viernes, 20 de noviembre de 2009

Millennium (y IV) (conclusión)

No leas este post si vas a leer el libro.

Las investigaciones de los detectives-amantes evolucionan rápidamente. Ella, Lisbeth Salander, da vueltas a la lista de mujeres asesinadas violentamente por toda Suecia en los años 60 y descubre que siempre que ocurrió uno de esos hechos estuvo ahí el padre de Harriet Vanger, la desaparecida: ¡él fue el asesino en serie! ¿Pudo ser él quien también matara a su hija? No, murió un año antes, ahogado.

El periodista Mikael Blomkvist sigue investigando en las fotos antiguas que remiten a otras fotos, y así llega a un sospechoso indudable: el hermano de Harriet. Inocentemente, se presenta en su casa, en la isla. El otro -lógicamente- le pilla, le ata y le confiesa que sí, que desde que murió su padre él siguió con la costumbre de violar, matar y hacer desaparecer en el mar a una o dos mujeres por año, tres acciones que se dispone a ejecutar también con él. En esto aparece Lisbeth Salander, libera a su compañero y se lanza a perseguir al hermano sádico, que muere en un terrorífico accidente de tráfico contra un camión.

Entonces ¿qué fue de Harriet la desaparecida, si el hermano declaró a Mikael que él no la mató? Nuestros héroes proceden a pinchar -ilegalmente, of course- un teléfono de una prima de Harriet, lo que les da una pista hasta Australia. Sí, allí está Harriet Vanger, 40 años mayor, algo más gorda, no murió, sino que horrorizada por tanta violación y tanta muerte se dio a la fuga ayudada por la prima, huyó del país, cambió de identidad, se casó bien, enviudó y ahora es una rica granjera australiana.

...

¿Qué conclusión saco del libro?

Como novela de suspense, le pongo un 10. Hay una construcción perfecta de la intriga, cuando parecía que ya no había ninguna salida siempre aparece una, con un estupendo entramado de pruebas que van llevando unas a otras.

Como reflejo de la realidad contemporánea, el libro es depresivo, quizá como un buen reflejo de la sociedad sin Dios. Apenas hay auténticas relaciones de cariño, el sexo parece ser una forma de relacionarse tan normal como tomar un café, varios hombres tratan a a las mujeres como bestias, nadie parece fiarse mucho ni de la policía ni de la Ley, más bien cada uno ha de salvarse como pueda en medio de la jungla. Quizá sea este desamparo, este pesimismo, el que permita comprender -junto a lo que apuntaba en el párrafo anterior- el éxito mundial de la novela.

4 comentarios:

Ramón_Lozano dijo...

A mí no me parece que sea un retrato tan fabuloso, pero es quizás porque estoy escribiendo, poco a poco, una novela negra.

De todas formas hay un pasaje que no me convence, por lo poco realista que lo encuentro. Me refiero a cuando el hijo secuestra al periodista y le cuenta toda su vida y ¡zas! justo aparece la otra a salvarle. Es demasiado peliculero y yo prefiero las cosas que me pueda realmente creer. Está claro que si oculto eso, cuando lo secuestre me aseguraré de que nadie pueda acceder a mi casa y no me entretendré explicándoselo todo.

Saludos, y me alegro de que te haya gustado. Se lee muy rápido.

Fernando dijo...

Hola, Ramón. Me encanta la noticia de que escribes una novela negra. Ojalá de vez en cuando hagas en tu blog un comentario sobre si va saliendo cómo tú quieres, creo que es un tema importante.

Sí, tienes razón: no creo que nadie que vaya a torturar y matar a otro en su sotano deje ninguna puerta abierta para que llegue otro y le salve. Es una licencia literaria que tú no debes cometer en tu novela.

Comparto, en fin, tu juicio: está bien haberla leído, pero no me voy a arriesgar con Millennium II y III.

Juan Ignacio dijo...

Hacer un distinción de este tipo en las conclusiones es arriesgado. Suponte que un libro se la pasa insultando a un grupo o discriminando a un sector, pero lo hacer realmente bien escrito. ¿Puedo decir: "en redacción le pongo un 10"?

En fin, no me des mucha bolilla, era sólo una reflexión al pasar no específicamente para este libro sino en general.

Fernando dijo...

Hola, Juan Ignacio, tus comentarios siempre merecen que se les dé bolilla, claro que sí.

Elogiar la forma de una novela o de otro libro no implica dar por bueno su fondo, o recomendar su lectura. Si alguien es un poco depresivo, yo le recomendaría que no leyera este libro, porque aunque la trama policial es muy buena, la imagen que te da de la vida es depresiva.

Es, sí, como si lees a Kafka: el estilo es excelente, pero no se puede olvidar el veneno que lleva dentro.