Queridos amigos:
Como no creo que sigamos siendo bloggers que escriben a otros bloggers, sino más bien amigos, quisiera haceros una consulta, a ver qué os parece.
En mi oficina van a ascender injustamente a una persona, con menor titulación y menos cursos que los míos, de tal forma que va a cobrar lo mismo que yo. Esto me indigna y me parece humillante, pero es un hecho inevitable. Me planteo hacer un escrito muy enfadado a mis jefes, protestando.
A favor de hacerlo está que hay un tema de dignidad (si lo tolero es como si no defendiera el valor de mis estudios y mis cursos) y que me desahogaría, lo cual siempre es bueno.
En contra de hacerlo está que algunos de sus amigos me podrían perjudicar (un poco) la vida (más control de horario, retraso en los suministros de material, ...) y que es una tontería hacer cosas que uno sabe que son totalmente inútiles.
¿Qué haríais vosotros, en mi caso?
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19 comentarios:
f!!Pues sí, la verdad esque esto empieza a ser un tipo de amistad.
lo cierto es que sigo en la universidad y del mundo laboral tengo poca idea..
Creo que yo no lo haría, razón para escribirlo tienes pero no sólo es que no sirva para nada sino que sólo(según lo que dices) va a tener efectos negativos!!
no se, animo y rezo para que hagas lo que hagas vaya bien!
un saludo teka
sabes? ayer en la iglesia ví que tenía una capilla lateral y me acordé de tu post (el de los ancianos esos que iban despues de comulgar) ademas uniendo varios datos que hay en el blog...empece a imaginar que probablemente nos vemos todos los dias o que eras el de el banco de al lado!!jaja.
Yo trabajo en oficinas hace 10 años y eso no me da la experiencia que puede tener alguien con 20 o más años (como hay acá).
De por sí no me considero el tipo que la tiene clara en cómo hay que comportarse en este ambiente (si no ya estaría más arriba, ja, ja).
Soy profesional y tengo títulos y en estos 10 años he convivido en empresas que dan más y menos valor a los títulos obtenidos.
Algunas empresas valoran más los resultados que los títulos. Más aún, hoy en día se valoran mucho que haya cosas hechas, no importando tanto la perfección de lo realizado sino que esté realizado (por supuesto, salvando errores groseros). Por eso las edades promedio en las empresas descienden. Por eso y por otras cosas, ¿no?
Esto no quiere decir que a mí me parezca bien que sea así. Casi al contrario. Pero es bueno saber en dónde vivimos. No para adaptarnos ciegamente, que es lo que lo que hoy se pondera, sino para saber qué hacer, hasta cuándo seguir, si quedarse o irse, en las medidas de las posibilidades.
Aunque yo soy un tipo muy tradicional en algunos aspectos y tengo un gran respeto por la autoridad del que está arriba, le tendré pleno respeto si muestra con sus resultados que merece tener el cargo que tiene. Hay algo de verdad en la postura de que los títulos se demuestran con los resultados. Así como es verdad que cosas buenas sólo puede hacer quien está capacitado para ello.
Hasta acá hablé de mí, pero considero que muchas veces el testimonio ayuda.
Cada país, cada empresa, cada jefe es distinto. Culturas distintas. Por eso es difícil comprender desde aquí qué magnitud y significación podrá tener una carta como la que te propones en tú empresa, con tus compañeros, con tus jefes o subordinados (a pesar de que trabajo en una empresa). Por eso se hace difícil un consejo muy específico.
Como línea general me atrevo a decirte que en las empresas no sé si funciona tanto hoy en día la indignación, sino más la astucia. Pero esa astucia nos la pide también Jesús a los cristianos, ser mansos como palomas y astutos como serpientes.
¿Habrá alguna forma de mostrar a los demás que tu trabajo es mejor, para que lo valoren, alguna forma de que eso se sepa “arriba” y que no lo sepan “aquellos que pueden molestarte”?
Hace poco aquí han truncado la carrera ascendente de un jefe y han puesto en la gerencia a la que se encaminaba a una persona traída de afuera. Es notorio como el jefe que se quedó sin ascenso a gerencia sabe más que el nuevo gerente. El lo hace notar con los hechos, en reuniones, en consultas.
Es claro que no desplazará al nuevo, pero al menos él siente una mínima recompensa al ver que se le sigue consultando a él, que él lidera las reuniones, etc.
En fin, el tema es para horas y horas. Seguiremos luego.
Yo, como Teka, estoy en la universidad y poco sé de la vida laboral. Y después de lo de Juan Ignacio poco queda que añadir. Y a parte lo que tu dices.
Pero dándote mi opinión: yo no haría nada, ¿qué se puede hacer? La empresa no es como la Administración Pública, donde los ascensos responden a criterios objetivos, sino que responde a los subjetivos del jefe o del director recursos humanos.
Además, parece que no afecta a tu posición su ascenso. Así que no te sientas humillado, creo yo, que en absoluto. Lo de indignado pues tal vez: porque lo que a uno le ha costado su esfuerzo y luego ver a otros ir ascendiendo con tan poco...
Por lo que dices en el tercer párrafo, tu piensa que a lo mejor si no tuvieras esos cursos y estudios no estarías ahí. Así que importantes son.
No sé que te habrá parecido. Estoy estudiando Derecho y Administración y Dirección de Empresas, por lo que aunque no tenga experiencia laboral sé algo sobre como funciona tanto la Administración como la empresa. Aunque estoy daría para una larga conversación viendo todos los aspectos de la empresa que pueden influir.
Un saludo, amigo.
Fernando, yo no lo haría. Me imagino que sienta fatal que una persona con menos "titulos" y menos "experiencia" que tu esté a tu altura, pero si lo ascienden será porque vale para eso. No sé, si a mi se me acabara el contrato de becaria y me hicieran un contrato trabajaría con gente que tiene más de 10 años de experiencia y cobraríamos lo mismo. Incluso llegará un día en que mi jefe sea mayor que yo, pero con tal de que se valore tanto tu trabajo como el del otro... no?
Ufff... yo de esto sé muy poco, pero te intento ayudar: de primeras te habría dicho que lo hicieras, que protestaras, pero pensándolo bien creo que reaccionar en una rabieta no va a servir para nada. Tampoco se trata de continuar como si no pasara nada, pero uno tiene que intentar seguir su camino sin mirar tanto a los otros. Por otra parte, quizá habría una posibilidad de mostrar ese descontento justificado con otros medios más meditados, no sé... Espero que te sirva, aunque aquí el que menos sabe de esto soy yo.
Saludos
Si está decidido, no cambiará nada el que te quejes, pero te desahogará el decirlo. Yo creo que si te tiene atorado hay que expresarlo con serenidad para que no se pudra;luego, a mirar el futuro y si no hay nada mejor en un lugar en que seas mejor valorado, pues a agachar el moño y vivir las circunstancias nuevas con caridad.
Paciencia, amigo, ¿quién no tiene un caso así para contar o que haya sufrido? son equilibrios muy precarios estos.
(En general)
Queridos Teka, Juan Ignacio, Sin Número, María, Alejops y Alemamá:
Muchas gracias por vuestro consejo, porque de verdad que el asunto me tiene confuso. Le pedí al Espíritu Santo que la mayoría de vuestras opiones indicaran la dirección correcta, no es un medio infalible para decidir, o a lo mejor sí que lo es.
Me alegro mucho de que internet y el blog me hayan dado este medio de consultar cosas que me preocupan y, en general, de tener amigos (aunque sean virtuales) entre gente tan especial.
F.
Querida Teka:
Gracias por tu consejo, y gracias por rezar; quizá esto segundo sea más importante aún que lo primero. Ya sabes que yo lo hago por tí.
Espero que no sea cierto lo de la coincidencia: todas las feligresas habituales de mi iglesia son feas (te lo digo en broma, jajajaja).
F.
Querido Juan Ignacio:
Gracias por tu opinión.
Yo trabajo en la Administración Pública desde hace casi 20 años. En teoría todo se rige aquí por los principios de "mérito y capacidad" que proclama la Consitución, pero la realidad parece ser justo lo contrario: cuantos menos méritos tienes y más incapaz eres, más alto llegas y más te mantienes en el cargo. Ya te acordarás de lo que conté de mi jefe, que tanta gracia te hizo. Por eso, lo que dices de que conviene que el jefe demuestre su valía, aquí es justo al contrario (y no hablo sólo de mi Administración, sino de cualquiera en España). El caso que os consulto ya es especialmente sangrante, porque una señora a la que sólo se le exigió el bachillerato para entrar va a cobrar casi tanto como yo, que me exigieron ser licenciado.
Sí, es claro que nos convendría ser astutos, de uno en uno y en grupo. Yo nunca lo he sido, y a mis 42 no creo que sea momento de lograrlo. Es posible que si hubiera sido más listo, ocupara el cargo de mi jefe y mi jefe el mío. Pero, como te dije antes, los principios que rigen aquí (además de la astucia) son los de demérito y de incapacidad.
F.
Querido Sin Número:
Gracias por tu opinión.
YO TRABAJO EN LA ADMINISTRACIÓN, y por eso te digo que los ascensos no corresponden a criterios objetivos, sino al compadreo y a los contactos. Ya sabes que la Constitución proclama que la entrada y la carrera de los funcionarios se rigen por los principios de mérito y capacidad, pero desde dentro te digo (como te lo diría cualquier funcionario de cualquier Administración) que eso es mentira, que es al revés, que cuanto más corto e incapaz eres, más lejos llegas.
Por supuesto que, como dices, mis cursos y mis estudios son importantes, para mí. Como le decía a Juan Ignacio, yo no soy nada astuto ni hábil para conspirar, por lo que si hubiera entrado en uno de los Cuerpos bajos, por no tener titulación, me hubiera jubilado en ellos, no como esta gente astuta, que año a año van subiendo de Cuerpo y de nivel, aunque no lo merezcan.
F.
Querida María:
Gracias por tu opinión.
Desde luego que no, desde luego que la señora a la que ascienden no se lo merece. Ella hace, mejor o peor, su trabajito, como lo hacemos los demás: pero no sé por qué, a unos eso les basta para subir y subir, y otros llevamos anclados siglos en el mismo sitio.
Si las personas que suben valieran, yo lo comprendería, incluso (como tú dices) aunque fuera gente más joven o más reciente en la Administración que yo. Pero creo, honestamente, que no es el caso.
F.
Querido Alejops:
Gracias por tu comentario.
Sí, cada uno tiene su camino, eso es lo único importante, tirar hacia delante y ser feliz en la vida privada. Yo, gracias a Dios, lo soy, y vivo (en general) ajeno a las miserias del sitio de trabajo. Pero, claro, eso no quita que en casos extremos como este te lleven los diablos. Respecto a lo del descontento, ya sabes que todos los funcionarios vivimos en un descontento perpetuo, sin valorar las muchas cosas buenas que tenemos.
F.
Querida Alemamá:
Gracias por tu consejo.
Sí, quiero pensar que la gente sí que me valora en mi puesto, pero eso no quita el enfado por gente que sube habiendo trabajado menos que tú, sin merecerlo. Me gusta que apliques al caso las palabras "serenidad", "caridad", "paciencia" y "equilibrio": son fáciles de vivir cuando todo va como queremos, pero en cuanto hay un pequeño fallo, tiramos las 4 por la borda (al menos, yo lo hago).
F.
Si solo la ascienden y a tí no te perjudica, yo no haría nada, aunque comprendo que te moleste, ya sabemos como funcionan las cosas en la Administración. Quizás la lucha debiera correr por el lado de que, por ley, esas cosas no puedan ocurrir, aunque quien hizo la ley, hizo la trampa.
Ahora, si vulnera tus derechos, entonces sí, y por todos los cauces legales.
Querida María Jesús:
Gracias por tu opinión.
Ya sabes cómo funcionan las cosas en nuestra Administración, y en general en todas nuestras cosas. Da igual que las Leyes sean cada vez más largas y más detalladas, porque las que las aplican hacen luego lo que quieren. De ahí mi rabia en este caso, que pese a ser tan injusto se halla amparado por los correspondientes reglamentos.
F.
En contra de hacerlo está que tú podrías perjudicarle un poco la vida y que ella no te quita nada. Pienso también que estás hablando de titulación y cursos (como si la titulación fuera hoy garantía de algo), pero no del trabajo de ella y del tuyo. Quizá tiene más experiencia, quizá trabaja tan bien o incluso mejor que tú; dicho sea sin ánimo ninguno de poner en duda tus cualidades.
Pero, sobre todo, en contra de hacerlo está esto: Mateo, 20
...Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: "Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada".
El propietario respondió a uno de ellos: "Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario?
Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?".
Querido Anónimo:
Ojalá vuelvas por aquí para agradecerte tu comentario y que me hayas hecho ver el lado realmente importante de la cuestión. Podría haber leído ese mismo día ese capítulo, sin darme cuenta de que hablaba de mi caso.
Gracias.
F.
No hay de qué. Suele pasar, se ven mejor las cosas desde fuera. Gracias a ti por no tomártelo mal, temí haber sido un poco borde.
Un saludo. C.
Querido C.:
¿Borde por traer a la discusión un capítulo del Evangelio? Eso no es posible.
A veces me jacto de ser capaz de relacionar algo que han puesto en otro blog con una página de Evangelio, pero como tú bien apuntas, luego no soy capaz, no somos capaces, de recordar la página que nos ayudaría en nuestro caso particular.
Un saludo, y gracias de nuevo.
F.
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