sábado, 2 de enero de 2010

Navidad en Madrid (y IV): Nochevieja

Por la tarde del 31 diluvió durante la carrera popular. Por eso, cuando salimos después de las campanadas, la luna llena y las estrellas se reflejaban en grandes charcos de agua embalsada.


Como todas las Nocheviejas de Madrid,
los encantadores jóvenes
carniceros, fontaneros, transportistas,
y
las encantadoras jóvenes
dependientas, peluqueras, camareras,
vestidos muy elegantes
ellos de traje, con las manos en los bolsillos delanteros de la americana,
ellas de vestido corto, tambaleándose en los zapatos de tacón,
trajes y vestidos que no volverán a usar hasta la boda de un hermano mayor
o hasta la Nochevieja de 2010.


Incompetencia municipal hasta en Nochevieja: a las 2 de la madrugada, 2 horas después de las uvas, aún no se podía cruzar la Puerta del Sol, aún la estaban limpiando. En las calles cercanas, vertedero inmundo de botellas rotas y de serpentinas aplastadas, con los chicos jóvenes meando en las esquinas.


Todo el rato,
coches de la policía con las luces azules,
ambulancias con las luces rojas,
yendo como locos de un lado a otro,
haciendo ruido.

6 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Fin de año en las ciudades, otra buena razón para irse al campo.

Ramón_Lozano dijo...

Leí que había habido 3700 intervenciones policiales y de ambulancias (peleas y borracheras) en Madrid en Nochevieja. ¡En un solo día! De las botellas rotas y las serpentinas, por supuesto, ni hablamos.

Saludos

maria jesus dijo...

!Que le vamos a hacer! Felicidad programada.

Feliz Año, Fernando

Un abrazo

Fernando dijo...

Juan Ignacio, creí que vos seguías viviendo en Buenos Aires, al menos en un sentido amplio. ¿No hubo petardazos en tu zona?

Doy fe de ello, Ramón. Llegamos a pensar que había habido un atentado, para inaugurar la Presidencia UE de Zapatero, tal fue el lío que vimos.

Igualmente, María Jesús, seguro que tu inicio fue más sosegado, con tus hijos, sin dar vueltas por Sol.

Juan Ignacio dijo...

Sí, sí, por eso. Vivo en la ciudad y los despelotes de fin de año dan ganas de irse al campo.

Fernando dijo...

Juan Ignacio, no seás tan serio, una noche es una noche, la gente tiene que olvidar por unas horas, ¿no?