Por primera vez en muchos meses,
puedes salir a la calle sin bufanda,
no maldices al amigo que te hace esperar en la esquina,
los árboles tienen yemas en las ramitas, a punto de reventar.
...
Bandadas de taxis dan vueltas y vueltas por la ciudad,
como pájaros con un ojo verde buscando una presa.
En la estación de Atocha, cerca de casa,
forman una enorme fila, triste,
horas y horas,
atascando el tráfico. La policía ha de intervenir, a veces, y echar a unos cuantos.
Una mujer llora en la radio: se le está acabando el seguro de paro, y después no va a tener ni trabajo ni nada. ¿Qué va a hacer? ¿Llevar a su hijo a un comedor de Cáritas?
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4 comentarios:
Junto con la primavera llega la esperanza. Ojalá Dios acorte la prueba y no haya tanto que lamentar.
Saludos
Poco a poco tenemos la esperanza de que todo vaya volviendo a la normalidad, pero vuelve despacito, sin prisas, dándonos un respiro de vez en cuando y un apretón de cuando en vez.
Esperanza, Fernando, es en lo único que tenemos puesta nuestra Fe, su Ayuda no nos dejará perderla.
Un abrazo.
Rogar a Dios y dar con el mazo de la solidaridad. Caritas a triplicado sus ayudas y los que podemos tenemos que ayudar a Caritas
Alemamá, en España el calvario no está más que comenzando. Como el gobierno no hace nada (nada útil, quiero decir) el enfermo no hace más que empeorar, con algún día de aparente y falsa recuperación.
Yeste, sólo la fe nos impide caer en la desesperación, en estos tremendos tiempos. Yo, que soy de natural depresivo, no sé qué haría si no pudiera pararme, de vez en cuando, a rezar.
María Jesús, muy cierto lo de Cáritas. ¿Leíste que ha aumentado mucho el número de contribuyentes que marcan en el IRPF la casilla de la Iglesia? De algo han servido las noticias sobre los voluntarios que trabajan por los demás, con muy pocos medios.
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