jueves, 7 de abril de 2011

Fe

Si pudiendo ir un día a Misa y comulgar no voy porque prefiero quedarme leyendo en casa ¿demuestro falta de fe en la presencia de Jesús en la Eucaristía? O, dicho en positivo, alguien que creyera realmente en la presencia de Jesús ¿no haría todo lo posible por comulgar?

Se me ocurre una analogía inexacta: "no, es como alguien que debe telefonear a su madre enferma y no lo hace, prefiere irse al cine, no por ello duda ni de la existencia de la madre ni del deber de llamarle".

9 comentarios:

paterfamilias dijo...

Es así. De hecho, muchos conversos se preguntan por qué los católicos no comulgamos diariamente

Juan Ignacio dijo...

Creo que ambas cosas tienen algo de verdad.

Y por cierto, la sorpresa cuando ven que no comulgamos todos los días es casi la misma que la de los no creyentes cuando ven que cometemos pecados...

AleMamá dijo...

Yo creo que estamos tan acostumbrados a la presencia real de Cristo en la Eucaristía, que no le damos la importancia que tiene.

Cuando me pasa algo así pienso cuál sería mi actitud si fuera la primera vez que comulgo, la última, o la única posible....o si estuviera en la clandestinidad y fuera a una misa a escondidas y arriesgando carcel o la vida.....

Oí esta explicación de mediocridad: Es estar cerca de las cosas grandes y no darse cuenta. Acá es algo súper grande.

Saludos, ya estoy de vuelta de mi curso de retiro de tres días y con el computador bueno.

Miriam dijo...

Me ha gustado la analogía. Me parece más real que decir que es falta de fe.

Y pensar que la madre sigue al lado del tfo, para cuando pueda/quiera llamarla.

Andy dijo...

Exacto.

Creo que más que falta de fe es una falta de "caer en la cuenta".

Cuántas veces, por la inercia de la costumbre, no nos hemos detenido a pensar, por ejemplo, en nuestra madre, en cuánto la queremos, en lo fundamental que es en nuestra vida... y sin embargo solemos caer en la cuenta cuando la perdemos.

Esto es algo parecido, un no caer en la cuenta, un dejarse llevar por la rutina.

Detengámonos pues a reflexionar sobre este milagro tan asombroso: la presencia REAL del Señor en la Eucaristía.

Pensar que Aquel que sostiene al mundo, que le da consistencia al ser, que llamó de la nada al universo, Señor de los ejércitos (se refiere a los ejércitos de las estrellas), Aquel que nos conoce por nuestro nombre, que nos amó desde la eternidad, que nos llamó a la existencia, que sabe cuántos pelos tiene nuestra cabeza, que se encarnó por nosotros, que predicó el Reino, que vino para que tengamos vida, que se entregó por nosotros en muerte vil, que resucitó....

Pensar que Él, por amor, se entrega, se anonada por nosotros, se encierra en un pedacito de pan, ¡Él que es Dios!, y por amor a nosotros... ¡¿qué somos Señor para que nos ames tanto?!

ALMA dijo...

Tus reflexiones son hermosas, muy elaboradas.

En mi caso personal, tengo fe. Voy a ciertos lugares y digo y siento: acá está Dios!, pero ello no implica que reciba la comunión.

Voy a misa, hago la cuaresma, a pesar de que me dicen que ya no se usa mas la abstinencia y solo debe respetarse el viernes santo; rezo por los demás, pero no comulgo.

Y todo esto es por haber tenido una mala enseñanza del catecismo, donde me enseñaron desde el temor y no desde la reflexión. Esto lo he hablado con la Hermana Cecilia, en su blog y ella me ha entendido y comprendido y me cuesta un poco entender que Dios no se enoja tanto, sinoque es mas comprensivo con todos.

Ante esto, siguiendo la línea de tu post, yo me encuadro dentro de los que voy a visitar la madre enferma pero no llamo por t.e.

Fernando dijo...

Gracias por vuestros comentarios: son tan buenos que no encuentro nada a la altura de ellos para responder, en contra de mi costumbre.

hna. josefina dijo...

Un poco en la línea de Alma, me parece que más bien es falta de conocimiento del amor que Jesús nos tiene -nos espera- o falta también nuestro amor por Él.
No acabamos de caer en la cuenta de lo grande que es la Misa: Participar del mismo sacrificio de Jesús en la cruz.
Saludos.

Fernando dijo...

Así es, hermana, lo explica usted con mucha exactitud, gracias.