lunes, 22 de febrero de 2010

La nueva parada

Al anochecer iba en el autobús una chica vulgar. Durante el viaje hizo cuatro llamadas por su móvil (celular) y contó la misma historia:

"Hola, tía, soy yo, te llamo con una noticia, tía, me acaban de despedir, hoy mismo, sí, tía, ella está loca, ya lo sabes, tía, todo el mundo lo sabe, hasta ha dejado a su marido, tía, se me acercó para pegarme, tía, me levantó las manos y yo le dije cómo me toques llamo a la policía, ¡a la policía!, tía, ella se asustó, se paró, se fue y volvió con un papel, tía, estás despedida, firma aquí, yo le dije yo no firmo nada sin informarme antes, tía, ella me dijo si no firmas no cobras el paro, yo le dije vengo mañana y mañana te lo firmo, tía, ella me dijo no quiero aquí ni parejas ni padres, yo iré mañana con quien me dé la gana, tía, será hijaputa, yo iré mañana con quien me dé la gana, así que ya sabes, tía, el próximo día que vayas al paro me llamas y vamos juntas y tomamos un café, tía, venga, chao, un beso".

El tono de la narración era alegre: parecía que trabajar es una desgracia y caer en el paro una suerte. Sólo una de las cuatro veces, cuando la otra le preguntó algo, se quebró, se puso a llorar, metiendo la cara en la mano libre:

"Aún no se lo he dicho, tía, y me jode me jode me jode tener que decírselo a papá, él me dirá ya te lo dije ya te lo dije, me jode tener que decírselo y que me diga ya te lo dije, tía, y me jode que tenga razón, tía".

Se bajó ante que yo, mientras marcaba la quinta llamada.

7 comentarios:

Capuchino de Silos dijo...

¡Vaya tela, "tío"!.
Así es la cosa. ¡Me lo vas a decir a mí!
En mi Facultad, la cosa es aún peor.
Un abrazo.

Sinretorno dijo...

Gracias por su visita y esa conversación, real como la vida, me apura y me inquieta.

AleMamá dijo...

Vaya uno a saber qué hizo para merecer -o no- el despido, pero que el lenguaje no es de lo más fino, no cabe duda, y de ahí se pueden deducir algunas cositas.
Saludos, Fernando. Me encantan estas notas tomadas de la vida misma.

alejops dijo...

Tienes buena capacidad para poner por escrito un lenguaje así. ¡Parece que la estaba oyendo cuando lo leía!

Juan Ignacio dijo...

Decir que es muy buen relato sería ofender a la pobre muchacha. Pero no creo que se entere.

(Por lo que veo esta entrada vino con subtitulos español americano).

Fernando dijo...

¿Peor que la chica vulgar, Capuchino/a? ¡¡Huye a Derecho, ya!!

No te inquiete, Sinretorno, al menos no la echaron porque quebrara la empresa, como es ahora lo habitual.

La chica era vulgar, Alemamá, quizá yo también la hubiera querido pegar si fuera mi subordinada, pero probablemente la jefa fuera tan zafia como ella. Me dio pena, la verdad.

Lo repitió 4 veces, Alejops: si el viaje llega a durar más todo el autobús hubiera ido coreando la 6ª o la 7ª llamada.

Ojalá fuera un relato, Juan Ignacio, una invención, pero la realidad es siempre mejor que la narrativa (salvo que te toque ser el protagonista, claro).

Natalia Pastor dijo...

Veremos cuanto le dura la "alegría" a la sujeta en cuestión.
Cuando esté mano sobre mano, y en su casa le corten el "grifo".
Veremos...