miércoles, 20 de marzo de 2013

Conductora

Cojo el autobús a las 11 de la noche. Me sorprende: el conductor es una conductora, esto es raro en Madrid. Es un poco mayor que yo, unos 50 años, y lleva el pelo con mechas elegantes. Va metida en la caja de cristal que les protege de los atracos. Conduce bien, suave. Pasamos por un barrio pobre. Suben una emigrante sudamericana y su hija. Ya se conocen de otras noches. Por una ventanita la conductora saca la mano, le da a la niña los dos billetes, le tiende la mano, la niña se la estrecha, me fijo en la mano, lleva anillos en varios dedos y una cadena suelta que hace clin clin al chocar con el borde de la ventanita. Al llegar al final salgo (indebidamente) por la puerta de entrada, "Adiós" le digo, "Adios joven" me responde ella.

5 comentarios:

AleMamá dijo...

Otra viñeta bien contada y expresiva. Tus cosas tienen vida, Fer, palabra.

En Santiago pagamos con una tarjeta llamada BIP que se coloca cerca de los lectores magnéticos y te descuentan automáticamente. En los buses no hay dinero y se evitan atracos.

Yo casi no uso el transporte público pero tengo una tarjeta BIP que jamás tiene dinero cargado pues los demás me la usan cuando se les ha olvidado cargar las suyas. En fin, es el precio por quedarme preferentemente con el auto.

Saludos

ojo humano dijo...

En nuestro transporte también hay mujeres conductoras. Aquí los buses son amplios y bastante incómodos porque siempre circulan a su capacidad máxima de pasajeros, o sea, llenos. Yo sí transito en ellos, me gusta oír las personas.
Gracias por compartir esos momentos, es verdad, tus relatos se leen con interés por los detalles y lo fluido de las expresiones. Me alegra que no uses la palabra fea, no sé por qué...
Ya se nos viene el otoño, precioso en los árboles amarillos y rojos.

Fernando dijo...

Mucha gente (yo, por ejemplo) usa aquí la tarjetita, es mejor para todos, Alemamá. Pero siempre puedes pagar en moneda, si está de paso, si viajas poco en autobús, si has perdido la tarjeta.

Claro, Ojo Humano, aquí todo el mundo debe sentirse a gusto, no hay por qué usar palabras feas (salvo que sea imprescindible, claro).

AleMamá dijo...

En el transporte público donde se usa la tarjeta no es posible usar dinero; así de sencillo y complicado cuando te quedas con una tarjeta descargada.

Fernando dijo...

Me parece increíble, Alemamá: ¿qué pasa si uno pierde la tarjeta, como me ocurrió a mí hace poco? Nunca hay que dar una sola posibilidad.