Fui el viernes a la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Vienen libreros de segunda mano de toda España. Algunos lo colocan todo de forma impecable, ordenado por materias, limpio, incluso ponen cubiertas de plástico a los libros; otros lo tienen todo sin sacar de los cajones, lleno del polvo y suciedad.
Por todos lados vi síntomas de la crisis que no acaba. Había menos casetas que otros años; varias estaban vacías, sin nadie curioseando; había gente intentando vender libros viejos a los libreros, no era la ocasión, claro.
Hice la táctica de todos los años: pasear del inicio al final, hacer una lista mental de posibles compras, pasear luego en sentido inverso volviendo a mirar los libros escogidos, eliminar, comprar sólo aquellos que vaya a leer ya. Seleccioné 5, compré 3: "Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo español", del historiador Julio Caro Baroja; "Desde la España predemocrática", del sociólogo Amando de Miguel; "Memorias de estío", del político Miguel Herrero. Deseché uno del cineasta Pedro Almodovar, en la primera vuelta me pareció divertido, en la segunda lo rebajé a graciosillo.
Con el 5º (las memorias de un ministro de Franco) ocurrió algo extraño, como de novela. Llegué a la caseta, lo busqué, resultó que lo tenía en la mano un anciano que ya había seleccionado una torre de libros, custodiada por el librero valenciano. "Es que no sé si va a ser ya mucho...", decía, hojeaba el libro, miraba la torre, dejaba el libro, lo volvía a coger, lo volvía a hojear, "es que no sé si me estoy pasando", lo volvía a dejar, lo volvía a coger, volvía a mirar la torre. Su duda no podía ser por el precio, no costaba más de 5 o 6 €. El librero valenciano se acabó cansando, "mire, no se agobie, estamos hasta las 9, llévese usted los otros, dése una vuelta, y si antes del cierre se anima, viene y se lo lleva". Esto convenció al abuelo, que colocó el libro en su sitio y sacó un billete de 50 € para pagar la torre.
Me fui a casa sin el libro, claro. Es seguro que si hubiera esperado a que se fuera el anciano y lo hubiera cogido el vendedor me lo hubiese vendido encantado; y es más seguro aún que el anciano no volvería luego a por él. Pero ¿y si volvía?
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13 comentarios:
Estos eventos me hacen perder el sentido de las proporciones: de mi capacidad de leer, y de mi librero que rebalsa.
Saludos, Fer
Que dos detalles Fernando:
1.- Dejarle el libro al abuelete, por si volvía... (¿qué libro era, por cierto? pura curiosidad)
Es que si dudas de si comprar una cosa, la dejas, y luego vuelves y no está, queda cierto trauma :)
2.- No comprar el libro de Pedro Almodóvar. Ahí estuviste fino.
Buen finde.
ps. a mi esas ferias del libro antiguo me dan nostalgia. Si viviera mi padre, no se hubiera gastado 50 €, sino tres veces más...
¡Qué buena crónica!
Aquí en Málaga también ha sido la feria del libro antiguo y tras mucho mirar, escudriñar, preguntar y pasear... no encontré los que estaba buscando.
Con todo, me llevé una edición muy buena y a un precio de risa de "El principito".
En fin... me encantan las ferias de libros.
Un abrazo.
Muy buen gesto, que a otro aproveche.
Ni hablar de lo de Almodovar, que a nadie aprovecharía, ja.
Lo que más me llamó la atención fue la feria. ¡Qué bueno que hubiera una aquí!
Me encantaría recorrer los stands prolijos. Aunque se me ocurre que en los desprolijos quizás se encuentren grandes libros dejados al descuido, y por eso a precio muy barato, distinto que en los prolijos, que los deben conocer y por eso ponerlos un poco más caros.
Creo que hizo bien en dejarlo, seguro que aquel hombre volvería a por él... y qué ministro era?? (perdón por mi impertinencia o atrevimiento).
Me ha gustado su selección de los tres libros que planificó: Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo españos (uff, qué denso pero sin duda interesante), Desde la España predemocrática, un buen texto desde la perspectiva de un sociólogo y Memorias de estío de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (uno de los padres fundadores de nuestra Constitución) trata sobre la Transición?.
Sin duda, eligió una buena bibliografía. Muy agradable esta lectura.
saludos.
Hay cosas que parecen de novela y son reales. Si yo le dijera a usted que aquel anciano de la torre de libros era yo, usted pensará que es una de mis fábulas. Se equivocaría usted. El anciano era yo. Lo que no le revelaré a usted, por el momento, es si me llevé o no me llevé el libro.
Supongo que esa "Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo español" será larga. Si usted pudiera resumirla en este blog yo diría por todas partes que es usted uno de los seres humanos más amables y eficaces que he conocido en mi vida.
Es verdad que da un poco de vértigo, Alemamá, ¡tantos libros por leer y tan poco tiempo para ello!, pero si uno no se agobia la visita es divertida.
Las memorias de Silva Muñoz, Esperanza. Y el de Almodovar parecía divertido, pá reír un rato, pero leyéndolo con más atención perdía la gracia.
El principito ... ¡Hay tanto que comentar de él, Andy! Ojalá te animes a hacer un post cuando lo vuelvas a leer.
Es un gran gozo, Juan Ignacio, uno pasa una tarde maravillosa, compre o no. Y, sí, los precios suelen ser estupendos, 5 o 6 €, la cuarta parte de lo que vale un libro nuevo, hay que aprovechar.
Silva Muñoz, Lemaki. El del anticlericalismo no es denso, pues como tal Introducción apenas tiene 150 páginas; y el de Herrero empieza en su juventud y acaba cuando se fue de la política, por lo que incluye la época de la ponencia constitucional.
¿Era usted el anciano, Don Javier? En ese caso debería tener la honestidad de cambiar su foto del blog, debió de hacérsela hace 40 años. Y no, la Introducción no es larga, para eso es una introducción, unas 150 páginas, y si a Usted le interesa haré un esfuerzo de atención y la resumiré en un post.
En cuanto a lecturas, creo que te pasa un poco como a mí, Fernando: la realidad asombra mucho más que la ficción.
Así es, Painted: la historia puede ser mucho más novelesca que la mejor de las novelas.
A mí suele pasarme eso, en un primer vistazo o recorrido hasta el final pienso que voy a comprar varios pero luego a la vuelta voy descartando de los que había pensado comprar en un principio.
Es lo mejor, Anónimo, si no uno acaba arrastrando una bolsa enorme de mostrador en mostrador y gastando un montón de €€€, o -peor aún- lamentándose porque en el último puesto hay un libro muy interesante pero ya no quedan €€€.
Fernando, seguro sabías lo que buscabas por eso tuviste la decencia de escojer sólo cinco y llevarte tres. Para mi hubiera sido terrible, seguramente hubiera estado indeciso, dudoso y sin saber que hacer.
De pronto, un día despiertas y todos los libros te parecen interesantes, (hasta que llegas a los de Almodóvar), jajaja.
Buenas adquisiciones, felicidades.
Jorge, a uno le pueden tentar muchos libros, pero siempre tienes el tope del dinero. Yo fui con 30 € en el bolsillo y apenás gasté la mitad, eso ayuda a elegir bien.
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