Hay algo extraño en esto: cómo a veces, tras unas semanas de éxitos, tu vida cae en la desgana, precisamente cuando viene el buen tiempo.
La desgana se relaciona con las dudas sobre la utilidad de tu vida y con las dudas sobre si estás empleando acertadamente ese tiempo que se te escapa.
Para salir adelante hay, primero, que rezar. Y luego volver a los inicios: hacer pequeños actos de voluntad, proponerte cositas muy cercanas, salir a pasear, no dejar las cosas para mañana, no sentir compasión de ti mismo.
...
Vinculada con la desgana está la gana, la gana como motor de la vida, dejo de leer porque tengo gana de merendar, dejo de merendar porque ya no tengo gana, dejo de estar en casa porque tengo gana de que me dé el aire, dejo de pasear porque tengo gana de sentarme: lo mismo que uno ha reprochado a los jóvenes actuales, la gana como motor de la vida, en vez de la razón o la disciplina
(y es que, sí, tras tanta angustia, mis amigos han tenido una niña, gracias a Dios, y no sé porqué no tengo gana de mandarles flores, como es mi costumbre cada vez que nace alguien).
viernes, 20 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Eso es el cambio de estación. En todo caso, creo que es muy cierto eso que dices, que con los detallitos pequeños (tengo que hacer esto ahora, voy a hacer tal cosa...) es como se va construyendo la vida. No hay que despistarse.
¡Envíales las flores!
La primavera, Fernando, la primavera, que empieza a llamar a nuestra puerta,
Aquí en Sevilla ya se la ve venir, tan callando, tan de repente... como todas las cosas importantes y serias.
Un abrazo
Querido Alejops, querido Rafael: no me puedo creer que la primavera mueva a nadie a la desgana, es el maldito invierno que hemos tenido, con el acompañamiento de crisis, lo que nos ha hundido. Quiera Dios que de una vez vengan la primavera, el calor y el sol.
Alejops, creo que no habrá flores.
Rafael, me acuerdo tanto de Sevilla, estos días, que tanto se la cita por el asesinato: ojalá estuviera allí.
Gracias a ambos.
Son estados de ánimo variables y algo tendrá que ver el cambio de estación, pienso. Ya se siente el otoño en pequeños signos por acá y claro que impactan estas cosas. Puede ser baja en las defensas también, pero ¡ánimo! ya volverás a mandar flores y a estar animoso.
Un abrazo
Gracias a ti. En cuanto a lo que me has comentado del cielo, ese parte en concreto no la recuerdo, pero sí que me acuerdo de que "Spe salvi" trata el tema de forma fabulosa. Me ayudan a comprender el cielo, más allá de lás imágenes un poco infantiles que nos hacemos, dos cosas: una, que el cielo no es un "premio", sino el lugar para el que somos; dos, que es un estado, el estar con Dios, que es el máximo Amor, inconcebible, no es estar en un sitio hasta la eternidad (entonces, como dices, sería incluso aburrido -Unamuno decía que no quería ir al cielo porque se iba a aburrir, le habían vendido un cielo así-.
Saludos
Hola, Alemamá, me alegro de verte por aquí. ¿Ya os empieza el otoño, en Chile? Creo que eso sí que me pondría triste: en Madrid ya están empezando a florecer algunos árboles, aún pocos.
Alejops, no me acuerdo del párrafo concreto de la Spe salvi, y no la tengo aquí. Pero Benedicto lo explicaba muy bien, no se puede enjuiciar el Cielo con nuestras categorías de tiempo, porque sería algo insoportable.
Eso se llama astenia primaveral, solo que tu te la has cogido con algo de adelanto. Manda flores a la madre y todos daremos gracias a Dios por la niña que nuestros rezos nos ha costado
Sí, María Jesús, cuando me llamaron para darme la buena noticia me acordé de vosotros, de los que hace meses rezásteis en aquel mal trance.
Gracias por tu comentario.
Fernando, ¿cómo va el desgano? ¿Mandaste las flores?
Va a ser lo que dicen tus comentaristas.... y lo que siempre decimos cuando no sabemos a qué se deben esos días de desgana.... pero procura no echarle mucha cuenta al tiempo (si es él el que tiene la culpa) y dale ánimos a esas ganas tuyas que son un poco vagas.
Me alegro mucho por tus amigos, los nuevos papás y por esa niña tan bienvenida al mundo.
Un abrazo, Fernando.
Juan Ignacio, el desgano va superado, gracias a Dios; no, no hubo flores.
Yeste, hola, simpática, de todo se acaba saliendo adelante, ya sabes.
Publicar un comentario