La ventana de mi dormitorio da a un patio con ventanas. Allí, al otro lado, mi vecina (una señora mayor) colocó una maceta con pensamientos amarillos.
Por las mañanas levanto mi persiana. Las flores me miran fijamente, me miran realmente porque todas tienen una mancha grande y dos pequeñas, negras, como una boca abierta y unos ojos asombrados. Los pensamientos son mi público, el público de mi día. Veo lo mismo que ve un actor cuando se levanta el telón y ahí está la gente, mirándole fijamente.
Mi público tiende a la depresión. Cuando llego a casa a media tarde las flores están marchitas, caídas hacia abajo. Supongo que a la hora del té mi vecina las echa agua, al anochecer vuelven a estar levantadas, dispuestas a ver el final de mi función teatral, de mi día.
El fin de semana pasado mi vecina se fue. Al anochecer del viernes las flores no se habían levantado. Tampoco lo hicieron el sábado ni el domingo. Ya no sólo estaban caídas, empezaban a coger un color gris.
Ella volvió el lunes a media tarde. ¿Regaría los pensamientos, volverían a vivir?
Cuando ayer martes levanté la persiana quedé horrorizado: había podado las flores, sólo quedaban los tallos sin cabeza ni ojos ni bocas.
Ya no tengo público,
sólo me queda Dios.
miércoles, 2 de junio de 2010
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9 comentarios:
Fernando,
Me gusta la aclaración de que la vecina es una señora mayor.
Porque queda muy pintoresco que la señora mayor "tenga pensamientos amarillos".
No pienses ya más en los pensamientos, tu nuevo público es más exigente pero más misericordioso también.
Au revoir.
Es divertido lo que dice Juan Ignacio, pero no crea que las señoras mayores son castas hasta de pensamiento solo por ser viejas. ¡Puf! hay cada mente de cloaca por ahí entre arrugas....
Yo quería decirte que hay un poeta escondido en ti; lo didimulas pero se te escapa. Me gustó tu post de hoy.
¿Dónde está el disimulo? No lo veo.
Un patio con ventanas
la vecina
la maceta
la persiana
las flores
-pensamientos amarillos que nos miran-
realmente...
Y ese drama final.
No hay disimulo. Y si lo hay yo no sé dónde diablos está. A mí me parece de lo más veraz. Es de esas cosas que uno quisiera ver. ¡Gracias!
Jo, pues menos mal que a tu vecina sólo le dio por los "pensamientos amarillos" y no por un par de "canarios amarillos" como tenía una señora mayor vecina mia... Porque da un poco menos de agobio que unas flores se marchiten que que unos pájaros no coman ni beban... Pues sí, adivinas. La señora vecina marchó (algo le pasaría digo yo) y dejó los bichos. Y yo desesperada, con mi habitación enfrente de un piar agobiante y con la selectividad a 10 días vista.
Me quedó algo de trauma, como se ve..
Lo siento Fernando. Es un comentario poco poético para un post muy poético. Y que tiene un bonito final: La misericordia de Dios dura siempre, y no como "la flor del campo, que sopla el viento y ya no existe y su terreno no volverá a verla"
chao.
Aur revoir, me gustó tu post de hoy, chao.. Perdón por un segundo comentario: ¿Dónde estamos? ¿En Francia? ¿En Argentina? ¿En Italia?
¡Que historia más simpática!
Si tuvieras a mis vecinas...muchas veces pienso que ellas me quitan tiempo del purgatorio, jaja.
Un abrazo!
PD: Me ha gustado mucho el final de la historia.
¡Pensar que, con ese título! venía dispuesta a leer citas de pensamientos de celebridades, o tuyos...
¡Y me encontré este drama!
Me pareció de película italiana o francesa... ¡Muy bueno!
Los pensamientos te parecen caritas??? a mi también me pasa lo mismo y me siento observada por ellos. Muy loco verdad??? pero es así.
Este post aunque esté escrito en prosa, es un poema. Hermosísimo.
Estuve leyendo los comentarios y he podido apreciar las distintas reacciones que ha provocado es post, pero el que mas me ha llamado la atención es el de la Hermana Josefina.!!! Jajaja
Triste lo que cuenta Esperanza.
Besotes y buena semana
Me pareció una aclaración importante, Juan Ignacio, no quería provocar malentendidos. Y, sí, la frase final es importante, siempre.
La tentación está siempre ahí, Alemamá, pero ésta es una señora viuda que conmigo siempre es muy correcta.
Gracias a usted, Don Javier, siempre es un honor tenerle por aquí.
Gracias por tu frase final, Esperanza. Y creo que sería interesante saber cómo acabaron los pajaritos, aunque es fácil adivinarlo.
Estamos en el blog, Don Javier, que es un mundo sin las fronteras del mundo real.
Eres muy amable, Andy; y estate contento de que esas señoras te quiten horas de Purgatorio, ojalá te dejen el contador a 0.
Lo puse con un poco de mala intención, hermana, con afán de gastar una bromita; en general soy poco de pensamientos (intelectuales), ya sabe.
Eres muy amable, Alma, me hizo gracia la casualidad de los pensamientos-caritas, y sí, tienes razón: lo mejor de esta casa son sus clientes, como dicen los bares en España.
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