sábado, 3 de julio de 2010

Bienaventuranzas (V): los misericordiosos

"Bienaventurados los misericordiosos
porque ellos alcanzarán misericordia"
(Mt 5,7).

Me gusta la definición que da el Diccionario de la Real Academia de "misericordia": "virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los trabajos y miserias ajenas". Exactamente.

Fui educado de una forma severa, que ahora de adulto agradezco mucho. Uno debía ser intolerante con los propios defectos, uno era capaz de superarlos, uno debía esforzarse en superarlos, esto era algo accesible, y si no lo lograba uno era responsable. No se podía echar la culpa ni a la sociedad ni a la educación ni a la Historia, uno era responsable de uno mismo. Lo malo de eso era que cuando uno superaba algo y veía que otro no lo lograba o no lo intentaba era fácil caer en el juicio severo al otro, el mismo que uno se aplicaba a si mismo.

Lo contrario de esto es la bendita misericordia. Y ahí viene la parábola del fariseo y del publicano, el horror de Dios ante el judío buen judío, cumplidor, sin vicios, desprendido de parte de su dinero, mortificado, triunfador en la fe, que ya por ello despreciaba al pecador público.

...

Jim Forest usa dos sentidos de "misericordia" y "misericordioso". Uno, el que acabo de citar, incluida la parábola del fariseo y del publicano. "Uno de los peligros que existen cuando se intenta llevar una vida justa es que uno está siempre a un paso de creerse totalmente justo". El segundo sentido que usa es más amplio, misericordia como caridad, ternura, comprensión, capacidad de perdonar, compasión.

Explica que la gran diferencia de Dios en el Antiguo Testamento respecto a los dioses paganos de los pueblos vecinos a Israel fue, precisamente, su misericordia. Al igual que esos dioses, Yahvé pidió a Abraham que le sacrificara a su hijo, pero a diferencia de ellos no toleró que aquello llegara al final de sangre. A partir de ahí, Forest hace una buena recopilación de textos del Antiguo (en concreto, los Salmos) y del Nuevo Testamento en que Dios es nombrado "misericordioso" y pide misericordia de unos con otros. Uno de los más importantes, claro, es el Magníficat de María cuando visita a Isabel, "acogió a Israel, su siervo /acordándose de su misericordia", "su misericordia se derrama / de generación en generación" (Lc 1, 50 y 54). Y también el Padrenuestro, lo que da idea de la importancia de la misericorida: "perdona nuestras ofensas / como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Concluye el autor con varias páginas en que elogia a compatriotas suyos (estadounidenses) que intentaron llevar la misericordia a la vida social de su país, luchando contra la pena de muerte, el aborto, la eutanasia o la posesión de armas. Cuenta el caso de una profesora, atracada y disparada, que en un arrebato de furia estuvo a punto de atropellar y matar a uno de los chicos atracadores. Horrorizada, decidió dedicar toda su vida a la lucha contra la posesión legal de armas.

7 comentarios:

Andy dijo...

Muy buen post Fernando.

Esta es una de mis bienaventuranzas "favoritas" (por decirlo de algún modo).

Me examino a mi mismo y me veo tan absolutamente dependiente de la Misericordia de Dios que por ello trato de vivir acorde al "dichosos los misericordiosos porque ellos hallarán misericordia".

Como ya dije en alguna ocasión es mi fe la que desde ya me salva, entre otras cosas, del mal carácter, del rencor... puesto que me propuse ser una persona verdaderamente misericordiosa, que aspira a tener "los mismos sentimientos de Jesús" (Filipenses 2,5) aunque, sin duda alguna, es algo que cuesta.

En fin... en tema de la Misericordia Divina en ambos testamentos es muy interesante y, un día si me animo, escribiré un post sobre ello con unos apuntes que tengo de clase.


Un abrazo

Juan Ignacio dijo...

Antes que nada, ¡felicitaciones!
Muy buena entrada que leeré tranquilamente.

Fernando dijo...

Así es, Andy, tras escribir la entrada me acordé de otra parábola, la del empleado que debía mucho dinero a su señor, él se lo perdonó, y cuando se encontró con un compañero le montó un número porque le débía mucho menos. No sólo juzgamos a gente que nos perjudica, también a otros que no tienen nada que ver con nosotros.

Haz el post, Andy, los que no sabemos nada de Antiguo Testamento tendemos a vincular a Yahvé con la dureza de juicio, pero Forest cita muchos textos en que Él aparece como la Misericordia.

...

Gracias, Juan Ignacio, salí muy triste de la cafetería por el resultado argentino. Siento de corazón que no haya un Argentina-España, el miércoles.

Esperanza dijo...

Cuando pienso en la misericordia recuerdo ese texto bíblico (no puedo poner la cita exacta) que dice "por las entrañas de misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto"... y pienso: si Dios es el que tiene entrañas de misericordia, ¿cómo me las arreglaré para ser misericordiosa? ¿podré? (no me veo mucho)
Entonces me parece que Dios tendrá que empezar El mismo, dándome un corazón de carne.

Que me ha gustado este post y tb la referencia que hace Andy a la Divina Misericordia.

Juan Ignacio dijo...

"Lo malo de eso era que cuando uno superaba algo y veía que otro no lo lograba o no lo intentaba era fácil caer en el juicio severo al otro, el mismo que uno se aplicaba a si mismo".

Y por lo general hacemos juicio severo de los demás en las cosas que a nosotros nos salen bien.

Fernando dijo...

Me parece que tienes razón, Esperanza, es un tema de la gracia de Dios, es como perdonar a los demás: son cosas tan difíciles que si no es con la ayuda de Dios es imposible que salgan.

Qué cita tan bonita, buscaré en internet a ver si sale de dónde es.

Ese es el problema para mí, Juan Ignacio, lo era de joven y lo es ahora: podré comprender que otro haya sido incapaz de aprender bien inglés, como me ocurre a mí, pero me será difícil disculpar las cosas que yo he logrado superar. Creo que esa es la trampa, igual que era la de los fariseos.

Esperanza dijo...

Fernando, se me ha venido a la cabeza que la cita es del "benedictus", un himno de laudes...a lo mejor nos lo aclara Andy.