Mañana, en Madrid, en la plaza de Colón, Misa de las familias, convocada por el Arzobispado.
Esta Misa tiene su antecedente en el Encuentro de las Familias organizado el año pasado, en el mismo sitio, también en el último domingo del año. Fue aquel, para mí, un día luminoso, y no sólo porque hizo muy bueno. Como vivo algo aislado en la pequeña vida de mi parroquia, fue estupendo entrar en contacto con los grandes movimientos de la Iglesia. Hablaron primero algunos obispos españoles (incluido el mío, el de Madrid, claro) y luego gente de movimientos importantes. Habló, por supuesto, el gran Kiko Argüello, el santo Kiko Argüello, auténtico organizador de facto del encuentro, habló poco y pronto empezó a cantar con voz potente-profética. Habló Andrea Ricardi, fundador de la Comunidad de San Egidio. Habló un señor de la Renovación Carismática, a partir de un texto del Antiguo Testamento: un pasaje en que los israelitas se rebelaban contra Dios, una vez más, pero uno de ellos declaraba que él y su familia apostaban por Dios, hicieran lo que hicieran los demás, igual que queremos hacer nosotros, hoy, dijo el carismático: nosotros y nuestra familia volvemos a apostar por Dios, pase lo que pase.
Me fui con la idea de que, si yo tuviera que meterme en un movimiento por lo oído ese día, me haría de San Egidio o carismático. Fue, en fin, una gran mañana, espiritualmente hablando.
Como España es un país miserable y triste, lleno de odio, nada de esto se tomó en cuenta. Lo único que salió en las noticias fue que un obispo había dicho que en España se estaban recortando los derechos fundamentales y que otro había añadido que hay una política hostil hacia la familia. Lo dijeron como de pasada, entre otras muchas cosas, pero pareció que todo lo que se dijo en esa mañana fueron esas dos frases. Hubo enormes debates, grandes broncas. Y, sí, estando ya disuelto el Parlamento para las elecciones de marzo, se reunió con urgencia la Comisión Constitucional del Congreso, y todos los grupos, incluidos los ex-democristianos vascos y catalanes, atacaron a los obispos; sólo el PP les defendió, pero muy tibiamente.
Sentí dos cosas: miedo, por el odio que soltaba mucha aquella gente, 70 años después de la guerra civil parece ser que la cuestión religiosa no está resuelta en España; y, junto al miedo, orgullo, un gran orgullo de ser parte de una institución viva que logra cabrear a los políticos, que rompe la uniformidad, que motiva con dos frases que se haya de reunir toda una Comisión de un Parlamento en funciones: ni los sindicatos, ni los empresarios, ni los ecologistas, ni los periodistas, ni las feministas, ni ... ; sólo la Iglesia tiene tal fuerza social como para provocar semejante número.
Rezad para que la Misa de mañana salga bien, y (si es posible) que no llueva.
sábado, 27 de diciembre de 2008
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3 comentarios:
Que todo salga bien en la misa, querido Fernando, y a no desanimarse, pues, aunque no lo digan lo que viviste existió y no se puede tapar el sol con un dedo. Además el Señor dijo: "confiad, yo he vencido al mundo"
¡sursum corda!
Yo no podré ir, pero de mi parroquia va a ir un buen grupo. Que salga muy bien también como encuentro -pues, como misa, no hay que exigir nada especial para que salga bien-.
Fernando, efectivamente es cierto todo lo que comentaste en mi blog. Soy seminarista desde septiembre, estoy haciendo una dura pero bella experiencia que Dios sabe a dónde me llevará. Gracias por rezar por mí.
Saludos y Feliz Navidad de nuevo
Alemamá, siempre son una alegría tus comentarios, porque siempre están llenos del optimismo de los cristianos sinceros. Gracias.
Alejops, me das una gran alegría. Por encima de todos los demás problemas de la Iglesia, el peor (en mi pobre juicio) es que no haya curas suficientes, o que los que hay no sean santos. Por eso pido tanto por el tema, y por eso me alegran tus noticias.
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