La oración nos ayuda a poner en orden nuestra cabeza y a soportar el miedo y el odio de la vida actual.
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Mi nuevo jefe me hace trabajar mucho. Esto es bueno. Ya no tengo cuatro o cinco horas cada mañana para mis temas particulares. Esto también es bueno.
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Días sin oír la radio para evitar la ira.
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Vuelvo a leer a Valle Inclán. Teatro con militares absurdos, ridículos, cornudos, en los años 1920. Debía tener o mucho valor o muchos protectores.
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La caridad con la gente lejana como excusa para no ejercer la caridad con la gente cercana.
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4 comentarios:
Cuánta razón tienes, la oración nos ordena.
La radio por acá todavía es "escuchable", y como hay tantas, ni lesa voy a elegir basuritas. Canales de tv si que son infumables.
Leí algo de Valle Inclán, lo encontré bastante triste, tal vez yo era muy joven e ignorante de las tragedias humanas
...¿cómo va esa lectura del Evangelio? Por estos lados escuchando Levítico... ¡auch!
Yo escucho la radio, porque la tv argentina en general (excepto los noticieros y algún programa político) en general es mala.
Leí del Valle Inclán hace muchísimos años, tal vez debería releer. Recuerdo que me resultó agradable su lectura.
Es bueno trabajar mucho, a mi me hace bien.
Ojo Humano: El problema ya no es de las radios o de las teles, es que la realidad política y social es tan mala que por muy bien que te lo expliquen te indignas. / Sí, según envejeció Valle Inclán se volvió bastante amargo y brutal, apenas quedó nada de su encantadora época inicial. / Sigo con San Juan: ayer leí la definición que da Jesús del diablo como "padre de la mentira": que gran aviso para nosotros, que trivializamos el mentir como algo poco importante.
Alma: Igual pasa en España, la tele se ha degradado mucho, la radio es bastante mejor. / Valle Inclán es una lectura hermosa, usa palabras muy cuidadas, algunos americanismos, pero el tono general es muy pesimista. / Igual a mí: estás un poco deprimido, trabajas duro y todo vuelve a ir bien.
A mí también me gusta mucho, Luisa, pero ahora pasan tales cosas que es mejor no oírla. Ésa ha de ser nuestra meta, intentar comprender a los otros, ponernos en su lugar, es difícil si Dios no nos ayuda.
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