Es el cumpleaños de un amigo. He de hacerle un regalo pero no se me ocurre nada. Quisiera decirle "felicidades, ya te compraré el regalo cuando me apetezca", pero no me atrevo.
(Recuerdo con cariño el trabajo del año pasado. Desde el primer día vi claro que el regalo sería un reloj que pareciera caro, sin serlo. Fui a varias relojerías hasta que lo encontré: pantalla color crema clara, como los relojes viejos, y varias manillas girando todas al mismo tiempo. Fue un acierto, desde entonces lo lleva siempre y la gente -ignorante- se queda asombrada, creyendo que es una pieza carísima).
Voy a la librería religiosa y le compro dos libros religiosos. Es fácil: es un hombre religioso y le gusta leer. Ni siquiera tiene el mérito del esfuerzo, pues la librería religiosa está a pocas paradas del Metro de mi casa.
Con mucha caridad finge que le entusiasman, lee el índice de cada uno, dice "ya te los prestaré" y los guarda en el maletero del coche.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Tal vez esperaba ser sorprendido con algo barato pero impactante como el reloj, o bien no tenía ganas de leer y por eso su falta de entusiasmo. Tal vez cuando te los preste te des cuenta que no fingio, sino que los leyó y luego pueden debatir su contenido.
Aquí en Buenos Aires hay librerías u otros rubros que se compra una tarjeta de regalo por el monto que uno dese regalar y luego la persona a quien se la entregamos la canjea por el libro o el disco o la ropa que le gusta. Esta iniciativa me ayuda cuando tengo estas dudas "cumpleañeras"
Siempre es bueno dar.
Aunque a veces no cumpla todas las espectativas del otro, lo peor sería abstenerse. Hasta las "gif-card" son una alternativa.
No quiero quitar mérito a tu esfuerzo por agtradarle con el regalo, no siempre acertamos, eso es así, pero para él debe ser suficiente el hecho de que hayas recordado su cumpleaños, al menos, yo es lo que más valoro, al margen de que siempre digo a todos de que no quiero regalos... me basta con unas palabras cariñosas en una tarjeta de felicitación, es lo que me hace más ilusión, fíjate.
Besosapretaos, Fernando.
Error: Ese "de"...sobra.
Bueno, Alma, lo de la tarjeta me parece una gran idea, pero quizá a mi amigo le hubiera dado mayor síntoma aún de falta de dedicación. Pero puede ser una gran idea, sobre todo si no conoces mucho al que recibe el regalo.
Así es, Ojo Humano, todos somos un poco materialistas y nada nos defrauda tanto como que no nos den algo en días tan señalados.
No acabo de ver el "de" que sobra, Yeste, qué bruto soy. Y, sí, a lo mejor debería haber incluido una tarjeta simpática, a ver si el próximo año lo hago.
Buenos días Fernando. Siempre aciertas con un buen libro, uno que eleve, que sorprenda, que nos adrentre en el misterio de existir. Un abrazo.
Sí, NIP, pero un buen libro se puede regalar en cualquier momento, no hace falta que sea un día especial, de ahí viene mi auto-reproche.
"siempre digo a todos (de) que no quiero regalos"
Besos.
Impresionante lo que hiciste con el reloj, no sé si podría hacer algo tan elaborado: que parezca, pero no sea, sin qué el sepa, o él sabiendo no lo sé...
Gracias, Yeste.
Por eso me da penita la tibieza de este año, Juan Ignacio.
No me impresiona por la dedicación en el sentido de preocupación por el otro que pusiste sino solo por la elaboración, lo complejo de la acción.
Publicar un comentario