo hizo y ya está.

...

Por la tarde estaba prevista la procesión del Corpus de Madrid, que tendría que haber ido por todo el Madrid antiguo durante dos horas. Aquí no salen ni Infanzones, ni Caballeros, ni Órdenes de Malta. Es la Iglesia española de hoy: los movimientos seglares, Cáritas, diversas iniciativas sociales, las nuevas parroquias, los laicos, ... El cielo estaba azul, con pequeñas nubes aisladas.

Al acabar la Misa en la Catedral, se sacó a la custodia por una puerta, se rodeó rápidamente el edificio, se hizo un pequeño acto litúrgico en la fachada principal, se guardó al Señor y ahí acabó todo, no fuera a llover.

Al rato de disolvernos, las pequeñas nube aisladas desaparecieron, y el cielo quedó totalmente azul.

¿Hubo prudencia o qué hubo? Que Dios ayude a la Iglesia española de hoy, para que se atreva a tirar hacia adelante, sin asustarse por las nubecillas del cielo.

6 comentarios:

JORGE dijo...

Hola,

Un saludo desde Perú.

Muy buen blog, y creo que hay que orar para que la Iglesia prevalezca en medio del mundo de hoy.

Gracias y bendiciones

AleMamá dijo...

Que por cuatro gotas no se haga ni media hora de procesión habla de muy poco fervor, ¿no? pero no creo just confrontar la iglesia de ayer y la de hoy por los quela representaban. Si en Madrid no hbo ánimo para sacar por las calles al Señor Sacramentado, no creo que haya sdo por ser mayoritariamente gente de movimientos. Hay algo en los eclesiáticos, de repente, que temen exigirnos un poco de sacrificio.

En mi parroquia, hace unos trea años atrás, salimos a un via crucis ¡A PEDIDO DEL PÚBLICO! con una aguacero torrencial, y vieras tú la cantidad de jóvenes, ancianos, niños, etc, guiados por nuestro párroco que hicimos la hora y media parando en cada estación. También los que arreglaron para las paradas debían esperar bajo el chaparrón, pero todos estabamos de lo más felices.

Anónimo dijo...

Yo tengo en muy alta estima la devoción de la Iglesia de ayer y soy un poco escéptico por la de hoy. En realidad, si no dices nada no me hubiera parecido mal que no saliese, pero pensándolo más despacio: qué ocasión perdida para hacer una profesión pública de fe que tanta falta hace sobre todo en estos años. Una lástima

Un saludo, Fernando

Juan Ignacio dijo...

Eso, ¿qué pasó con el fervor?

Ese fervor lo debe tener la Iglesia de hoy también. Conozco jóvenes de la Iglesia de hoy que peregrinan a Luján truene o relampaguee, por ejemplo.

Fernando dijo...

Querido Jorge:

Gracias por tu visita. Veo tu blog y me parece muy admirable. Ojalá en Perú y en toda América tengais la fuerza y el talento para defender la vida y la familia, y no acabeis como nosotros, en España: ¡¡tantas cosas malas parecen irreversibles, al final!!

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Querida Alemamá:

Siento si el post quedó un poco amargo. Por supuesto, en la Iglesia española de hoy hay muchísima lucha y santidad, y en ciertas cuestiones no hay la mera apariencia exterior que había hace décadas. Lo único es que me dolió que no saliera la procesión, como ocurrió en Toledo, pues mucha gente había venido expresamente desde lejos para verla. Y, sí, al igual que os ocurrió a vosotros, en vuestra procesión, en Toledo el público aguantó (aguantamos) bajo la lluvia, todo el tiempo que hizo falta.

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Querido Sin número:

Yo tambien valoro en mucho a la Iglesia española de ayer, y me irrita cuando se la critica. Medité mucho cuando se beatificaron en Roma a los mártires de la guerra civil: ¿cúantos de nosotros tendríamos el valor de morir por la fe, como ellos? Probablemente, muy pocos, ¿no?

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Querido Juan Ignacio:

Quizá exageré un poco. Por supuesto que en muchas situaciones difíciles, los católicos españoles (jóvenes o mayores) dan un paso al frente y son valientes. Por ello, incluso aunque hubiera llovido un poco, la gente de Madrid habríamos aguantado, como hizo la de Toledo.

F.

JORGE dijo...

Apreciado en Cristo Fernando,

Gracias por tus palabras.

Lastimosamente la globalización nos trae una serie de elementos propios de la cultura de la muerte, y en esa lucha estamos. Gracias a Dios muchas cosas conservamos en favor de la vida, pero hay que defenderlas de algunos que para darse a notar, promueven el aborto y todos sus derivados.

Gracias a Dios nos mantenemos en la lucha en favor de la vida y la familia.

En cuanto a tu labor, te felicito (y a tus "comentaristas") y animo a seguir adelante con este blog, que lo único que necesita el mal, es que los buenos no hagan nada.

Gracias y bendiciones