martes, 28 de julio de 2009

Abstemio

-Dejé de beber para estudiar alemán- dice él.

-¿Ah, sí?- responde ella.

-Sí. Si bebía no me concentraba, no me podía concentrar. Beber ya no era tan divertido como antes, y además me empezó a sentar mal. Me hacía ilusión lo del alemán: aprendería alemán y me iría a vivir a Alemania, unos meses.

-Vaya. ¿Y aprendiste mucho?

-No. Me cansé pronto. De vez en cuando vuelvo a estudiar un rato, pero poco tiempo.

-Vaya. ¿Volviste entonces a beber?

-Nada, ni una gota.

-Hummm ... Ni alcohol, ni Alemania. Vaya vida tonta, ¿no?

-Pues sí.

-Entonces ¿fue un error, lo de dejar de beber?

-............ No. Fue una buena decisión, me parece. No echo de menos la bebida. Echo de menos, mucho, a la gente con la que iba a beber, pero la bebida no. Es raro, las pocas cosas que uno realmente necesita.

-Sí, eso es verdad.

Anochece. Refresca.

8 comentarios:

Ramón_Lozano dijo...

Si la vida siempre fuera tan idílica... De todas formas es lo suyo, quedarse con la gente, con las personas, que son quienes aportan algo, no el alcohol que degrada más que ayuda.

Saludos estivales.

AleMamá dijo...

¿Será por es que hay alcohólicos que toman cuando están en compañía y la buscan? lo de la amistad, bien, pero si el resultado es emborracharse, ya no me simpatiza.

Juan Ignacio dijo...

Para mí es genial. Haber podido dejar el alcohol por una razón sea la que fuera. Jamás podría haberle dicho, como hace ella: "Hummm ... Ni alcohol, ni Alemania. Vaya vida tonta, ¿no?" Hubiera dicho: "Bueno, no pudo ser Alemania, pero qué bueno que ya fue lo del alcohol".

Fernando dijo...

Así es, Ramón, pero ya sabes que ambas cosas suelen ir unidas: a lo mejor, si dejas de beber, la gente con la que bebías ya no quiere quedar contigo y tus limonadas.

La gente no siempre te quiere por lo que eres, sino por lo que haces o lo que tienes.

Así es, Alemamá, deduzco que das la razón al protagonista de la historia. Como decimos en España, mejor solo que mal acompañado.

Lo mismo digo yo, Juan Ignacio: mientras no se vuelva al alcohol, siempre, cada mes, cada semana, cada día, tienes la oportunidad de ponerte a estudiar alemán en serio. Y, aunque no sea así, ya el dejar de beber es algo bueno, sin duda.

Alma Mateos Taborda dijo...

Qué bonito relato y excelente conclusión. En el primer vaso el hombre bebe el licor; en el segundo vaso el licor bebe al hombre y en el terce vaso el licor bebe al licor. Brillante decisón. Escribes maravillosamente. Felicitaciones. Bello blog. n abrazo a la distancia.

Francisco Cavada dijo...

¡Genial! Me gustó mucho el relato, felicitaciones... es una bonita enseñanza que no debemos mirarla superficialmente. De tantas tonteras que nos preocupamos a veces, y nos despreocupamos de las cosas realmente importantes.

Saludos y bendiciones...

Fernando dijo...

Hola, Alma, bienvenida, eres muy amable, gracias.

Hola, Francisco Javier, muchas gracias, me alegra que veas el lado moral del asunto.

Alejandro Martín dijo...

Buenísimo, Fernando. Que pases buenas vacaciones.