Caja Madrid fue mi primer banco. Mis padres me abrieron una libreta de ahorro cuando era muy niño. Tenía en casa una hucha (Pedrito, de la serie Heidi), ahí iba metiendo pesetas que luego llevaba a la Caja. Esto fue así hasta que empecé a trabajar, ya no ofrecían buen interés y me fui al Barclays. El día que cerré la libreta verde y me llevé mis ahorros de juventud comprendí que se cerraba una etapa.
Caja Madrid siguió muy presente en mi vida gracias a su mecenazgo. En una carrera popular, en un concierto beneficio, en una exposición de pintura, en una conferencia, si uno buscaba bien acababa encontrando, más pronto o más tarde, el osito verde de su símbolo. El dinero de Caja Madrid caía, generoso, sobre decenas de actividades de la ciudad. El último gran acto de ese tipo fue la visita de Benedicto, en la Jornada de la Juventud del año pasado: dio tanto dinero que la camisa de los voluntarios era, precisamente, del verde de su símbolo.
Tuvo Caja Madrid -como las demás cajas públicas de España- la desgracia de que los políticos entraran en su gestión. La que había sido una entidad solvente empezó a hacer inversiones locas, a comprar acciones en todo tipo de empresas, a prestar para la construcción. Vino la crisis y todo se hundió: los políticos le obligaron a convertirse en banco privado, a fusionarse con otras cajas, a crear un monstruo llamado Bankia. Nada de esto sirvió: si varios enfermos se juntan lo que sale no es una fiesta sino una enfermería.
El lunes pasado el gobierno obligó a su presidente a dimitir. Ayer tomó posesión un nuevo jefe y nada más llegar pidió por favor que el Estado les nacionalizara. No pueden devolver el dinero que el gobierno les ha prestado -4.000.000.000 €-, no pueden conseguir más en el mercado, necesitan que el Estado les dé unos 10.000.000.000 €, el dinero que pretenden ahorrar con los recortes en la educación y la sanidad públicas.
Esta mañana, al ir hacia el autobús, pasé junto a su sucursal. Apenas había gente para llevarse su dinero. Los empleados hablaban entre ellos, riéndose.
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13 comentarios:
Yo, la verdad, no entiendo. Se supone que hay unos presupuestos. Vale, ya están. Y de pronto viene uno y dice: "Oye, necesito diez mil milloncetes". Y le dicen: "Vale". ¿De qué partida salen?
Hace unos meses que paseaba por la Av.Diagonal de Barcelona, por allí está el edificio central de Caja Madrid (Bankia) En la parte superior de la fachada hay unos "railes" donde el logo del oso verde recorría de un lado a otro del edificio...
Estaba parado, me comentaron que hacía más de un año que ese mecanismo dejó de funcionar.
Un saludo.
Y menos mal que no estás en Argentina, que ahí los políticos K han hecho de todo con los dineros ajenos. Los quiero ver dando explicaciones dentro de 5 años.
Paciencia, Fernando. No hay mal que dure 100 años ni loco que los aguante.
Esta triste historia me hace acordar (con mucha nostalgia) a la seriedad con la que mis abuelos hablaban del banco, de los periódicos serios y todas esas cosas en las que ya no creemos.
Así es, Don Javier, se entiende que los Presupuestos Generales son importantes porque limitan los gastos, pero luego empieza el Estado a pedir créditos y a emitir deuda y al final gasta -siempre- más de lo presupuestado. Es algo inexplicable.
Totalmente simbólico, Tomae. El nuevo predidente quiere vender edificios, a lo mejor vende ése a la Generalitat para instalar todavía más oficinas.
Mejor no hablar de K. a un español, Alemamá. Y lo terrible de nuestra situación es no saber cuánto va a durar, eso es lo peor.
Juan Ignacio, en España ese proceso ha ocurrido en poco tiempo. Hace 5 años, en 2007, yo tenía todos mi ahorros en un banco. Hoy nadie en su sano juicio haría eso en España.
Te felicito, Fernando, porque ha ascendido tu equipo. Poco duró el destierro en segunda. Ahora, a disfrutarlo en primera.
Saludos
Muchas gracias, Alemamá, pero creo que matemáticamente aún no está logrado. Ya sabes lo de Astérix: no hay que vender la piel del jabalí hasta haberlo cazado.
Bueno, yo decía, no más, jeje
Rato tenía plan para salir del atolladero (o eso decía). Y la corporación industrial vale la tira. Hay un navajeo muy sucio en todo este asunto. Lo mejor son las críticas de los indignados: quieren nacionalizar la banca, pero les ataca que intervengan Bankia. esto es un asco, ay. Un dolor.
tristísimo
No te lo creas, Nodisparen: el monstruo estaba herido de muerte desde su nacimiento, a la ruina de Caja Madrid se unió la de Bancaja, demasiada miseria, demasiada política.
Así es, Miriam.
Es un coments que parece sobre la realidad argentina!!! gracias a los políticos que supimos conseguir.
El hoy de Argentina es el mañana de España, Alma: es tremendo pero es así.
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