domingo, 25 de julio de 2010

Melancolía

Como el enfermo muy creyente
al que le han dicho que va a morir pronto
y sabe que pronto estará mejor, en el Cielo,
pero le da pena dejar de vivir,

como el propio Jesús,
contento de volver al Padre,
pero triste por dejar a sus amigos y este mundo,

así estoy yo,
melancólico,
pensando "el sábado que viene, a estas horas, estaré en ..., y el otro sábado en ..., y el otro en ...",

y es que amo Madrid
y las cosas de Madrid
y me da pena irme
aunque sea de vacaciones.

Vivo, pues,
intensamente,
como el enfermo que se va a morir,
voy al Prado,
voy al Jardín Botánico,
ando por la calle a las 3 de la tarde por el sol con 40º,
cocino vichyssoise (patata, puerros, nata líquida),
leo, leo muchísimo,
escribo "Melancolía".

9 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Ha de ser un síntoma del español bloguero católico. Ya he escuchado cosas parecidas (no en tan bien presentados versos, eso sí) en tres de ellos.
Yo, al contrario, siempre disfruto de los viajes y no veo la hora de que lleguen. Me gusta quedarme, sí, pero más estar viajando.

Esperanza dijo...

A mi tus versos libres me recuerdan el final de un librito que leí de pequeña que estaba ambientado en nuestro país pero unos 2400 años atrás. Contaba la historia de cómo unos griegos fundan una colonia y hacen amistad con los habitantes de la zona (unos iberos). En el final, salían de viaje un grupo de griegos felices con sus mercancias acompañados por un ibero que lloraba. Y un anciano griego le explicaba a su nieto, que iba en la expedición, que la diferencia entre un griego y un ibero es que al primero le parecían hermosos todos los caminos del mundo, pero a un ibero sólo le parecían hermosos los caminos que conducían a su patria y a su casa.

Somos iberos Fernando, somos iberos.

oliva dijo...

Sin faltar al gran Sabina, tu poema está muy bien. También difrutaré este verano de mi ciudad, no me queda más remedio, por tanto, gracias por transmitir buen humor.

Saludos.

ALMA dijo...

Uhhhhhh que ocurre mi buen amigo Fernando???
Confieso que cuando viajo, muchas, muchas veces tengo miedo de no volver, xq tengo un accidente, porque la muerte me llega, porque pierdo la razón, por un monton de cosas...y cuando vuelvo a mis cosas, no dejo de agradecer a la Virgen la posibilidad que me ha dado.

Te entiendo y te mando un besote. Buena semana

Fernando dijo...

Hola, Juan Ignacio, me parece asombroso eso que cuentas. ¿En serio otros blogamigos tuyos españoles tienen este mismo sentimiento? Eso debe significar que, pese a Zapatero, España sigue siendo un gran país para vivir.

Qué nivel, Esperanza, no tenía ni idea de esto que cuentas. Sí, debemos seguir siendo íberos, y por eso es admirable todos nuestros antepasados que, pese a amar tanto a España, se fueron a colonizar América o a trabajar en Alemania.

Hola, Lemaki, bienvenida, y sí, vivas en Madrid o vivas donde vivas es importante amar tu nido, sentirte contento de estar ahí, en verano o en invierno.

Gracias por tu comprensión, Alma, y es así: según nos vamos haciendo mayores tememos más que pase algo, que no podamos volver o que al menos no podamos volver sanos. Por ello, es bonito irse pero también es bonito volver.

El lunes que viene, a estas horas, estaré en ...

Marta Salazar dijo...

y no te quieres venir a Baviera ;)

Juan Ignacio dijo...

Podria darte nombres, ya no enlaces a las entradas donde lo han dicho. Que lo hayan dicho o sugerido recuerdo a Angel Ruiz Perez y a Enrique García Máiquez.

AleMamá dijo...

Yo, contenta de partir y feliz de llegar. ¡Me gusta viajar pero me cuesta ponerme en movimiento! en todo caso, es rico apreciar que el mejor lugar del mundo es el suyo propio.

Que disfrutes de tu viaje en grupo. Es eso, ¿no?

Fernando dijo...

No me importaría nada, Marta, estuve ahí, en Munich, hace muchos años, no me importaría nada volver ahí.

Gracias por la aclaración, Juan Ignacio, me pareció curiosa la coincidencia. Ángel creo que vive en Santiago de Compostela y el gran Enrique cerca de Cádiz, comprendo que les apene moverse de ahí.

Qué buena definición, Alemamá, contenta de partir y feliz de llegar, así es. Y me refería no sólo al organizado, también a dos que tengo por España, al inicio de agosto.