jueves, 23 de septiembre de 2010

Henning Mankell

Juan Ignacio lo explicaba bien en unos de sus últimos posts, hay una angustia entre el final de la lectura de un libro y el inicio del siguiente, parece que lo natural es estar leyendo un libro siempre.

Hace unos día acabé un tomo sobre la China actual, muy interesante aunque no me inspiró ningún post. Quedé cansado, decidí tomar vacaciones lectoras, pero esto duró poco: qué angustia, acostarse sin tener un libro en la mesilla. Necesitaba tener algo pendiente, pero no de historia o de pensamiento o de religión, nada que me obligase a fijarme y que me hiciera sentirme culpable si no lo aprovechaba.

Fui a la biblioteca pública, consulté el catálogo de libros de detectives y saqué El hombre sonriente, del sueco Henning Mankell. Nunca leo obras de este tipo, me parecen una pérdida de tiempo, pero -insisto- necesitaba leer con despreocupación.

El inicio es muy bueno. Un abogado viejo es asesinado, pero esto sólo lo sabe el lector, sus familiares y los policías creen que fue un accidente de coche. El detective Wallander empieza a sospechar cuando en el maletero cerrado del auto hay una silla a la que le falta una pata, y ésta aparece a varios metros del lugar del accidente. ¿Cómo se explica esto?

6 comentarios:

Kris Kelvin dijo...

Nio sé si eres consciente, pero algunas de tus frases me parecen geniales; por ejemplo: ...hay una angustia entre el final de la lectura de un libro y el inicio del siguiente, parece que lo natural es estar leyendo un libro siempre.

Coincido también en que es angustioso acostarse sin tener un libro en la mesilla. Me cuesta dormirme sin leer, aunque sea unas pocas líneas.

Un saludo

Juan Ignacio dijo...

Un post de gran suspenso...

AleMamá dijo...

Wallander lo dan en el cable en un canal llamado Films&Arts. Me gusta, pero es bastante truculento. De leerlo, no lo he leído nunca.

¡Que lo disfrutes!

Fernando dijo...

Kris, eres muy amable pero la idea brillante no es mía, sino de Juan Ignacio, en el post al que me remito.

Suspenso y suspense, Juan Ignacio.

No sabía que hubiera una versión en la tele, Alemamá, el libro por ahora es elegante, apenas hay sangre.

Juan Ignacio dijo...

Y sigue el suspense.

Por cierto, la frase como tal es tuya, así que bien dice el comentarista Kris Kelvin.

Fernando dijo...

Lo que importa es la materia, no la forma, Juan Ignacio, y la materia es tuya.