Ya expuse una vez mi simpatía por los partidos pequeños, lo mejor de la democracia en España: se gastan su dinero en pegatinas, dan mítines en la calle y se presentan desinteresadamente, sin esperanza de pillar los euros que el Estado da a los que obtienen escaños. Pero en las elecciones del próximo día 20 han recibido una puñalada mortal: los partidos grandes cambiaron la Ley Electoral para que necesitaran la firma del 0,1% de los electores para poder presentarse. En Madrid, por ejemplo, tenían que reunir unos 4.000 avales, y sólo 9 partidos en el Congreso y 7 en el Senado lo han logrado: varios de izquierdas, unos ecologistas nuevos, los humanistas, los Escaños en Blanco y -cómo no- el Partido Antitaurino. El punto folclórico lo pone el partido del Presidente de Asturias, que es como si en Buenos Aires se presentara el Gobernador de Mendoza.
Hojeo el Boletín Oficial con la candidaturas. ¿Cómo no sentir simpatía por Hartos.Org, en varias provincias? ¿O por el Partido Pirata? ¿O por el Partido de Internet en Cádiz? ¿O por Demos el cambio en Almería? Y ¿cómo no sentir compasión por el PATO, el Partido Abre Tus Ojos, al que no dejan presentarse en Barcelona?
El lado penoso de todo esto es la incapacidad de los partidos amigos de la vida y la familia tradicional para aliarse, hacer un esfuerzo y presentarse, aunque fuera en plan testimonial. Falange sólo tiene candidaturas en 6 provincias, Democracia Nacional en 3, Familia y Vida en 2 y España 2000 en 2. ¿Cómo van a reconquistar España si antes no logran ni siquiera reunir los suficientes avales?
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10 comentarios:
Fernando, vamos lanzados hacia un bipartidismo feroz.
Buenos días Fernando. Los pobres de Falange y los carlistas no llenan un autobús, precisamos fórmulas nuevas que conserven lo mejor de nuestra España para que sigan produciendo los talentos y dando alabanza y gloria a Dios. Por desgracia la mayoría de la gente de bien piensa que el PP es un partido cristiano que agrupa esa fórmula nueva. Confío que tras la mayoría absoluta se convenzan de que no es así para emprender una etapa nueva, espero que el resbalón de la p$o€ el 20-N sea mortal y que el PP agonice en la sangre de la carnicería de niños inocentes que respalda.Un abrazo.
En Chile tenemos un sistema binominal que todos dicen que hay que cambiar, pero al final los que deben hacerlo no lo hacen: no les conviene, y yo, para ser sincera, acá considero que ordenó el cuento, porque hubo muchos abusos de grupúsculos en su oportunidad.
Lo que dices sobre que los que defendemos los valores siempre estamos divididos, parece que nuestro "karma" aquí y en la "quebrá del ají", como decimos en mi patria.
Saludos
El problema siempre es la UNIDAD. Un gran problema.
Saludos
No te lo creas, Páterfamilias: hay ahí 50 escaños a repartir entre los partidos pequeños, con eso se puede hacer mucho daño.
No te lo creas, NIP: ya con Aznar hubo motivos para montar una Coalición Católica y no ocurrió nada de eso, ahí seguimos todos votando útil (yo el 1º) o quedándonos en casa. Nada nuevo bajo el sol.
Ya lo hablamos una vez en tu post, Alemamá: para un extranjero es incomprensible que la Democracia Cristiana de Chile prefiera estar aliada con los socialistas antes que con el partido de Piñera. Y, sí, tan mala es la concentración de poder como la dispersión en partiditos.
En España cada vez más, MJBO, es así por desgracia.
No entiendo mucho, la verdad, pero ¿tienen sentido los partidos tan pequeños? Si no consiguen escaño, dispersan votos, no se.
Conozco muchos asturianos y estan todos enloquecidos con Alvarez Cascos; el eterno problema de la derecha española.
Me gustaría entender más de política, pero no puedo evitar que me aburra y me desencante
Comprendo que un asturiano en Asturias vote a Cascos, María Jesús, pero que un asturiano que vive en Madrid lo haga tiene un punto extravagante, ¿no? Creo, además, que hay un punto de resentimiento en la decisión de presentarse aquí, eso no me gusta.
María Jesús, a muchos nos termina aburriendo debido al desencanto, al descredito de nuestros políticos e instituciones.
Fernando, coincido contigo en lo de Cascos.
Por cierto, me acorde mucho de ti cuando estuve en tu ciudad. Pensaba, ¿vivirá por este barrio? ¿paseará por aquí?
Madrid es preciosa pero, sinceramente, no creo que yo pudiera vivir en ella. Acostumbrado a mucha menos gente, a un ritmo más tranquilo, al mar...
En fin, ¡qué días más buenos me pillaron allí! Hizo calor y un sol muy apañao.
Unos dan simpatía, otros pena...
Pero a mi gustaba ese de las elecciones de la comunidad, ese del junio sueco... ¿Cómo era? Solo por el nombre tan poético le hubiera puesto un voto.
Andy, me acordé mucho de ti, pasé frente a la estación de Atocha a las 12 de la mañana del sábado, unas horas después de que salieras por allí. Tuviste suerte: esta semana ha sido horrible de frío y de lluvia.
La cosa acabó mal, Juan Ignacio: en las últimas elecciones europeas no tuvieron suficientes votos, no sacaron escaño y se disolvieron. Una pena.
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