Leo la autobiografía de la actriz norteamericana Mia Farrow, Hojas vivas.
Confieso mis prejuicios contra esta señora: siempre me pareció alguien que se dedicó a ser actriz por capricho, que logró salir adelante gracias a la influencia de sus padres (el director John Farrow y la actriz Maureen O´Sullivan, la Jane de las primeras pelis de Tarzán) y que nunca ha pasado de ser una actriz mediocre, en mi opinión. A todo esto se suma ser progre rica, cosa que detesto en España, en Estados Unidos y en cualquier lugar del mundo.
La lectura de los primeros capítulos avalan mis prejuicios. Explica que la familia vivía en Beverly Hills, donde todo el mundo se dedicaba al cine, y por esto todos los niños tenían sueños de ser actores, actrices, guionistas o directores, esto es algo que le parecía triste porque la mayoría no tenían talento para ello y estaban condenados al fracaso; es extraño cómo siempre vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.
Sus padres eran católicos y pese a vivir en el ambiente de Hollywood la familia tenía una vida católica, propia de cualquier otra familia católica en los Estados Unidos de los años 40 y 50: fueron 6 hermanos, iban a Misa todos los domingos (aclara que en aquella época era pecado mortal no hacerlo), recibían la Primera Comunión, rezaban el Rosario en familia en los momentos difíciles. Sus padres nunca se divorciaron, pese a que el matrimonio fue un fracaso. Una de las cosas más divertidas es cómo el padre, alcohólico y mujeriego, recibía en casa a unos padres jesuitas, con los que tenía grandes discusiones teológicas entre whisky y whisky.
Volviendo lo que dije al principio sobre mis prejuicios contra ella, cuenta que un buen día le llaman, le ofrecen un papel en una serie, la serie empieza a tener éxito y así es como Mia Farrow se convierte en famosa a los 19 años. ¿Todas las chicas de su edad tuvieron esa misma oportunidad? Lo dudo.
...
El libro se lee muy bien mientras cuenta cosas normales de su vida. Cuando filosofa o intenta ser poética, se vuelve progre-cursi: "Entonces me di cuenta de que mi madre me hablaba como a una amiga, como si yo fuera una persona mayor. En ese momento, al verse reconocida, esa parte esencial de mí que se agitaba en mis más íntimos y ocultos recovecos salió deslumbrada, pestañeó ante la brillante luz de la tarde".
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6 comentarios:
Aunque su nombre me suena una barbaridad, creo que nunca he visto una película suya. Lo cierto es que, talento aparte, la gente que se cría en un ambiente artístico suele tener más puertas abiertas si decide continuar con la labor de sus padres. Hay muchos casos de clanes familiares dedicados al cine o la televisión, tanto en EEUU como en España y, casi seguro, en cualquier parte del mundo. Sólo que cuando demuestran que de casta le viene al galgo dejamos de cuestionar sus posibles enchufes. Sin embargo, cuando el nivel interpretativo es mediocre es cuando empezamos a hacernos este tipo de preguntas. Muy oportunas, eso sí.
Saludos
No ir a misa los domingos y fiestas de guardar sigue siendo pecado mortal en todo caso.....
De familia católica, pero lo que uno sabe de su vida por la prensa, no lo avala precisamente. Ojalá cambie a tiempo.
Saludos, amigo Fer
Yo lanzaría ese libro por la ventana. Una biografía de un personajillo así se más un pedazo de basura que un libro, como decía Escrivá de Balaguer.
¡Qué librito que te has elegido, Fernando!
Te hubiera dicho que era una pérdida de tiempo pero pensé algo más original.
Uno de los trabajos del cristiano es ver cómo maneja ese "no soporto a tal persona". Pues bien, si tenías tanto prejuicios respecto a esa señora, haces bien en conocerla más a fondo.
Eh...
Mmm...
Quizás rectifique mi primera opinión.
Me alegro de la entrada, así no caigo en la tentación de leerlo, el último párrafo que reproduces es infumable.
Hola, Ramón, ella salió en muchas de las películas que hizo su novio, Woody Allen, durante una década. Woody es un director tan bueno que incluso de ella lograba sacar buenas actuaciones. Al acabar su relación se acabó su carrera, pues nunca ha dejado de ser mediocre (en mi opinión, al menos).
Hola, Alemamá, puse irónicamente lo del pecado mortal porque así es como lo escribió ella, como si el Concilio hubiera derogado esa obligación. Y, sí, tienes razón: ojalá Dios la ayude para volver a la Iglesia, pues por lo que voy viendo en el libro ha sido una mujer muy generosa con sus hijos, naturales o adoptados.
Hola, Alejops, qué tremendo comentario el tuyo: hay que leer todo, lo de los buenos y lo de los malos, porque Dios está detrás de todo y en todo hay siempre algo bueno: en la vida de esta mujer eso no es una excepción.
Hola, Juan Ignacio, acertaste plenamente: la lectura del libro hace ver que, junto a muchas cosas malas de su vida, ha habido otras muy buenas. No es que yo varíe mi opinión general sobre ella, lo malo sigue siendo malo, pero comprendes porqué hizo ciertas cosas. Quizá si en la vida real obráramos igual nos sería más fácil perdonar a nuestros enemigos.
Hola, María Jesús, yo creo que en general te gustaría, te interesaría: el párrafo que copié es intragable, como siempre que filosofa o poetiza, pero cuando habla normal es muy fácil de leer, sin complicaciones.
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