miércoles, 8 de febrero de 2012

Plancha

Plancho mi camisa con esfuerzo y amor. Al colocar en el planchador la última parte -la que está junto a los botones- descubro un recuerdo verde de un pájaro. Siento el poema de Rudyard Kipling ("Si puedes mantener..."), retiro la camisa, la echo a la lavadora, cojo otra, comienzo de nuevo, con esfuezo, con amor.

10 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

Una vez en Salamanca, una paloma, bajo los soportales de la Plaza Mayor me disparó un proyectil que acertó en el corazón de mi polo veraniego recién comprado. A base de mucha agua fría conseguimos salvarlo, pero me quedé con el mal fario del proyectil en mi corazón. Más que de Kipling, pensé en un asador de pollos...

javier dijo...

Yo todavía no he aprendido a planchar. Lo malo es que me he acostumbrado a llevar los pantalones y las camisas arrugados. Pero si usted insiste en eso de la plancha, a lo mejor despierta en mí una vieja inquietud.

Anónimo dijo...

Buenos días Fernando."Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida." Alguna vez podré decir que plancho y lo hago bien, por ahora voy tirando entre la arruga bella de don Javier y el servicio de Windsor.Bravo, pero no está Pamplona para ir a cuerpo.Un abrazo.

Fernando dijo...

Sería una paloma huida del desalojo del Archivo de la Guerra Civil, Nodisparen, ya ves a dónde vamos.

Es una gran ocasión para rezar si uno tiene la santa voluntad de apagar la radio, Don Javier.

Qué buena memoria, NIP, y tampoco está Madrid como para sentarse en una terraza a beber cerveza.

AleMamá dijo...

Reconozco hidalgamente, Fernando que soy incapaz de planchar nada con gusto. Trato de ahcerlo lo mejor posible porque creo en la santificación del trabajo ordinario, y lo hago con todo el amor que puedo mientras rabio, y no estoy segura de hacerlo bien después de tantos años de casada.

Saludos

Andy dijo...

Yo también trato de ejercitarme en la plancha. Algunas veces con notable resultado... otras con un resultado más regular.

En fin, todo lo que esté hecho con esfuerzo y con amor bien hecho está.

Un abrazo.

Fernando dijo...

Estoy seguro de que lo harás excelentemente, Alemamá, y que Dios valorará mucho tu esfuerzo y tu ofrecimiento.

Prueba a hacerlo con la radio puesta, los minutos pasan volando.

Fernando dijo...

Hola, Andy, da un poco de miedo porque tu comentario ha entrado mientras contestaba a Alemamá.

Así es: el trabajo bien hecho en lo que a uno le gusta tiene mérito, pero lo bien hecho en lo que aburre de aún mejor.

ALMA dijo...

UHHHHHH Fer!!! menos mas que fue en la camisa..una vez en la estación de tren, aqui en Buenos Aires, una paloma desde lo alto me apuntó a mi cabezota (porque es grandota) y me hizo un casco perfecto con el contenido de sus intestinos, su estomago y algo mas.........si hubiese tenido un tanque de guerra, seguro que la ametrallaba, y de Kipling... en ese momento ni me acorde!!!

Fernando dijo...

Sería una paloma peronista, Alma.

Disculpa la mención política.