viernes, 13 de noviembre de 2009

Catecismo (18): la "novela" de Jesús

Parte 1, sección 2, capítulo 2, artículo 3, parágrafo 3, párrafos 512 a 570.

¿Viste cómo triunfan ahora esas novelas en que nada es lo que parece, en que las personas y las cosas cambian de sentido a partir de algo que ocurre a mitad del libro? Pues, muy seriamente, el Catecismo nos explica que en la vida de Jesús nada es sólo lo que aparenta, nada ocurre porque sí: "todo en la vida de Jesús es signo de su misterio" (pár. 515). Por ejemplo: cuando Jesús es presentado en el templo, conforme al rito judío (pár. 529), no es una mera anécdota de su vida, sino que se puede relacionar con la esperanza de Israel en el Mesías y con el sacrificio en la Cruz; cuando Jesús se transfigura (pár. 554 a 556) no es sólo un hecho misterioso, ahí están el presagio de la Cruz, la sumisión a la voluntad de Dios, el cumplimiento -otra vez- de las promesas a Israel, la acción de la Santísima Trinidad, el presagio de la Eucaristía, ... En este largo parágrafo el Catecismo detalla esto en muchas escenas del Evangelio, pero hay un denominador común: "los artículo de la fe referentes a la Encarnación y a la Pascua de Jesús iluminan toda la vida terrena de Cristo (...) Todo lo que Jesús hizo y enseño (...) hay que verlo a la luz de los misterios de Navidad y de Pascua" (pár. 512).

Nada es -únicamente- lo que parece, nada ocurre porque sí, y así el Catecismo va desarrollando los sentidos ocultos de: el anuncio del Mesías en el Antiguo Testamento (pár. 522), San Juan Bautista (pár. 523 y 524), Navidad (pár. 525 y 526), la circuncisión (pár. 527), la adoración de los Magos (pár. 528), la presentación en el Templo (pár. 529), la huida a Egipto (pár. 530), la vida oculta (pár. 531 a 533), el extravío y el hallazgo en el Templo (pár. 534), el bautismo (pár. 535 a 537), las tentaciones en el desierto (pár. 538 a 540), la predicación y los milagros (pár. 541 a 550), la elección de San Pedro (pár. 551 a 553), la transfiguración (pár. 554 a 556), el anuncio de su Pasión (pár. 557 a 558) y, en fin, la entrada en Jerusalén (pár. 559 y 560).

(Ejemplo de lo fino que hila el Catecismo: el pár. 530 observa el paralelismo -muy simbólico- de que el Niño vuelve de Egipto (Mt 2, 15) como un nuevo y definitivo éxodo, similar al de Israel en el Antiguo Testamento: de paso, se cumple la promesa de Oseas 11,1).

Cité antes cómo en muchos de estos hechos están presente, de un modo u otro, la Encarnación, la Pasión, la Resurrección. El pár. 517 va más allá: "toda la vida de Cristo es misterio de Redención", "en su Encarnación porque haciéndose pobre nos enriquece con su pobreza, en su vida oculta donde repara nuestra insumisión mediante su sometimiento, en su palabra que purifica a las gentes, en sus curaciones y exorcismos, (...) en su Resurrección, por medio de la cual nos justifica".

...

Si tienes dos minutos, lee el pár. 533, relativo al significado de la vida oculta. En él se reproduce parte de la homilía del papa Pablo VI, cuando visitó el Templo de la Anunciación en Nazaret (1964) y allí explicó las lecciones que recibíamos de los años de vida oculta: la lección del silencio, la lección de la vida familiar, la lección del trabajo ("la austera pero redentora ley del trabajo humano"). Antes el Catecismo había recogido una hermosa definición de esos años de vida oculta, similar a la de cualquiera de nosotros: "una vida cotidiana sin aparente importancia, vida de trabajo manual, vida religiosa judía sometida a la Ley de Dios, vida en la comunidad" (pár. 531).

...

Concluyo con una estupenda frase de San Agustín (pár. 520): "la Vida desciende para hacerse matar, el Pan desciende para tener hambre, el Camino desciende para fatigarse andando, la Fuente desciende para sentir la sed, y tú ¿vas a negarte a sufrir?"

4 comentarios:

AleMamá dijo...

Me quedo con lo último para enlazarlo con este nuevo blog que ha hablado de eso también. Excelente cita, Fernando.

Fernando dijo...

Gracias, Alemamá, me halaga que me pongas al nivel de ese blog, tan bien escrito.

Juan Ignacio dijo...

Muy buena la última frase de San Agustín.
Veo que intercalás lecturas de mundo con el catecismo. Estás bien balanceado.

maria jesus dijo...

No es por alagarte, pero me haces mucho mas facil y comprensible su lectura. Me quedo con la frase de San Agustin