Primera tarde de verano en Madrid.
Un policía nacional se casa en la Iglesia Arzobispal Castrense. A la salida sus compañeros forman en dos filas paralelas y con sus sables forman una bóveda bajo la que pasan los recién casados.
Cerca de la Basílica de San Miguel un grupo de costaleros gigantescos ensaya una procesión. Sobre una plancha enorme han puesto pesados sacos de tierra. ¿Cómo es posible si ahora no es tiempo de procesiones en Madrid? Se me ocurre que se preparan para la Jornada de la Juventud, en agosto, quizá saquen alguna imagen para que la vean Benedicto y los jóvenes.
Frente al Museo del Prado ha habido un choque de dos coches, tan fuerte que se han fundido en una sola masa. Han de venir los bomberos y levantar el de delante con un gran gato. Providencialmente, ninguno de los viajeros está herido.
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7 comentarios:
Madrid en vivo y en directo, como siempre, gracias.
(Qué suerte tienen, eh, ¡cuántas veces les va el Papa!).
Que lindo, empieza para uds. el clima cálido y nosotros por este lado del mundo nos comenzamos a enfriar, llenos de cenizas volcánicas.
La ceremonias de los uniformados (cualquiera) siempre me encantan por su protocolo, su colorido, aunque todos no compartan esta opinión.
Interesante tu comentario sobre las procesiones, siempre presentes, mucho mas que en mi barrio.
Los coches, lo material se arreglan, se soluciona, hay una segunda vuelta, afortunadamente las vidas (que no tienen segunda vuelta) están ilesos.
Me encantan estos comentarios tipo collage.
Buena semana, Fer
No es suerte, Juan Ignacio, sino el intento de frenar la pérdida de una nación que estuvo en primera fila en la lucha por la fe, hace ya mucho.
Ya ví lo del frío en las preciosas fotos de tu blog, Alma. Lo de los policías era un poco cutre, como decimos nosotros, como una mala imitación de lo militar. Y, sí, fue Providencial que ni la familia negra del primer coche ni la pareja blanca del segundo sufrieran daños (corporales).
¡Cómo me gusta Madrid!
Un fuerte abrazo.
Y a mí Pamplona, NIP, y cuánto hace que no voy por allí!!!!
No había visto éste, Fernando. Es de los que más me gustan, sobre el día a día en un lugar extraño para uno pero no tanto como para no comprender la analogía.
Lo de los autos me alegró, porque para quedar para que los saquen con abrelatas y salir ilesos es siempre buena noticia.
Saludos santiaguinos
Voy a tener que ir a Madrid para poder disfrutar en vivo y en directo estas escenas
Se agradecen, para descontaminar la cabeza, después de una semana viendo "indignados indignantes pasandose cien pueblos"
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