Noté algo raro al recoger los pantalones. "¿No te llevas también la manta?" [de la cama], me preguntó la tintorera con cierta ansiedad. "No, voy cargado, vendré otro día". "Ah, vale". Pareció quedar desilusionada, y esto me sorprendió.
Intuí que era mejor volver pronto. Ella hablaba con una clienta, me atendió la adjunta, pero al verme con la manta interrumpió su charla y me dijo, muy contenta: "¡Te cosí los bordes!" [gratis]. Sonreí. Cuando se la dejé para la limpieza de verano, ella se dio cuenta de que los bordes iban descosidos, me lo hizo notar y yo, con mi habitual torpeza para improvisar, respondí "Da igual, sólo la uso yo".
Salí muy contento de la tienda, recordando una España mejor en que nos hacíamos favores unos a otros, sin estar tan atentos a dónde llega mi obligación, en dónde acaban mis deberes.
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11 comentarios:
Notable.
(También hay que analizar la posibilidad de que la lavandera se haya enamorado del cliente, como la vez anterior le dijiste que la usabas solo... -bromas-).
¡Juan Ignacio! das unas ideas, hombre... la señora debe ser casada y muy buena esposa además, si le sobra dedicación hasta para sus clientes con frazadas deshilachadas....
Extraordinario, Fernando, en serio; se ve poco.
Saludos
Juan Ignacio, jajajaja, casi logras ruborizar a Alemamá, que acertó: la tintorera es una respetable señora de la edad de mi madre, a la que a veces veo en Misa, y su adjunta rozaría la edad de mi abuela, o casi. Reconozco, eso sí, que mi comentario fue poco conveniente, como de película golfa.
Siempre hay buenas personas dispuestas a hacer favores sin pedir nada a cambio.
Seguro que ya te conoce y sabe que tú también lo eres y que serías capaz de hacer un favor desinteresadamente también.
Cuida bien la manta, que los bordes son los primeros que se deshilachan, ja ja.
Cuídate Fernando, un beso.
Hola, Yeste, vaya sorpresa. ¿Cómo va el tema del trabajo???
Me conmovió su gesto, ya sabes que ahora todo el mundo hace sólo lo que tiene que hacer, y si es posible, menos. Creo que cuando yo era niño, esto no era así, la gente era más generosa. ¿No tienes tú también este recuerdo?
Gracias por volver.
No sé si he llegado a conocer la España de los favores. Porbablemente era muy pequeño cuando esa realidad daba sus últimos coletazos. En vez de tanta pillería bien estaría recuperar alguno de estos valores.
Sigo en la playa, hasta el lunes. Saludos
Lo que sí conocí fue una España donde el personal tenía a gala trabajar bien. Hoy compiten a ver quién te hace la chapuza más gloriosa.
Que lindo Fer que te hayan arreglado el borde de tu frazada y luzca como nueva.
A propósito, no me la prestás que aqui en Buenos Aires hace mucho, pero mucho frio? jajajaja
Un beso
dos cosas f!
1-dime donde esta esa tintorería!!jeje
2-el otro día pregunte a un encargado de una tienda por una calle, no sabía donde estaba, sacó el callejero y perdió cinco minutos en buscarla...
me volví a perder pero esta vez con una sonrisa!que buena gente!!
Hola, Ramón, no sabría decir el año exacto en qué todo cambió, comprendo que ya ni lo recuerdes.
Hola, Jesús, son las dos caras de la misma moneda: respeto por los demás, respeto por tu trabajo, las dos cosas están muy relacionadas, creo.
Hola, Alma, te la mando por correo certificado: el otro día, en las noticias, salieron imágenes de las calles de Buenos Aires, por la peste de la gripe A, y era tremendo ver a todo el mundo en sus abrigos y sus botas.
Hola, Teka, es raro que te ayuden tanto, la gente siempre va con prisas. ¡¡Cómprate un callejero de la ciudad, no te arriesgues a una mala respuesta!!
hoy pedí fuego en la calle y me regalaron el mechero...me acordé de tí
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