martes, 14 de abril de 2009

Semana Santa en Valladolid

La Semana Santa en Valladolid es seria. Los niños nazarenos van callados, no reparten caramelos ni huevos de Pascua; nadie grita ¡¡guapa, guapa, guapa!! cuando pasa la Virgen, ni aplaude cuando se baila bien al paso.

La Semana Santa de Valladolid es espiritual. En medio de varias procesiones se iba haciendo el viacrucis, o se paraba y el capellán daba una homilía; todos los actos tenían en medio su meditación sobre la penitencia y la muerte. Ningún nazareno se salía de la procesión para ir a tomar algo a un bar.

La Semana Santa de Valladolid es ágil. No hay que llegar dos horas antes para coger sitio, como en Sevilla, aquí según llegas pasa la procesión y puedes ir a ver otra; hay una cantidad razonable de nazarenos, 60, 70, nada que ver con los dos mil de Andalucía o Murcia; la mayoría de los pasos van sobre ruedas, muy ligeros, rápidos, no hay que llevarlos a hombros ni tener que parar cada 20 metros.

Todo en Valladolid es tradición: la ofrenda de flores a la Virgen de los Dolores, cada cofradía y cada hospital y cada señora de luto con su ramo; el Santo Entierro, todo de verdad, los nazarenos de negro, los velones, la flauta, el cura con el alba, las cruces, el anochecer, el silencio, Jesús con la mirada perdida, como un entierro auténtico; el encuentro del Domingo de Resurrección entre Cristo resucitado y María, en la Plaza Mayor, con la suelta de decenas de palomas. Todo es aquí antiguo, es lo mismo que vería mi abuela, de niña, hace 100 años.

Y el choque con la vida actual. Los oficios de la noche del sábado fueron maravillosamente largos, de 11 a 2 de la madrugada; al salir de la Catedral, llenos de resurrección y de incienso, el barullo de los jóvenes (Valladolid tiene Universidad), con la gente algo bebida, con dos detenciones de la policía en medio de grandes gritos. Tomamos algo en una pastelería que cerraba ¡¡a las 5 de la madrugada!!

7 comentarios:

ALMA dijo...

Que hermoso lo que cuentas, Fer... como me gustaría alguna vez disfrutar una celebración de esta manera, sin gritos y con tiempo para reflexionar lo que está sucediendo!!
Me maravilla eso que decis que todo sigue igual que cuando tu abuela concurria a estos oficios. Es hermoso que se guarden estas tradiciones y no se olviden en pos del modernismo

Un beso

Ramón_Lozano dijo...

Me alegro que te haya gustado la Semana Santa de Valladolid. De pequeño me encantaba ir a los procesiones y me parecía un acto tradicional y cultural muy bonito e interesante, aparte de religioso. Ahora ya no lo encuentro tan hermoso, pero describiendo las cosas así me dan ganas de volver a ver alguna procesión.

Siempre me han llamado la atención las que tienen algo diferente, como culminar con la crucifixión simulada de una persona (se hace en algún pueblo de Burgos cerca de Lerma) o hacer el Via Crucis subiendo la cuesta del castillo de Burgos. No sé si en Valladolid habrás visto algo así fuera de los pasos y las tallas.

Saludos

Juan Ignacio dijo...

A mí me has contado dos semanas santas, la de Valladolid y la de Andalucía.
Saludos.

Fernando dijo...

Querida Alma, supongo que aquí pasa lo mismo que en Argentina o en cualquier país de América. En las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, en que muchísima gente nació en otros sitios, se han ido perdiendo todas las tradiciones. Pero en Valladolid y otras ciudades, relativamente pequeñas, ligadas al campo, es más fácil que se conserve todo.

Querido Ramón, ya te dije en tu blog que me acordé mucho de tí. Fui a ver todo lo posible, procesiones, ofrendas, meditaciones, viacrucis, todo, pero no ví ninguna representación como las que citas. Quizá sea más propio de los pueblos que de las ciudades de Castilla, ¿no?

Querido Juan Ignacio, ¡¡qué memoria!! Se nota que lees los posts con atención.

maria jesus dijo...

Aunque el sentido religioso es el mismo, es diferente la manera de vivirlo. Yo soy andaluza y no conozco la Semana Santa castellana, pero me han hablado tanto de ella, que tengo ganas de conocerla y tu me has dado un buen avance.
Yo este año he estado en Madrid, aquí, salvo que lo busques, no hay ambiente de ninguna clase, pero lo fundamental, los Oficios, fueron maravillosos y multitudinarios.
Un abrazo

Fernando dijo...

Hola, María Jesús, pensaba que te ibas a ir estos días a Roma. Madrid no es Roma, pero sus pequeñas procesiones también tienen su encanto. Ya sé que no salío Jesús de Medinaceli, qué lástima.

Anímate a ir otro año a Castilla León, todo está cerca y es una experiencia distinta de las andaluzas.

ALMA dijo...

Buen fin de semana, Fer