jueves, 30 de mayo de 2013

Gente

A él le gusta conocer gente,
ella odia hacerlo.

A él le gusta hablarle luego de la gente nueva
y ella le escucha
asombrada de ese mundo
al que ha renunciado.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días Fernando. ¡Cuántas veces no he querido abrir los ojos a tamaña realidad! A veces él y muchas otras ella, encuentro y pierdo tanto en la vida. Un abrazo.

AleMamá dijo...

Uno renuncia muchas veces a cosas que, de tratar, le encantarían, como las personas que no entienden la amistad y la riqueza humana de los blogs.

Saludos

Fernando dijo...

Así es, NIp: en la vejez deberemos dar cuenta ante nosotros mismos de todo lo que hemos dejado de hacer por desidia, miedo o prejuicio.

Así es, Alemamá, este blog-mundo nuestro es una gran cosa, se crean a veces relaciones de más confianza que las del mundo real.

Luisa dijo...

Pues ese es un problema, sí señor. Por no mencionar cuando tienes un amigo/a que a él/ella no le gusta y con quien se muestra distante, desagradable o indiferente.

Me encantan esos matrimonios que tienen muchos amigos y las puertas de su casa abiertas.

Besos Fernando

ojo humano dijo...

En nosotros hay esa lucha permanente, a veces somos él, a veces ella. Tal vez en eso radique la felicidad, saber definir si somos como él o ella y quedarnos tranquilos.
Me pasa, debería asumir con naturalidad, pero no, una siempre le busca (como decimos por acá) la quinta pata al gato, por complicada nomás.
Saludos, aquí bien inundados.

ALMA dijo...

ayyy!! las relaciones entre los humanitos, tan difíciles, tan complejas y a veces por necedad o simplemente por falta de interés en el otro nos perdemos la posibilidad de enriquecernos con la amistad o la sabiduría o el amor que se nos pone a disposición al conocer a un semejante

Juan Ignacio dijo...

celosa, que le dicen

Inmaculada Moreno dijo...

Pues yo veo en esta entrada una defensa de la capacidad enriquecedora del amor. "Ella escucha asombrada", esa es la clave. Cuando hay admiración y amor por el otro, la vida de éste ensancha la tuya, la complementa, la enriquece ¿No es eso?

Anónimo dijo...

Fernando, te acompaño en el sentimiento... por poco también te acompañamos en el descenso.Un abrazo.

Fernando dijo...

El problema, Luisa, es cuando a uno le encanta que venga gente y el otro prefiere que esté la pareja sola, siente que si viene gente nueva están invadiendo su casa.

Pues sí, Ojo Humano, cuando llega un momento en tu vida y dices "soy así y así voy a ser siempre" te entra una gran paz, pero es difícil, muy difícil.

Así es, Alma, desaprovechamos demasiadas ocasiones y nos arrepentimos cuando ya es tarde. Una lástima.

Celosa no, Juan Ignacio, ella podría abrirse al mundo pero no lo hace, no quiere hacerlo. Es una renuncia voluntaria.

Querida Inmaculada, qué acierto, ni que hubieras escrito tú el post.

Gracias, NIP, pero más se perdió en Cuba.