martes, 2 de febrero de 2010

En Madrid (y II)

El letrero móvil de la parada del autobús proclama que "El servicio funciona con normalidad", pero llega un 26, lleno, y justo detrás, rozando su cristal trasero, otro 26, vacío.


En el autobús semi-vacío el conductor ve algo por el espejo retrovisor interno y empieza a pegar gritos, "Jefe, jefe, baja los pies del asiento, venga, gracias, jefe", me quedo impresionado, hacía meses que no veía una muestra de autoridad frente a la barbarie.


Paso frente al Ministerio de Igualdad, un edificio oficial hecho en la época de Franco, de estilo totalmente franquista. Me hace gracia (es un decir) la paradoja: ahora lo ocupa una ministra inculta (degeneración de la educación española), que está ahí por ser mujer (degeneración ultra-feminista) y andaluza (degeneración regional), atareada en ampliar el aborto (degeneración ética).


Han puesto una grúa gigantesca para una obra, con una luz roja en lo alto para avisar a los aviones. Cuando por la noche te despiertas y te asomas a la ventana ves una estrella mensajera que en vez de a Belén te guiara a La Habana o a Caracas.

4 comentarios:

AleMamá dijo...

Muy buena tu lista de degeneraciones de la mujer esa.
Saludos

Fernando dijo...

Alemamá, para que te hagas idea del personaje, en un debate sobre el aborto soltó que un feto era un ser vivo, sí, pero no un ser humano.

Con esto queda retratada la señorita, ¿no?

ALMA dijo...

Fer!!! mi amigo, te estoy leyendo desde mi trabajo pero no puedo dejarte mensaje desde esa pc.

Lo que cuentas de esa mujer es un horror y algo he leído en El País

Besotes y disculpame que no te visito como me gustaría

Juan Ignacio dijo...

¡Qué bueno (y malo) lo de la ministra!