miércoles, 6 de febrero de 2013

No juzguéis

"No juzguéis y no seréis juzgados", nos dice Jesús, pero esto no puede significar que todo lo que hagan los demás nos deba parece bien: Jesús juzgó con dureza a los fariseos, a los mercaderes del templo, a sus discípulos. Unas lineas más abajo, Él nos da una regla (la de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio) que podríamos explicar así: "Cuando tengas la tentación de condenar los comportamientos ajenos, piensa seriamente en tu propio caso, contrasta tu vida con la regla que quieres aplicar a los demás. Eso te ayudará a descubrir una parte de ti mismo que no quieres tomar en serio, a conocerte más, a mejorar, a comprender a los demás".

Voy otra vez en el Metro, de noche. La mitad de los viajeros teclea compulsivamente en sus teléfonos móviles, ajenos a lo que les rodea. Me enfado. ¿Qué se puede escribir así si no son mensajes pobres, toscos, mal elaborados? ¿Qué tipo de pereza mental revela esto? Si al menos fueran hablando por el móvil podrían desarrollar frases elaboradas. Pero este torpe teclear ¿no revela un nivel pobre de pensamiento?

Pienso en mi caso. ¿Soy mejor que ellos? No.

Hace varios días me di un paseo largo. "Voy a pensar en la reforma laboral", me dije. La reforma laboral fue un gran cambio legislativo de hace un año, que afectó a muchos temas del trabajo y los sindicatos. Yo la estudié seriamente, la dediqué bastantes horas, me hice esquemas, debería conocerla bien. Sin embargo, me costó recordar todos los temas que se reformaron, probablemente olvidé varios importantes. Y, dentro de cada asunto, apenas recordé alguna idea suelta de los elementos que se habían reformado. Así, sabía que se había cambiado la Ley de la Jurisdicción Social, pero apenas podía recordar alguna idea suelta de lo nuevo. Por supuesto, el paso siguiente, enjuiciar un año después esas reformas, saber si yo las habría votado o no, me resultó casi imposible, porque no tenía claro los cambios a los que dediqué tantas horas. Mi cabeza iba y venía entre unas pocas ideas sueltas.

Se me ocurrió que si en vez de pensar hubiera escrito todo eso en un móvil me habría salido un discurso aún más pobre y limitado que los que mandaba la gente del Metro.

7 comentarios:

Inmaculada Moreno dijo...

Cada medio tiene su fin. Yo uso el móvil como sucinto cuaderno de notas: lo que no se me puede olvidar hacer ese día, la lista de lo que he de comprar en el supermercado, el título del libro que me acaban de recomendar, la ocurrencia de lo que le puedo comprar a X para su cumpleaños... Son enunciados que no necesitan frases elaboradas, no requieren pensamiento.
Por otro lado, lo de no medir a los demás con distinto rasero que a nosotros...¡qué razón tienes!

ojo humano dijo...

"Cosa difícil has pedido"
aunque
"para Dios no hay nada imposible".
No te enfades porque escriben, lo peor sería que no lo hicieran, como nuestro Metro, todos parecemos zombies sacados de alguna peli de terror, en especial por las tardes, sudados, cansados, oscuros, sin una sonrisa, sin una lectura, con la ansiedad de llegar a sus mausoleos, porque eso parecen los cajones, perdón, dptos. que se están construyendo.
!Que escriban, aunque sea leseras!, eso les tendrá la mente activa. Tal vez un día te llegue un mesaje maravilloso, sorprendente...y sea de un viajero de tu Metro.
Un abrazo con afecto.

ALMA dijo...

Yo habitualmente uso mucho el móvil para mandar mensajes de texto o mail o como te mencioné alguna vez, también leo "En Madrid".

Lo uso para preguntarle a alguna amiga como está, o para decirle a una persona conocida que la quiero, o para saber como anda el trabajo o la salud de algún otro conocido, para avisarle a un compañero de trabajo que hay problemas con tal o cual transporte, para hacer consultas de trabajo, lo he usado cuando vivía Gus para comentarle a los médicos los cambios en su ánimo o para averiguar la medicación, a veces le mando algún mensaje gracioso o un poema corto a un amigo que trabaja de noche, para hacerle mas cortas sus horas de madrugada y así podría seguir una lista interminable.

También, al igual que Inmaculada lo uso como block de notas, apuntes, para ponerme alarmas o mensajes a mi misma que no debo olvidar, por ej. un cumpleaños o el pago de un impuesto

Seguramente si viajaras en el subte de Buenos Aires, yo estaría en la lista de las personas no gratas para vos, que se lo pasan tecleando...jajaja

He tenido, por trabajo, que elaborar un análisis parecido al que mencionás sobre una modificación legislativa y...quedé mas chiflada que lo que soy!

En cuanto al perdón, generalmente ante una determinada situación pienso "yo no lo haría", pero respeto al otro

Anónimo dijo...

Buenos días Fernando. Hay que llevarlos ante los tribunales y que restituyan hasta el último duro. Existe un pensamiento llano, los whatsapps son gratuitos, no existe necesidad de comunicación sino la pérdida del tiempo que no se quiere emplear en pensar, orar, reflexionar, articular, meditar, proyectar, componer, soñar. Un abrazo.

Fernando dijo...

Todo está bien si se usa en su proporción, Inmaculada. Lo que me parece una locura es lo que digo en el post: que si el viaje dura media hora, estés media hora mandando mensajes.

Jejeje, está bien tu visión positiva, Ojo Humano. Das una imagen un poco siniestra del Metro de Santiago, casi te da para un post terrorífico.

Alma, no me creo que des al móvil el uso compulsivo que se ve en Madrid, seguro que será una cosa razonable como la que apunta Inmaculada. Y curioso lo de la comparación de Leyes en el trabajo, lo mío fue por gusto, así que tengo mucha culpa por el olvido.

Hago mío tu comentario, NIP, gracias.

Anónimo dijo...

Olvidadiza como soy también anotó planes , pensamientos y hasta los misterios del Rosario para tenerlos a mano ante un olvido. Además escribo comentarios como éste . Salüdos Fernando

Anónimo dijo...

Ahora que veo se publicó como Anónimo y soy Alma desde su móvil mientras viaja a su casa en el subte de Buenos Aires. Saludos nuevamente Fer