Por Sevilla avanza una procesión chica, una caja más pequeña que el tablero de una mesa, sobre la que van flores, algunas velas y una cruz desnuda, adornada con un velo blanco. Debajo los pies de 4 o 5 niños, tapados por un terciopelo casi hasta el suelo. Al paso no le falta ni el llamador para pararse o seguir.
Cuando llegan a la plaza de Jesús del Gran Poder todos los niños dejan de jugar, rodean el paso, lo tocan, se ponen a andar detrás, formando una procesión espontánea.
...
Hace un par de semanas limpiaba mi casa, mis libros, mis cosas, y pensaba en un post de Juan Ignacio, ¿qué pasaría si en cada cumpleaños en vez de darnos algo nos lo quitaran?, ¿a cuántas de nuestras cosas estaríamos tan apegados que nos entristecería perderlas?
Abro mi blog, entro en las últimos posts y me quedo horrorizado: en "El cura de Ars (I)" falta un comentario, el mío; en "Seguridad Social" no están 7 de los 9; en "Tormenta" parecen estar todos. Estos robos me ponen nervioso, decido dar un par de días por si volvieran solos, si no iré a buscarlos hasta el fin del mundo, pues ¡son míos! (y de mis blogamigos, claro).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
¿Faltan comentarios? Nunca me pasó eso... Creo que nunca me pasó eso, nunca me fijé con tanto detenimiento.
Debe ser una falla de actualización de Google, porque dice 9 y hay 2. Sí me ha pasado al revés: dice 1 y hay más.
También cabe que el comentarista haya borrado su comentario, pero 7 de 9 es demasiado.
*
¿Entregar cosas? A mi me costaría entregar los libros.
*
La procesión de Sevilla, ¿es un entierro de un niño?
¿Has estado en Sevilla y no me has avisado?
Tanto tiempo, amigo Fernando. Te he extrañado, pero a ti no te extrañe lo que te ha pasado. Mira acá* y dime de qué se trata.
Saludos
¿qué pasaría si en cada cumpleaños en vez de darnos algo nos lo quitaran?: A mi no me importaría, porque las cosas se las llevarían mis invitados, que serían amigos. Y como mi habitación parece un todo-a-100, podrían elegir :)
Al fin y al cabo un día es un día y no vivimos en "Wonderland", donde se celebraban los no-cumpleaños.
Tampoco yo sabía que pasaba una cosa así. Ni se me ocurrió revisar en mi blog.
A ver si me fijo.
Saludos.
Yo creo que si nos quitasen una cosa cada año no tendríamos gran problema, pues poseemos muchas más cosas de las que necesitamos e, incluso, utilizamos. Ahora bien, si cada cumpleaños consiste en perder algo a lo que demos valor sentimental... eso es harian de otro costal.
Por cierto, he leído una noticia muy interesante que me ha hecho recapacitar un poco y hasta me ha robado algún mohín. Te la dejo aquí por si inspira algún post tuyo. http://www.elconfidencial.com/salud/muere-agapito-dueno-habitacion-hospital-provincial-20100428.html
También yo me acabo de enterar de esto de las "desapariciones"...¡a por el ladrón de comentarios! jeje.
Un saludo y ¡espero que aparezcan!
Juan Ignacio, ¿un entierro? No, era algo festivo, una miniprocesión, los niños iban debajo, llevando el cajón, tapados por un fieltro, arriba iba una cruz, más ligera que una imagen, claro.
Te llamé pero no estabas, Rafael, otra vez será.
Gracias por el enlace, Alemamá, lo miraré y te diré si tiene que ver con mi caso.
Hola, Esperanza, creo que el problema sería que fueran ellos los que pudieran escoger lo que se llevan, a lo mejor creen que es algo sin valor y nos apena mucho, ¿no?
Hola, hermana, espero que tenga suerte y que no le ocurra nunca, aunque tampoco es tan importante.
Hola, Ramón, gracias por el enlace, lo veré y te comentaré, con o sin post de los míos.
Gracias, Andy, espero no tener que llamar a la policía bloguera.
Lo dije ya muchas veces. Ojalá tuviéramos esas procesiones aquí...
Todo es ponerse, Juan Ignacio: habla con tu párroco.
Publicar un comentario