Quedo con un amigo al que no veía desde hace siete u ocho años. Temo encontrarle más gordo, más calvo, pero está como siempre.
Habla y habla: sus viajes, su casa, su coro, su moto. De repente me pregunta: "¿Y tú? ¿En qué ha cambiado tu vida en estos años?". Lo pienso y le digo: "En nada". La respuesta me deja triste. "He perdido mi vida". Después, ya solo, quedo en paz: los nuevos libros, las nuevas molestias, los nuevos platos, los nuevos paseos. No era el momento para contarlos.
jueves, 4 de febrero de 2016
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7 comentarios:
No se entristezca! Estamos seguras de que su vida, para nada está perdida. Desde aquí, el éter de internet, nosotras vemos que, por ejemplo, está llena de fe.
Eso me salva de la tristeza, Babunita. Gracias.
Fernando. De lo pasado nada te puedo decir, pero quizás se pueda hacer algo por el presente o el futuro, algo para llenar un vacío, algo para no pensar que has perdido la vida.
A mi, de todas formas, de vez en cuando me entristece la misma sensación. Hay que combatir ese pensamiento :)
Besos, muchos
Cambio en tu crecimiento interno, en tu capacidad de observar y como dijo Babunita: en tu fe. Quizás tu amigo no lo entendiese. Tal vez me equivoque.
En tu soledad ahí están tus amigos los libros, los platos, etc. y agregaría los buenos post a los que nos tienes acostumbrados.
Fue un mal momento, Luisa. En muchas cosas siento que mi vida está ahora en su momento más interesante. Pero la pregunta me pilló desprevenido.
Él no lo dio mayor importancia, Alma, fui yo el que lo dio vueltas. Y gracias por la mención a los posts, es obvio que ha habido momentos mejores.
Si el ganar o perder la vida dependiese de los cambios continuos, ganarían los titiriteros... y ya vemos que no.
Veremos cómo acaban, Ignacio. Y cómo acabamos los demás.
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