Ayer en el autobús iba de pie una chica con síndrome de Down (mongólica). Era difícil no fijarse en ella pues era muy atractiva: delgada, bien formada, de movimientos ágiles, con una melena lacia muy bonita, con un chándal elegante. Deduje que iba al gimnasio, pues llevaba una bolsa deportiva. En realidad, si no fuera por el rostro, hubiera podido pasar por una adolescente normal.
Pensé en sus padres, seguro que estarán orgullosos de ella. Pensé en que quizá a la madre le hicieron la prueba de la amniocentesis durante el embarazo, qué disgusto, y le animaran a abortar. ¿Fue así? En tal caso, la chica tuvo suerte de que los padres tuvieran convicciones morales fuertes, en España apenas nacen ya niños con esta enfermedad. De verdad: si tuvieron dudas, ahora sabrán que hicieron lo correcto, viéndola tan hermosa.
Pensé, en fin, en la Iglesia Católica. Es algo grande que haya una institución que defienda ideas aunque sean impopulares: por ejemplo, "matar a un feto con síndrome de Down es un hecho monstruoso". Pensé que, a lo largo de la Historia, ha habido miles de ideas evidentes que, con el paso de los años, se han ido olvidando y ya nadie recuerda. Si la Iglesia decidiera adaptarse a los tiempos y modelar sus opiniones a lo que piensa todo el mundo ¿quién mantendría la vida de ciertas evidencias, como "matar a un feto con síndrome de Down es un hecho monstruoso"? Poco a poco todo el mundo acabaría pensando lo contrario, como ocurre en países ateos o con Iglesias protestantes que van adaptándose a los tiempos. Se me ocurrió, qué locura, que incluso aunque Dios no existiera o no hubiera fundado la Iglesia sería conveniente que ésta existiera, para mantener vivos principios morales que los demás, más pronto o más tarde, acaban enterrando.
viernes, 30 de septiembre de 2011
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13 comentarios:
Buenísima entrada
Ese mismo pensamiento lo tengo yo muchas veces cuando alguien me dice que la Iglesia debería "adaptarse" a los tiempos.
Y pensar que hay hasta "pastores" en la Iglesia que están por ponerse a la BAJURA de los tiempos.
Buen post, Fer
lo ultimo que dices, uff, es peligroso, y lo digo pq yo a veces caigo en eso y me da miedo
Podemos caer en que en cierto modo no creamos en Dios, pero que pensemos que sea bueno que nos lo hayamos inventado para que se mantenga un orden natural?
bueno es un tema complicadisimo....
miremoslo de un lado positivo, como reafirmamiento de la creencia de la existencia de Dios
no se igual lo he liado mas
Tuve la desgracia de leer varios libros y digo desgracia porque me molestaron terriblemente tenía ganas de reventar el libro en la cabeza de los autores. Fernando Savater y sus libros: Los Diez Mandamientos y el de Los pecados capitales. Engels con el Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Ambos autores están tan seguros de la caducidad de preceptos, principos e incluso valores... Lo comentaré pronto en mi blog, pero lo que pienso tiene que ver con tu entrada. Muchos saludos y un abrazo fuerte (:
¿Qué sería el mundo sin la Iglesia Católica?. Sin duda un lugar peor.
Lo mucho o poco que tengo de persona consciente se lo debo a Ella.
Gracias, Paterfamilias. No creo que los tiempos sean buenos en muchos aspectos -en otros sí-, así que si la Iglesia se adapatara a ellos para ser más popular acabaría perdiendo el mensaje de Jesús.
Gracias, Alemamá, es como dices, aunque me parece que todo se moderó mucho desde Juan Pablo II, él nos recordó que la modernidad era algo bueno pero peligroso, si la Iglesia lo asumía acríticamente.
Lo dejaste claro, Anónimo. Yo no creo en la Iglesia por sus buenas consecuencias sociales, sino por fe en que la fundó Jesús. Pero creo que un ateo que tuviera valores morales pensaría eso, que la Iglesia -aunque él no crea en ella- es útil para mantener esos valores. Era un poco el caso de Oriana Fallaci.
Caray, Jorge, veo que han buceado en aguas profundas. Si haces un buen post sobre ello será algo digno de leer.
Igual nos pasa a todos, Bate, es un ejercicio espeluznante el pensar lo que habría sido la vida de cada uno de nosotros si no tuviéramos fe.
No puedo imaginarme esa hipótesis.
Sin Dios, la Iglesia (real o idea) se derrumba de un plumazo y sería una más de esas "miles de ideas evidentes que, con el paso de los años, se han ido olvidando y ya nadie recuerda".
Me parece que estamos centrando el valor de la Iglesia en algo que no es su principal valor. El más grande valor de la Iglesia es "ser Jesús" para el mundo.
“Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; éste es vuestro culto espiritual. Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que agrada, lo perfecto” (Rom 12,1-2)".
Perdón por la cita, tan larga.
Mi sobrino Nicolás, es el solcito de la familia, aunque tenga síndrome de Down.
El único contratiempo que tuvimos en su crianza (ahora tiene 27 años) fué que su mamá quiso que tomara su primera Comunión y no se conseguía ningún sacerdote que le enseñara en catecismo y le administrara la comunión.
Esta problemática, en otros países también ocurre, según me pude enterar por otros blogs .
Finalmente, Nicolás pudo tomar la comunión gracias al Padre Orbe, que dijo: que lo acompañe su mamá y que aprenda lo que pueda. Y Nico se acercó sumamente emocionado de la mano de su mamá, a recibir a Jesús.
La historia del Padre Orbe, es motivo de otro comentario.
Buena semana, Fer.
¡Qué bonito lo de Nicolás y su mamá y lo del P. Orbe!
Si esas almas son lo mejor de sus familias. Por mi casa hay un centro del P. Alegre y hay que ver la alegría de las "niñas" como las llamamos, y de las monjas que las cuidan y de las voluntarias que tienen el privilegio.
No pretendía deformar las ideas, Juan Ignacio, la Iglesia es lo que es por ser el Cuerpo de Cristo, no porque sus ideas estén bien; era una reflexión del tipo de la de Pascal, cuando dijo que incluso aunque Dios no existiera valía la pena vivir como si existiera.
Gracias, Don Javier, usted siempre tiene la palabra (o la Palabra) exacta.
Bueno, comprendo muy bien eso, Alma, a mí también me daba antes un poco de escrúpulo que alguien deficiente pudiera tomar la Comunión, hasta que un cura santo me hizo ver lo evidente: que muchas veces la reciben con más consciencia y seriedad que nososotros, los normales.
Así es, MJBO, en mi parroquia también hay un deficiente que hace lo que puede de voluntario, a veces se toma las cosas con más interés que la gente normal.
Me parece raro que nadie se haya quejado de esa frase tan desafortunada "si no fuera por el rostro deforme"
Siento haberte molestado, Anónimo.
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