miércoles, 19 de octubre de 2011

Mazurca para dos muertos

Leo la novela Mazurca para dos muertos, del escritor español (gallego) Camilo José Cela.

"Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada".

La novela no tiene capítulos, no tiene partes. Durante muchas páginas no hay historia (planteamiento, nudo, desenlace), van ocurriendo cosas que no tienen relación entre sí, no hay un problema que resolver, la narración va adelante y atrás. Ocurre algo que ya nos contó hace varias páginas y que volverá a contar después. No acabamos de entender la relación que hay entre los personajes, un poco planos. Sin embargo, seguimos leyendo por la calidad maravillosa del estilo de Cela, como siempre en sus novelas.

... "oigo cantar de nuevo al mirlo pero su canto es diferente y no del todo afinado y armonioso, es un poco triste y opaco, parece que sale de la garganta de un pájaro fantasmal, de un pájaro enfermo del alma y de la memoria, pudiera ser que el mirlo estuviera más triste y desilusionado"...

De repente la novela se adapta a las reglas clásicas, la narración se vuelve lineal, en un tiempo concreto, el inicio de la Guerra Civil española en varios pueblecitos de Galicia. Surge un planteamiento (matan injustamente a dos hombres), un nudo (sus familiares deciden vengarles) y un desenlace (la venganza, al final del libro). El lector agradece esta ortodoxia. Los personajes siguen siendo planos y el lenguaje perfecto, con palabras prestadas del gallego.

"Llueve abondo sobre los pecadentos y los virtuosos, los sabidentes, los inocentes y los corrientes, nosotros, los leoneses y los portugueses, los hombres y las mujeres"...

8 comentarios:

paterfamilias dijo...

Muy buena entrada. Me van a entrar ganas de leerlo ;-)

AleMamá dijo...

Esperaré el veredicto final, pero los aperitivos que nos has dado son suficientes para desear leerlo.
Saludos

Anónimo dijo...

Buenas tardes Fernando. ¿Encuentras analogía con algunas obras musicales? El deleite del momento y al contarte aquella historia logras ver el nuevo río de la misma orilla. Un abrazo.

Juan Ignacio dijo...

Anoto

Andy dijo...

Me encanta cuando comentas libros.

Como se dice en mi tierra, "tienes mucho arte" en estas lides.

Un abrazo.

Fernando dijo...

Gracias, Páterfamilias.

Gracias, Alemamá.

No tengo cultura musical como para responder a eso, NIP: desde luego, el goce de la lectura era sólo estético, igual que cuando oyes música, totalmente ajeno al "a ver qué pasa" habitual en la novela.

Gracias, Juan Ignacio.

Gracias, Andy.

maria jesus dijo...

Leí esa novela hace tiempo. El dominio del idioma de Cela es un placer, pero se me hizo muy pesada, me gustan más los relatos de viajes; de todas maneras, a lo mejor la retomo, a ver si soy capaz de sacarle más jugo.

Fernando dijo...

Si uno aguanta lo suficiente acaba apareciendo la historia y todo se hace más ameno, María Jesús.